Mi Acosador Favorito

La definición de la verdad

Dejé que Arianna descanse, solo la acomodé en mi habitación y cayó como tronco.

Ahí afuera hacía un frío que helaba hasta mis pies y como no si eran las 6 de la mañana.

Golpeé la puerta tres veces, la casa de Yuri era pequeña pero muy acogedora como ella siempre decía.
La puerta se abrió entonces lo vi estaba tal y como lo recordaba.

-¿James? -  pregunté extrañada.

-Mack cuanto tiempo - dijo con una sonrisa.

Pero que hace aquí.

-Mackenzie y pensé que no ibas a llegar temprano - salió Yuri envuelta en una cobija con un mejor semblante, Yuri es menor para mi mamá en edad y cuando no lleva la cola de caballo su edad se reduce aún más.

-James llegó ayer por la noche trató de llamarte pero tú no estabas en casa así que vino a buscarme, él no tenía donde quedarse. - pronunció Yuri ante la incomodidad de tener a mi ex novio enfrente mío.

-No sabía que te gustaban las fiestas Mack cuando estábamos juntos no te agradaban - mencionó James.

-Si, lo recuerdo.

-Aunque no me lo creas James me está ayudando en un tipo de investigación y para ser más precisos en ti y todo esto de la CPE.

-¿Cómo?

-Ya lo sabrás.

Mi corazón empezó a acelerarse era claro hoy debía saber todo lo que ocultaban y ¿Por qué rayos James también está metido en todo esto?

-Cuéntame Yuri.

-Bueno debes estar consciente que tú relación con Miles va a cambiar y.....

-Terminanos - interrumpí. - Así que dilo ya.

- Edmund es tú protector pero como no puede estar tras de ti en el instituto él y Miles hicieron un trato - me sonrió - Miles gana un porcentaje por velar por ti , él cariño conocé de ti hasta tú número de calzado- aclaró Yuri -Pero él rompió las reglas no debía meterse contigo se lo prometió a su padre y míralo ahora como está por ti.

-De que me protegen - susurré con un nudo en la garganta.

-Ese no es mi deber contártelo ya sabes más de lo que deberías anda y ¡Atácalos! - dijo levantado ambas manos.

Salí de su casa algo acelerada mi respiración era agitada y tenía unas inmensas ganas de llorar pero no lo hice.

-¡Espera!  - me detuvo James.

-¿Y tú que es lo que sabes? - Pregunté.

-Yo... Sé que ahora no estás bien déjame acompañarte.

Asentí

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Arianna era muy terca para levantarse bueno cualquiera lo estaría si el día anterior hubieran bebido litros de licor y llorado por su amor desinteresado.

Sus ojos estaban muy hinchados y el olor del vodka salía por el vaho de su boca.

-¡Tienes que desayunar!  O bañarte, tú madre pensará que dormiste en el suelo - le dije mientras la jaloneaba de mi cama para que se levantara.

-¡Quiero dormir !  - pronunciaba mientras se aferraba más a la cama. -¡Ya déjame!

Era imposible levantarla, pesaba mucho.

-¿Te ayudo?  - mencionó James.

-¡¿James?!- saltó de la cama Arianna.

-Ya lo hiciste, gracias - sonreí.