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-Hasta nunca, princesa - susurró Charles mientras observaba escondido en la oscuridad de la noche como el Pirate Princess se alejaba cada vez más y más del muelle

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-Hasta nunca, princesa - susurró Charles mientras observaba escondido en la oscuridad de la noche como el Pirate Princess se alejaba cada vez más y más del muelle. Llevándose consigo a la mujer que amaba desde que podía recordar. Allí iba una gran parte de su corazón.

Luego de soltar un suspiro y observar el vago de este, decidió que ya era hora de volver a casa, ya no quedaban esperanzas de que ella decidiera volver a él, el frio estaba comenzando a afectarle, y pronto tendría que enfrentarse a un Rey furioso.

Cosa que no sería para nada fácil. Aunque pensándolo bien la parte más difícil, la de dejarla partir, ya estaba hecha.

-Bueno amigo - murmuró, dirigiéndose a su caballo, en el que acababa de montarse - llévame a casa -.

Una vez en Blackmore House, Charles se encaminó hacia las caballerizas para desensillar a su caballo y alimentarlo, luego uno de los mozos de cuadra se encargaría de él.

Abriendo la puerta principal, se adentró en la oscuridad del vestíbulo principal. Un lento escalofrío recorrió su espalda de arriba abajo mientras el olor a cera para muebles se arremolinaba a su alrededor. El mayordomo y los sirvientes ya debían estar en sus camas, por lo que los pasillos estaban vacíos y el silencio reinaba en el lugar.

Que fría y vacía se sentía la casona, no había nadie allí para llenar el lugar de risas y alegría. Nadie más que él.

En algún momento de las pasadas semanas, había llegado a pensar que aquel frio que se colaba por su cuerpo cada noche al volver a casa por fin se iría con la presencia de Mia allí, con sus risas, con su amor, pero ya tenía claro que aquello no sería posible.

Nunca habría calor en aquella casona, nunca sería un verdadero hogar. No sin Mia allí.

En algún momento tendría que buscar una esposa, también lo sabía, para continuar con la familia, tener un heredero y cumplir con su deber, pero no sería un matrimonio por amor, porque no sería Mia quien estaría a su lado.

Podría sonar patético, pero era la verdad. Su vida nunca estaría completa sin ella, siempre estaría vacío y roto por dentro.

Soltando un suspiro, se decidió a dejar de lado la autocompasión y luego de cerrar la puerta, se encaminó a su estudio, necesitaba urgentemente un trago. Quizás así el constante dolor en su pecho se esfumaría.

Luego de servirse una copa de whiskey, se sentó junto a la chimenea y bebió un sorbo de su trago. Aquella sería una larga noche.

-Milord - Charles oyó la voz de un hombre llamándolo, a lo lejos y siendo bloqueada por la espesa niebla de sueño y alcohol que lo rodeaba. - Milord - allí iba de nuevo. Soltando un gruñido, trato de alejarse de la mano que ahora le tocaba insistentemente el brazo. - ¡Milord! ¡Si no se despierta ahora mismo se perderá su propia boda! - al oír aquello, se enderezó inmediatamente, todos sus sentidos alerta.

Again [Royalty#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora