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°Los días pasaban y las cosas seguían sin estar del todo bien.
Hibari se preguntaba qué demonios había hecho mal en la vida como para que todo acabará así.
Tsunayoshi parecía estar muy decidido con eso de acabar con su relación de casi cuatro años, ¿por qué venía a celarle hasta con el aire ahora?
Suspiró cansado, estaba empezando a considerar que aquel tiempo juntos no había sido suficiente para que acabarán de conocerse y quizá Sawada no le amaba como siempre había creído, en resumen. Sus planes se irían a la mierda.
—No debería deprimirse ahora, desu —sonrió dándole una amistosa palmada en la espalda—. Hibari-san, usted siempre supo que Tsuna-san era un drama con piernas, así que...
—Esta vez es diferente, Miura —negó completamente resignado y ella torció el gesto, sonrió casi avergonzado—. Y pensar que te hice sufrir esto conmigo, perdimos el tiempo totalment...
—¡No es una pérdida! —frunció el ceño disgustada—. ¡Aún no es tarde! Quizá si le dice pronto lo que...
—¿Qué demonios haces en mi casa?
La castaña cerró la boca de golpe y ambos se giraron hacia la puerta completamente asustados, a pocos pasos de ellos un capo mafioso les observaba con frialdad y las llaves en la mano...
Parecía querer apuñalar a alguien, pero no era claro a quién específicamente, tal vez a ambos.
—¿Disculpe, Tsuna-s...?
—No te disculparé nada —frunció el ceño cruzándose de brazos—. ¿Qué haces en mi casa? ¿Por qué están aquí a solas?
—No estábamos a solas, Chrome-chan...
—¡Ah! ¡Ahora resulta que me engañas con dos! —recriminó mirando al cansado azabache—. Eres lo peor, Ky...
—Tsuna, no quiero discutir contigo ahora, ¿vale? —suspiró poniéndose de pie—. Será mejor que te vayas, Miur...
—¡No! ¡Nada de eso! —bufo—. ¡Ahora van a responder mis preguntas!
—Tsuna-san, no es lo que usted piensa...
—¡¿Entonces qué demonios es?! ¡Mi novio te llama por tu nombre! —exclamó indignado—. ¡Es el maldito Hibari Kyōya y no te llama herbívora! ¡Es bastante sospechoso!
—¡Fue usted quien le exigió llamarme por mi nombre!
Sawada la miró con extrañeza durante largo rato, finalmente se pateó mentalmente y maldijo su mala memoria, frunció el ceño.
—B... Bueno, tienes razón, pero... —dudó nervioso y notó que su pareja se alejaba dejándoles solos—. ¿Por qué estaban saliendo últimamente? Ni aunque le dijera él lo haría así que...
—Tsuna-san, no puedo decirle eso ni siquiera aunque quisiera —suspiró tomando sus cosas para irse—. Si me disculpa le prometí a Chrome-chan ir con ella después de hablar con Hibari-san.
—¡P... Pero...!
—Y no se ponga tan celoso, por Dios —bufo rodando los ojos—. ¿Dónde quedó toda la confianza con la que se enfrentó a la mafia? Usted lo ama, él lo ama. ¿No es eso suficiente?
El castaño enrojeció y abrió la boca para decir algo, sin embargo las palabras ni salieron y su mejor amigo sólo sonrió y se fue dejándolo solo.
Dejó las llaves sobre la mesa y se dejó caer en una de las sillas sintiéndose el más estúpido de los seres humanos, todo aquello tenía que ser culpa de Kyoko.
Había sido ella quien le había hecho dudar, quien le había informado de "las extrañas salidas de Hibari y Haru" así como también le había hecho perder toda su confianza...
En serio, ¿qué demonios ocurría con él? Tendría que disculparse con Kyōya cuando volv...
—Regresaré a Japón.
Dejó de mirar al techo y le dedicó su completa e incrédula atención a su pareja, el carnívoro había improvisado una maleta y le miraba decepcionado.
El drama les venía en los genes a ambos.
—¡¿Qué?! ¡No! ¡¿Por qué...?!
—Han sido tres magníficos y entretenidos años, Tsunayoshi —suspiró mirándole levantarse y buscando algo en su bolsillo—. Creí que estábamos bien, pero me has hecho ver cuán equivocado estabas.
—¿Eq...? ¡El equivocado era yo, no...! ¡Realmente lo sien...!
—No te preocupes —sonrió tomando su mano y colocando algo en ella—. Quiero que conserves esto y lamento haberte causado tantos problemas.
La alondra apretó su agarre y reprimió sus deseos de quedarse un minuto más, por lo que aprovechándose del desconcierto extremo del castaño se alejó y salió del departamento con un solo propósito.
Aquello era su karma.
Tsuna sólo miró en shock aquella pequeña caja de terciopelo negro, pensó en Haru, en Hibari, en la dramática reacción de Reborn y las mil veces que le dijo que debía conservarse como un Sawada y todo se hizo claro.
Definitivamente era el idiota más idiota del mundo.
Levantó la mirada y notó que su pareja había salido y se sintió morir, ¿qué debería hacer? ¿La había cagado totalmente?
Bueno, había hecho de la vida de Kyōya un infierno en los últimos tiempos, Miura había sufrido parte del martirio y le había llorado bastante a Sasagawa Kyoko...
Deseó poder patearse más allá de la mente ante eso.
Era un desastre.
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Todo está fríamente calculado :v