Los meses siguientes pasaron y ya casi nos encontrábamos a principios de la primavera. Seguíamos en casa de James ya que decidimos alojarnos con él. El curso también continuaba con su aburrido horario y sus horrendos exámenes. Sin embargo siempre encontrábamos momentos para divertirnos.
Ahora me encuentro asomada al balcón de la casa con una libreta de apuntes y un boli en mano. Se supone que estoy estudiando, pero en seguida me canso y aparto la libreta para sustituirla por el portátil el cual enciendo. Instantes después siento el suave roce de los labios de James sobre mi cuello, cierro los ojos y disfruto del momento. La brisa acaricia mi rostro llevándose consigo parte de mi aroma.
- Hola... Mily... - me saluda dejándome besos a cada palabra.
- Hola...Me giro y le sonrío, tomo su mano y me la llevo a los labios, apenas un roce.
Narra Alan:La adrenalina corría por mis venas, eso era lo que sentía en aquellos momentos.
Me llevo la lata de coca-cola a la boca y doy un sorbo. Todo ha ido demasiado rápido, casi lo pierdo todo, aunque he podido resistir, no sé que hubiese pasado si hubiese caído; probablemente habría perdido todo el dinero. Con los ojos fijo en algún punto, me repito lo que desde un principio vino a mi mente, esto es una locura. No debí aceptar el trato, no debí dejarme llevar por la excitación... Alguien posa su mano en mi hombro, alzo la mirada y veo que ante mí se encuentra un chico moreno, de pelo algo largo negro y liso junto con unos ojos azules. Este me sonríe y se sienta a mi lado.- Hola. - le saludo algo cortante, estoy bastante cansado y no tengo muchas ganas de hablar.
- Hola, ¿qué tal te ha ido esta vez? Te he estado observando desde las sombras...
- Pues espero que hayas disfrutado del espectáculo y, por lo que veo, has tenido que estar bastante lejos ya que vienes sin una sola gota color carmín en tus ropas.
- Sí, no quería ensuciarme, sobretodo si era de la sangre de un extraño. No tengo esa necesidad.Llevo la mirada a otro lado, este chico lo conocí hace unas semanas en una de mis muchas desapariciones.
- En invierno conocí a una chica bastante guapa, era morena y me dijo que se llamaba Emily. La verdad tuvo un genio conmigo...
- Un momento, ¿me estás diciendo que conoces a mi mejor amiga?
-Claro... Oye pues ya que la conoces, me gustaría que quedásemos todos juntos y hablásemos.
- Ya... Bueno ya te avisaré. Me tengo que ir, es hora de reaparacer, llevan notando mis ausencias hace ya tiempo.
- ¿Cuando se lo vas a decir Alan? No tienes todo el tiempo, sabes que la buscan.Cierro los ojos, sí, sé que no tengo mucho tiempo, pero es que es tan difícil todo. Esto es una locura, vuelvo a repetirme, y por este motivo y alocada idea mía, la he puesto en peligro.
- Tienes que contárselo ya, antes de que ellos lleguen antes.
- ¡Ya lo sé! Pero es que no sabes lo complicado que es.
- Claro que te comprendo, lo hago por el bien de ella y de todos tus amigos...y por ti... porque me importáis...
- ¡Déjame ya! ¡Tu no sabes nada, así que deja de meterte en asuntos ajenos!Mis nervios se están desatando y no quiero echárselos a Nathan, inspiro y entonces le digo:
- Lo siento, no he querido decirte eso, solo que es complicado. Adiós.
Y sin esperar su respuesta me vuelvo hacia la casa de James.
Está algo lejos, pero si me doy prisa llegaré para la hora de cenar. Ha comenzado a anochecer y las sombras ya comienzan a bañar gran parte de la ciudad. Evito meterme en callejuelas e ir por zona iluminada. Espera, acabo de oír algo, apresuro algo la velocidad y, disimuladamente, meto la mano en la cazadora, está ahí, un tacto rugoso, pero firme; siempre dispuesto a ayudarme en momentos como estos. Sin embargo, antes de poderla hacer reaccionar, noto como me tapan la boca con un pañuelo e instantáneamente mis párpados se cierrran y mi consciencia se duerme. Antes de caer rendido ante el somnífero que me han inculcado, llego a captar las palabras de mi atracador.- Todavía no lo matéis, lo necesito vivo. - ordena una voz áspera y grave.
- Pero jefe... Ahora tenemos la oportunidad...
- Que no, es que estás sordo, masa de carne. - brama la primera voz. - Además necesitamos a la chica, ella es la clave, y por mucho que me satisfasga acabar con la vida de este, no quiero derrotarlo de esta manera. Primero la chica y por último el otro, no le quedará nadie en este mundo a quien atenerse, entonces nos lo tendrá que decir. Sin emabrgo todo a su debido tiempo.
- Como usted mande jefe. Así se hará. ¿Pero es necesario matar a la chica?
- Si ella sobrevive, será la luz que guie a aquellos que creen haberla perdido. No podemos dejarla escapar, hay que apagar su luz. Y el tiempo de espera se agota, además nosotros sabemos sus costumbres, ya que ellos no saben que los hemos estado observando siempre, siempre...Narra Mily:
Me he despertado bruscamente, estoy empapada de sudor y el pelo se me pega al cuerpo al igual que el pijama. Acabo de tener una pesadilla, sin embargo lo que más me asusta de esta es que he sentido demasiado real las escenas. Pero las caras se me hacen borrosas, me intento tranquilizar, apenas recuerdo la conversación, solo es una pesadilla. Una ráfaga de viento revuelve las sábanas y seca el sudor de mi frente. Con el corazón aún palpitando a más velocidad de la normal, me levanto y me dirijo al balcón, no recuerdo haberlo dejado abierto, me asomo y miro a la playa. La luna ilumina las olas que se mueven furiosas como si quisieran tragarse la casa y con ella, los habitantes de esta. Un escalofrío recorre mi espalda, decido pensar que habrá sido algún despiste mío, pero en seguida me doy cuenta de que la barandilla de madera que rodea mi balcón está abollada. Regreso rápidamente asegurándome que he cerrado el balcón y con la seguridad de que, efectivamente, no ha sido un despiste mío, si no que relamente alguien ha entrado en mi habitación.
Lo siento por tardar todo este tiempo en subir, pero creo que ha merecido la pena. Esto se pone cada vez más interesante. Espero que os guste y muchos besos!!! Por cierto, ¿como habéis pasado la Semana Santa? Yo muy bien. Hasta pronto.
ESTÁS LEYENDO
Una Vida Llena de Palabras
Novela Juvenil- No estoy dispuesta a dejarte ir... - Deberías, no te convengo. - Ese argumento no se sostiene y no me vale por lo tanto. - Bueno... - me dice con una sonrisa de medio lado - Ya veremos quién de los dos tiene razón. Hola me llamo Emily y esta es...