-Naaaah -dijo Mark levantando su copa de cerveza por encima de su cabeza -vosotros cantasteis mucho mejor que las tres locas esas, deberíais haber quedado segundos o haber ganado incluso.
-Es cierto que lo de cantar original fue un puntazo -respondió Lizzie a su lado.
Después del programa salieron todos juntos a celebrar la victoria. El bar irlandés en que habían decidido entrar tenía ambiente festivo. Se habían sentado todos alrededor de dos mesas al lado de los ventanales que daban a la calle. Fuera había empezado a nevar de nuevo. La idea primera había sido volver a Nueva York al día siguiente, pero en ver el mal estado de las carreteras por culpa de la nieve habían decidido alargar la estancia en Los Ángeles un par de días más.
Ayna le dio un codazo a Peter y este se giró hacia ella, que escribió en su bloc.
-¿Dónde está Andrew? -preguntó Ayna. Peter hizo un gesto de no saber nada y los dos miraron alrededor del bar.
-¿Qué pasa? -pregunto Carl.
-Buscamos a Andrew -dijo Peter.
-Ahh -dijo Gina señalando fuera del bar por la ventana -han salido hace nada.
Fuera pudieron distinguir dos figuras debajo del toldo que les amparaba de la nieve. Andrew y Lenna parecían charlar animadamente y con una sospechosa falta de espacio entre los dos. Ayna lanzó a Peter una mirada cómplice.
-Ya era hora -dijo este como respuesta.
Todos rieron, contentos de estar juntos, contentos de todo lo que habían vivido. Recordando las comidas en el restaurante Mejicano, recordando la encantadora tarde en el ático del estudio, los juegos de sombras, las risas, el trabajo duro, felices de haberse conocido, felices de haber crecido como personas, juntos. Y para todo aquello hacían falta pocas palabras, había miradas que lo contaban todo y se hacían escuchar más que las voces.
-Ayna -dijo Nathan a su lado. Ayna lo miró -alguien te está llamando -dijo señalando su teléfono, que se encontraba encima de la mesa.
Ayna cogió el móvil y lo encendió. Lo miró extrañada, la llamaba un número desconocido. Decidió cogerlo, con miedo de que hubiera pasado alguna cosa. Una voz desconocida sonó por el altavoz.
-¿Ayna? ¿Ayna Gray? -Ayna hizo un sonido de confirmación, para que el hombre al otro lado de la línea supiera que era ella. Ayna salió con Nathan rápidamente fuera del bar para poder escuchar. Dentro del local el ruido no dejaba sentir ni los propios pensamientos. Puso el teléfono en altavoz, así, si tenía que contestar Nathan lo podría hacer por ella -mira, llamamos des del hospital de Manhattan, Nueva York. Su madre ha tenido un accidente de automóvil esta tarde y ha tenido que ser trasladada al hospital. Usted está apuntada como persona de contacto en caso de emergencia.
Nathan tomó el teléfono móvil de la mano de Ayna, que temblaba incapaz de mover un solo dedo. Su mirada fija en el suelo delante de ella.
-Perdón -respondió Nathan -estoy aquí con la señorita Gray. ¿Es grave?
-Temo decirles que si -respondió el hombre del hospital -Se ve que la señora Gray estaba camino de vuelta del trabajo cuando una motocicleta se le ha cruzado en el camino y ha hecho chocar su coche contra un camión de carga que se encontraba en el arcén. Ahora mismo estamos intentando todo lo posible para mantenerla constante pero les recomendaría que llegasen lo antes posible.
-Allí estaremos -respondió Nathan antes de colgar. Abrazó a Ayna que se encontraba en estado de shock. Parecía haber perdido la consciencia. Ayna en recuperar el control de su cuerpo empezó a llorar sin poder controlarse. Bajo la nieve no parecía sentir el frío del ambiente, allí solo estaba Nath que le susurraba al oído que todo iba a salir bien.
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A Través de la Música
Ficção Adolescente¿Como puede una persona sin voz llegar tan lejos en el mundo de la música? En este loco mundo en el que todo es posible aunque a simple vista nada lo parece. Ayna es una de esas personas que lo ven todo imposible hasta que se dan cuenta que pueden c...