Capítulo 49

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Han pasado seis meses, y no he vuelto a ver a Viktor.

No me voy a molestar en contar lo que pasó esa mañana. A día de hoy, sigue doliendo demasiado.

Lo vi partir, recoger sus maletas e irse. En el transcurso de tiempo que llevó eso, no le solté la mano ni por un minuto.
Me resulta gracioso el hecho de que pueda sentir su tacto suave, como si fuera una película.

No quiero dar detalles. En serio, no quiero. Después de todo, estos relatos no sirven de nada.
Empecé a escribirlos cuando Viktor se fue, necesitaba ser lo más realistas posibles.

Usar el viejo chat de mensajes con Viktor como diario secreto no es la mejor idea de que he tenido, pero es una forma de desahogarme. Un mes posterior, cambió de número, y su viejo chat está inactivo. Guardo las conversaciones antiguas con él, porque, aunque suene tonto, el sentimiento de borrarlas se compara con matar una parte de mi. Guardo cada palabra que Viktor me dijo. Las cosas más bonitas las recuerdo, y las escribo así no olvidarme de ellas con el paso del tiempo.

Hace cinco meses no toco este chat. Hoy es una fría mañana de invierno en Japón. Tengo 25 años, y actualmente vivo sólo. Me dieron la oportunidad por mi carrera de patinaje, y la acepté.
Aunque admito que es una vida muy alejada del resto.

¿Que si me siento culpable?

Já.

Pude haber evitado que se fuera, pude haberme enamorado mucho antes. De hecho, estaba enamorado de él, antes de conocerlo, pero jamás me dí cuenta. Punto para Yuri.

Estoy preparando un café. El frío que emana el vidrio de la taza me ocasiona un escalofrío al chocar con mis labios. Adoro el café, me encanta aquel sabor dulce que inunda mi boca, y me calienta por dentro. Curiosamente, los labios de Viktor sabían a café la primera vez que me besó.

Realmente lo extraño

Waiting For Your Message [Vikturi] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora