Capítulo 53

356 62 4
                                    


Ya, Yuri. Viktor volverá pronto, muy pronto. Creo que debería ir a renovar mi imagen de persona, ya que la he dejado por el subsuelo.

No hay mucho para contar. Decidido a intentar alegrarme, quedé con Minami. Sí, nos seguimos viendo y somos muy amigos. Aunque pasaron cosas hace ciertos meses que debilitó la relación, como por ejemplo que haya intentado algo conmigo al no estar Viktor. No lo hizo con mala intención, ni se aprovechó del momento ya que estaba solo. Él no es así. Todo lo contrario: me ayudó bastante a superarlo. Sólo fue un malentendido muy revoltoso de sentimientos.

Ya, es historia vieja. Me pidió ayuda para colocar una estantería en su casa, porque no hace mucho me dí cuenta de que tengo un don oculto para la carpintería, o de eso me convenció él.

Me preparé con algunas prendas que tenía a mano, le dejé comida y leche al gatito y salí de casa a un horario temprano.

.-.-.-.-.

Llegué a su departamento, ubicado en una zona tranquila de Hasetsu. Las pocas veces que he venido para aquí descubrí que con el pasar de los días Minami se vuelve más desordenado. Juro que su habitación se asimila a una selva los fines de semana.

-¡Yuri! -exclamó el pequeño al abrir la puerta. Me invitó a pasar, a lo que accedí con gusto.

Como me lo imaginaba: todo desparramado en todas partes. No me resistí a sonreir por el habitual desorden.

-Minami, aquí no puedo trabajar. Deberás acomodar todo antes de nada -le dije en tono suave, a lo que me respondió con otra sonrisa.

-Si me ayudas a acomodar, yo invito el café.

Teniamos la costumbre de salir a visitar bares y cafeterías de la ciudad. Es un pacto tácito que ambos tenemos. De una u otra forma terminamos saliendo juntos a donde fuese. Nos hemos vuelto muy cercanos ahora que lo pienso.

Manos a la obra: comenzamos a limpiar. Suena raro hasta en mi cabeza, pero me divierte hacer esto. El piso de Minami es como una búsqueda del tesoro: puedes encontrar cualquier cosa por los sillones. A veces encuentro cosas que jamás en mi vida me pasó por la cabeza que llegaran a existir, y otras le traen anécdotas divertidas a él, sobre cómo consiguió tal objeto o historias graciosas.

Me gusta pasar tiempo con él, es muy simpático, a diferencia de mí que aparento ser muy callado con personas no familiarizadas.

¿Debo ser sincero? No creo enamorarme de él, ni de nadie. Y tampoco quiero hacerlo. Pero... es aún persiste el miedo de hacerlo. Supongo que es porque no quiero olvidarme de Viktor, nunca.

.-.-.-.-.-.

Un mes sin escribir, y no hay maneras de excusarme más que declararme culpable de todo. Ay perdón, simplemente no tenía ganas de escribir.

Waiting For Your Message [Vikturi] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora