¿Predestinados? Pero qué...

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El día se me pasó volando con James. Era increíble como todo podía cambiar tan rápido. No supe nada de Alan ni de Samy, aunque creo recordar que habían decidido ir a dar un paseo juntos, la verdad me pareció genial, espero que Samantha pudiera sonsacarle algo a Alan de lo que le pasa. Mi mente se tranquiliza y deja de pensar. Unos finos dedos recorren mi espalda, mandándome escalofríos allí por donde pasan. Siento la nariz de James en mi cuello y, sin pensarlo dos veces, me giro y le planto un beso en los labios. Este los curva y me atrae hacia él. Estamos en playa, sí, en pleno invierno, ¿y qué? para el amor tampoco hay temperaturas. 

- ¿Te he dicho ya que eres preciosa? 
- No... - susurro en sus labios.
- Eres preciosa... 

Nuestros labios se vuelven a fundir y sus manos, colocadas a ambos lados de mi cara, me sujetan con delicadeza. Noto como sus manos bajan lentamente por mi cuello, las mías en cambio, por su espalda. Una risilla nos devuelve a la Tierra y enseguida me ruborizo. Alzo la mirada y me encuentro con los ojos alegres de Samy junto con Alan, que parece más aliviado que esta mañana.

- Hola tortolitos. Veo que os lo estábais pasando genial. - nos dice la rubia.
- Hasta que habéis llegado vosotros. - dice en tono burlón James.
- Que va, se os echaba ya de menos. Además empieza a refrescar. 
- No intentes arreglarlo, sabemos que queríais estar solos, pero es que estaba deseando veros.

Nos levantamos de la arena y comenzamos a pasear. Al rato siento la mano de James atrapando la mía, se la aprieto y me sonríe. Apenas llevamos cinco minutos andando cuando con pánico vislumbro a un chico en longboard acercarse velozmente. Está gritando, pero no acabo de entender lo que dice. 

- ¡CUIADADO! ¡Que voy! 

Sin embargo ya es demasiado tarde, el chico me lleva por delante deshaciendo todo contacto con James. Espero notar un fuerte dolor en alguna parte de mi cuerpo, y a mi pesar, lo único que noto es que al suelo le ha dado por reír... espera, el suelo no ríe. Abro los ojos y me levanto rapidamente. 

- Ay, lo siento. ¿Te has hecho algo? - le pregunto preocupada al chico de pelo liso negro.
- No pasa nada, mía culpa. - se sigue riendo, pero qué le pasa. 
- Mmm... Bueno pues gracias por salvarme de la caída, pero mis amigos me esperan.

Cuando ya había dado algunos pasos, una mano me retiene. Me giro y contemplo su rostro; es moreno, de ojos azules y, como he dicho antes, de pelo negro. 

- Espera, no pensabas que te ibas a ir sin habernos presentado. - me dice con una sonrisa.
- Pues sí, no tengo porque presentarme a un extraño. 

Su sonrisa continúa en su cara.

- Si nos hemos chocado y yo te he salvado de la mortífera caída, no ha sido por pura casualidad...
- ¿Ah no? Entonces lo tenías ya planeado...
- No, para el carro. Lo que quiero decirte es todo lo contrario, que estamos destinados a estar juntos. Y que si nos hemos encontrado sea cual sea la forma es porque estábamos predestinados. 
- Ya... - le digo no muy convencida. - Mira, yo lo que creo, sinceramente y sin ánimo de ofender, es que estás un poco pirado, pero que si te hace ilusión que me presente lo hago. Soy Emily y tengo 16 años. ¿Satisfecho?
- Yo Nathan. Y no son tonterías, te lo digo yo. Hoy nada más despertarme he observado que mi orquídea estaba en flor, en pleno invierno. Yo lo tomo como una señal de algo bueno y lo único que merece la pena recordar de este día ha sido esto...

Samantha está gritando como una loca mi nombre y las personas que pasan a su lado la miran mal, creo que debo despedirme de este chico, está algo mal de la cabeza. 

- Bueeeno, pues me halagan tus comentarios tan raros, pero creo que como no me vaya ya van a ponerle una cinta adesiva a mi amiga. - señalo a Samy y Nathan le echa un vistazo.
- Esta vez te dejaré escapar, pero no será la última vez que me veas. Adiós linda flor.

Me alejo apresuradamente de Nathan, pero qué bicho le ha picado a ese chico. Al llegar, le tapo corriendo la boca a Samy con la mano, esta me muerde y me saca la lengua.

- Dios tía, creía que iba a tener que ir a buscar un megáfono para que volvieras. Por cierto ¿te has hecho algo? Ese tío estaba como una regadera, a caso te ha interrogado o qué, porque os habéis tirado ahí hablando media hora. 
- Tranqui rubita. - le sonrío.- Y sí, coincido en que está algo ido. Me ha empezado a hablar sobre el destino de que estábamos predestinados a encontrarnos, etc.

En ese momento se me vuelve a poner al lado James, me coge de la cintura y me dice:

- ¿A quién tengo que matar ya? 
- A nadie, soy solo tuya. Siempre he sido tuya.

Le miro y me da un beso rápido. Alan ha desaparecido, dónde se habrá metido. 

Lo siento muchísimo por haber tardado un mes entero en subir. Estoy siempre de exámenes y no encuentro tiempo para subir cap. pero decidí aprovechar este puente para subir. Feliz Puente y espero que os guste este nuevo cap. Besos!!

Una Vida Llena de PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora