➳ Sentimientos encontrados.

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Madeline

Voy corriendo como la cobarde que soy. Daniel me había besado. ¡DANIEL!

No debió... simplemente no debió.

Con suerte llego a los brazos de Jenn, en el gimnasio semi vacío. Agradecía bastante el hecho de que nadie me había puesto atención.

Estaba en shock completo.

—¿Qué te pasó?— pregunta mi amiga cuando ve mis manos temblando. Inhalo y exhalo rápidamente, en un intento fallido de calmarme.

Jenn rápidamente me ofrece agua de su botella, haciendo que la beba despacio. Ella soba mi espalda y mira alrededor.

— ¿A quién debo partirle la cara? — interroga entre dientes. La miro aún con ese nudo en mi pecho y en mi garganta.

— No... no sé realmente que pasó, Daniel me.. b-besó — comento tartamudeando. Jenn lleva sus manos a su boca y abre sus ojos.

— Y salí corriendo hasta aquí porque no sé que hacer ni que pensar — murmuro tomando mi cabello. Estaba enredado y seguramente si me ven los voy a espantar. Jenn pasa las manos por mi cabeza en un intento de arreglarlo. Me abraza fuertemente.

— Hablaremos de eso en otro rato, necesitamos retirarnos lo más pronto posible — dice Jenn, levantándome de la silla. Besa mi frente y soba una vez más mi espalda. Empieza a recoger los folletos, mientras yo intento reaccionar. Agito mi cabeza y reúno las sillas para luego quitar los adornos.

Nos demoramos unos diez minutos, en los cuales intento tener la mente despejada, pero me es imposible porque se reproduce una y otra vez los ojos de Daniel... ese azul todo cristalizado.

Una vez en orden, con Jenn camino rápidamente hacia el departamento, porque no era buena idea estar en el lobby ni mucho menos en la cafetería. No me apetecía toparme con nadie más. Para nuestra suerte, llegamos sin mayor inconveniente y nos encerramos. Mi teléfono tenía cinco llamadas perdidas y todas hechas por Jonah, los demás eran mensajes de texto por Corbyn, Jack y Zach, preguntando por Daniel y por mi. Me habían visto correr como avestruz.

Jenn quitó el celular de mis manos y lo voló a alguna parte de mi cama.

— Mira Madeline, yo sé que en este momento quisieras contestar todo y aclarar tu mente, pero no puedes ir y preguntarle a Daniel porqué lo hizo, porque ya está hecho y en tal caso sería reclamarle lo que hizo, así que ten la cabeza fría para tomar cualquier decisión —  es lo primero que dice antes de suspirar. Me mantengo inexpresiva.

— Jenn, no tengo idea de qué hacer o cómo actuar... en mi mente corre la idea de irme pero eso es de cobardes, y tampoco es una opción faltar a clases ni evitar a los chicos, por favor ayúdame— pido tomando las manos de mi amiga. Estaba en ese lío conflictivo del amor que había andado en mi cabeza por semanas.

Nada tenía sentido. Fingir que no pasó nada haría que ambos nos destruyéramos.

— Tienes que hablar con él seriamente y quedar en buen plan, para todo hay solución menos para la muerte, así que sé tú y haz lo que te dicte el corazón — la conversación finaliza con un fuerte abrazo.

Lo sé, en este momento soy una niña patética y sensible, pero realmente no quería que se estropee la amistad que tengo con todas las personas de acá.

Nos cambiamos a una ropa más cómoda. Jenn tenía club por lo que tenía que dejarme sola. Mencionó que pediría de favor a Gabe que me trajera el almuerzo, gesto que agradezco muchísimo.

Me tumbo a mi cama, viendo las seis rosas que había recibido. Doy vueltas por la misma, hasta que voy sintiendo que mis párpados pesan y sin querer me duermo poco a poco.

➳Tell me. |Why Don't We|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora