Capítulo 21

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Santos siguió mi mirada al notar mi cambió de expresión y rápidamente se metió en el medio, preocupado. 

No me lo podía creer. Fue un duro golpe para mi.

Yo lo había visto crecer. Yo lo salvé incontables veces de la muerte. Yo siempre estuve cuidándolo a la lejanía. ¿Y así me lo paga?

Por su culpa Ámber estaba en peligro. Haré que sufra por todo lo que le está pasando a Ámber. 

—Nos podría servir— Me susurró Santos agarrándome por los hombros—Lo podríamos utilizar...

Santos se calló de inmediato.

Tenía razón. Aarón me podría llevar hacía aquél desgraciado. Además de que, aunque no quisiera admitirlo, quería a Aarón como a un hermano. No importa cuantas ganas de asesinarlo tuviera, dudo que yo lo pudiera hacer. 

Respiré hondo intentando calmarme, dentro de unos días llegará un cargamento que solo nosotros podríamos saquearlo. Tenía que diseñar un plan. Y Aarón sería el principal factor.

Aarón me llevará hacia ese imbécil que tocó a mi Ámber, sin siquiera darse cuenta. Y después de tener a mi pequeña en mis brazos, después de besarla hasta la saciedad, ajustaré cuentas con él.

—Entremos.—Hablé con dureza.

Aarón y yo fuimos los últimos en entrar.

—Fuiste tú quién le disparó a ese hombre. —No fue una pregunta, sino una afirmación. Habló con tono bajo, casi tímido.

—¿Creíste que te dejaría morir?—Gruñí.—¿Crees que no me importa tu vida?—Algo se removió en mi al decirlo, una parte de mi creía que él no tenía nada que ver. En el fondo, confiaba, deseaba que el no tuviese nada que ver.

Pero esto es la mafia.  Hasta el más fiel es capaz de traicionar para llegar a su egoísta objetivo. Aquí no hay sentimientos. Y si los hay, los asesinan. Esa es la injusta vida, esa es la ley.

Aarón inclinó la cabeza, y eso es mucho decir. Me demostraba respeto. Aarón, el creído, obstinado y arrogante Aarón me estaba mostrando vulnerabilidad.

—Casi morí en esa misión o como le quieras llamar. El punto es que...—Dudó— Habían demasiados, no lograba... seguirles el paso. —Suspiró—.

Se dio media vuelta y caminó en dirección a nuestra entrada secreta del edificio. Sus pasos eran inseguros y cortos, pero justo antes de llegar se detuvo en seco.  

Aarón me miró. Sus ojos estaban cristalizados, su respiración era agitada, Aarón lentamente se derrumbaba. Y yo no sabía si sentirle lastima o disfrutar de su sufrimiento.

—Había una persona—Respiraba agitado— el maldito asesino de Marco estaba allí.

Fue como una bomba para mi. Mi mente comenzó a trabajar rápidamente, no entendía que coño pasaba.

Inmediatamente la imagen de Aarón disparando a lo loco a la lejanía apareció en mi cabeza. Fue por eso que se descuidó. Fue por eso que casi lo asesinan. Pero algo no cuadraba...

Últimamente sentía que había algo que siempre me perdía. Y no tenía la mínima idea de que coño era.

Si el asesino de Marco estaba allí... Significaba que ese maldito trabajaba para aquél imbécil que tiene a mi Ámber.

Si Aarón sabía, reconocía quién era el asesino de marco... sería una soberbia estupidez pertenecer al mismo bando.

—¿Daemon?—Aarón se acercó lentamente.

Daemon PetrovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora