Recuerdos (I parte)

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A los 13 años...

- ¡James aquí, pásala! - no paraba de gritarle, pero parecía que él no me escuchaba.
Él se lo había buscado. Corro hacia el lugar donde se chulea con el balón y, con una simple patada, hago que le roben el balón.
- ¡¿Se puede saber por qué has hecho eso?!
- Idiota, sabes perfectamente el por qué.
- No te la paso porque eres penosa jugando al fútbol. - me dice sacándome la lengua.
La rabia se me va acumulando hasta que ya no puedo retenerla más.
- ¡Me las vas a pagar James!
- ¡No si no me cojes!
Empiezo a correr tras él, que ya ha cogido bastante ventaja. Ya casi lo tengo, solo tengo que tirarme hacia él y le daré su merecido, sin embargo justo cuando voy a conseguirlo James se aparta a un lado, dejándome volar durante unas milésimas de segundo para luego caer precipitadamente en la arena.
- ¿Te has hecho daño Mily? - me pregunta James con un tono bulrón.
No contesto, me quedo tumbada boca abajo tal y como he caído. - Mily en serio, me estás asustando.
James se agacha y, en el momento en que está a mi altura, alargo el brazo y cogiéndole de la camiseta, tiro de él hacia la arena, donde los dos salimos rodando hacia el rompeolas, empapándonos.
Los dos estamos mojados, las camisetas se nos pegan a la piel y el pelo a la cara. Nos miramos y comenzamos a reír.
- Vale Mily, ya me has dado la lección, la próxima vez me tocará a mi sorprenderte.
- Eso nunca James.
Nos quedamos sentados cerca de la orilla, contemplando el atardecer con el sonido de las olas al romper. Me giro y me quedo mirándolo, su perfil es como una imagen borrosa de pelo castaño medio largo con unos ojos color miel y nariz respingona, junto con alguna que otra peca.
Tras un momento de tranquilidad James rompe el silencio:
- ¿No te parece precioso como el sol parece esconderse tras el mar, intentando fundirse con él?
- Sí, precioso, pero triste a la vez.
- ¿Por qué? - en ese instante vuelve su mirada hacia mí, esperándo oír mi respuesta.
- Porque... El amor, algunas veces, puede ser muy doloroso. Como tu has dicho el sol parece querer fundirse con el mar, pero eso nunca podrá suceder, porque la cruda y horrible realidad es que hay millones y millones de kilómetros que los separan.

Silencio. Siento como la mirada de James sigue fija en mí, sin embargo yo solo puedo mirar hacia el horizonte.
Entonces James me coge la mano y me arrastra junto a él, pasándome el otro brazo alrededor de mi cintura.
- Mily, no pienses siempre en negativo. Mírale el lado bueno. En este caso es, que por muchos kilómetros que los separe, el sol siempre lo intenta una y otra vez, cada día, cada tarde.
Asiento y apoyo la cabeza en su pecho. Pero derrepente me invade el miedo y tengo la necesidad de preguntarle algo que siempre me ha preocupado.
- James, tu nunca me vas a dejar ¿verdad?
- Mily, ¿a que viene eso? ¿No te estarás enamorando de mí?
- ¡Nooo! Que creído te lo tienes. - me aparto de él, pero James me vuelve a retener.
- Tranqui Emily, que por mucha distancia que haya entre nosotros, nada ni nadie podrá romper nuestra amistad. Tu eres y serás siempre mi mejor amiga.
Vuelvo a apoyar la cabeza en su pecho y con los ojos cerrados pregunto:
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo.

Espero que les haya gustado el primer capítulo. Voten y comenten si les gustó o no. Y si tienen sugerencias o intuiciones de lo que va a ocurrir mucho mejor así podré ver si se me entiende bien cuando se leen mis historias. En este capítulo os dejo una foto de James a los 13 años ^^ . Bueno no me enrrollo más adiós, besos y MUCHIIISIMAS Gracias :)

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