Capítulo 6

2.9K 189 39
                                    

T/N


El viaje ha sido bastante incómodo y un tanto molesto. Elena no se sentó con migo, tomó asiento al lado de Pamela; gran chica por cierto, baila muy bien y es realmente linda. Mientras yo tuve que buscar a otra persona que quisiera sentarse junto a mi, lo cual no fue tan difícil como me lo había imaginado, tal vez porque recientemente me habían elegido como su capitana.

Se siente extraño decirlo. Pero me encanta.

El punto es que con Elena no cruzamos palabra en todo el recorrido, de vez en cuando yo la miraba e intentaba que ella me mirara a mi, pero nada, no sucedía nada. Aún así no me rendiré tan fácilmente, lograré que ella me diga por qué hizo lo que hizo, qué hice yo para que esto pasara, qué cambió de un momento para otro. Como sea, pero lo lograré.

El día para mi no había empezado de la mejor forma; en la mañana el sorpresivo encuentro con Carlos y ahora el problema con Elena. Significaba que este día debería ser perfecto, pero ahora cada segundo, es un segundo perdido.

En fin. Ya habíamos llegado a nuestro destino, y yo no tenía el mismo espíritu que como lo tenía antes de salir de casa. Cada uno tomó sus cosas y nos dirigimos a la entrada principal para poder dar las indicaciones.

- Bien chicos, les daré las instrucciones e indicaciones del día de hoy. Lo primero es que nos encaminaremos al hotel para desempacar y demás cosas. Luego, a eso de las cinco de la tarde, tenemos ensayo en el lugar de la competencia para marcar las posiciones, etc. Lo que nos llevará algo así como una hora, hora y media.- Terminó Cristina de dar el programa de hoy.- Ah! se me olvidaba de darles mis ánimos y suerte para estos días. Y luego del ensayo son libres.

- Gracias!- se escuchó decir al unísono de parte de todos nosotros hacia Cristina. Entonces comenzamos a dirigirnos a las furgonetas que nos esperaban para llevarnos al hotel.

El hotel era hermoso y muy grande, todos quedamos con la boca abierta al ver tanta lujosidad que era solamente para nosotros, nunca habíamos tenido algo así para el equipo. Realmente asombroso.

- Chicos nosotros ocuparemos el piso 6, así que por favor vayan subiendo. Las habitaciones ya están repartidas, sólo deben buscar su nombre en la puerta de la habitación. Eso por ahora.-Fuimos caminando al ascensor para ir al piso 6, que según lo que entendí estaríamos todos en el mismo piso, lo que sería bueno... creo, es decir, no estaríamos esparcidos por todo el hotel. Es bueno.

Cuando llegué al piso, inmediatamente comencé a buscar mi nombre en unos papeles pegados en las puertas que tenían los nombres de todos los chicos. Mi nombre lo hallé en la habitación 108, considerando que el piso 6 empieza a partir de la habitación 100, es bueno. Mi habitación la compartía con dos de mis compañeras; Miranda y Ema, que la verdad, eramos muy buenas amigas, me llevo y la paso muy bien con ellas. También es bueno... creo que no todo va mal en este viaje.

Me pasé la tarde ordenando mis cosas en el armario y ordenando la habitación en general, mientras que las chicas no tardaron tanto en arreglar su equipaje. Yo no estaba con muchos ánimos de... nada si les soy sincera, pelear con Elena me pone de este modo. Lo malo es que ahora era peor, no era una simple pelea porque no la llamé en todo en fin de semana o porque no le avisé que no saldría con ella, esta vez nuestra amistad peligraba. Por esa razón debía poner en marcha mi plan de descubrir el por qué lo antes posible.

Ya era hora de bajar para ir a ensayar. Tal vez no era la competencia, pero el sólo pensar de que era en el lugar de la competencia y que ensayaríamos para ella, hacía que me pusiera un tanto nerviosa y ansiosa. Bajamos y nos subimos a las furgonetas.

Para... suerte mía, estaba Elena en la furgoneta en la que me tocaba ir, así que me armé de valor y me acerqué a ella.

- Elena quiero que hablemos.

- Yo no tengo nada que hablar contigo y por si tu cerebro del porte de una nuez no se acuerda, yo te dije que no te pusieras ni en mi camino ni en mi vida, no más.

- Elena...

- Vete y siéntate en otra parte o si no yo te sacaré a patadas de mi lado.- me miraba enfurecida, con los ojos rojos de la ira, yo no podía descifrar qué demonios estaba pasando, ella nunca me había hablado de una manera tan dura, distante, fría. Y en su mirada se reflejaba exactamente lo mismo. No me quería ahí, no me quería a su lado, no me quería más como su mejor amiga, no me quería más en su vida.

Es escalofriante lo dura que está siendo con migo.

Con unas lágrimas queriendo salir a flote, me levanté y miré si quedaban más asientos, lo había, pero lamentablemente al lado del asiento desocupado estaba Luis; el estúpido, sexy pero estúpido. No tenía de otra, me senté a su lado.

- ¿Que haces aquí?- preguntó al darse cuenta de mi presencia junto a él.

- ¿A caso no es obvio? me siento.- dije sarcástica.

- No no, tu no te sientas aquí. Ve a sentarte con tu amiguita.- hizo gesto con su mano.

- Tu no me dices qué hacer.- ya me estaba hartando del chico.

- Largo de aquí, mocosa.- habló desafiante, igual que hace casi dos semanas.

- Rindete vaquero.

Me miraba con más que con ojos furiosos o irritados, eran de esos ojos que como que ven a través de ti, yo no lo veía a él a los ojos, pero sentía como él si me miraba, lo que me hizo sonrojarme levemente.

¡¿Qué pasa T/N?! ¡Cálmate, ahora!

De la nada, giré mi cabeza para encontrarme con esos poderosos ojos... digo no, con esos estúpidos ojos. Después de unos segundo viendo sus ojos y el los míos, su cuerpo comenzó a acercarse a inclinarse hacia mi lentamente, mientras sus ojos se desviaron para pasar a mirar mis labios. Mi corazón se aceleraba y sentía que dejaba de respirar, sentí unos hormigueos en mi estómago.

¡Dios! ¡T/N! ¡Reacciona! ¡¿Qué diablos estás haciendo?!

No sé, no sé qué está pasando aquí, pero no puedo moverme además de mi ojos que sólo hacen el recorrido de mirar sus ojos y luego su boca... Dios, qué me pasa. No puedo retroceder, no puedo decirle que pare, no puedo malditamente levantar mi mano y apartarlo. Simplemente no puedo. Así como no puedo retroceder, no puedo avanzar. Pero él si avanza, cada vez más. Hasta que siento un gran y fuerte brazo rodear mi cintura, atrayéndome a su cuerpo... para luego rozar sus dulces labios y poco a poco hundirnos en un profundo beso, del cual tampoco podía separarme. Instintivamente llevé mis manos a su cuello, rodeándolo para profundizar aún más el beso.

Ya no puedo parar. Segundos antes podía, pero ahora no.

No quiero decir esto ni tampoco me lo esperaba pero, en verdad cuánto necesitaba sentir esto, sentir que puedo tener a alguien que no sea Elena para protegerme y quererme. Fue malditamente hermoso.

Nos separó la falta de aire que de a poco tuvo lugar entre nuestras bocas. Lo miré al igual que él a mi, lentamente retiré mis brazos de su cuello para posarlos en sus anchos hombros, pero él aún no retiraba sus brazo de mi cintura.

- Yo... wau... yo lo siento.- dijo soltándome al igual que una pequeña sonrisa nerviosa. Cuando me soltó de su abrazo, sentí un pequeño vacío en mi interior, como si me faltara algo.

- No, está bien, no importa.- dije yo nerviosa también acomodándome en mi asiento otra vez.- Yo, supongo que debo irme.- quise bromear para aflojar un poco el ambiente.

- Oh, no no, está bien si quieres quedarte.- me tomó del brazo al ver que yo me ponía de pie para irme, lo que me hizo sentirme... bien y ponerme ruborizada. 

- Claro.- volví a sentarme. En todo lo que quedó de camino no nos hablamos, pero si lo atrapé mirándome un par de veces y cuando esto pasaba reíamos juntos.

Algo que no pensé que pasara, pasó con una persona que no esperé que pasara.  



______________________

Bien, espero no quieran matarme XD

Ojalá les haya gustado, me quedó largo >_<

Cuídense y besos <3

  


EL AMOR QUE NUNCA TUVE (Jimin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora