Capítulo 20

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JIMIN.

Todo lo que estaba pasando era increíble, nunca había sentido tantas cosas al mismo tiempo por una sola persona. Ella es perfectamente perfecta, para mi no tiene ninguna imperfección, no tiene ningún error. Simplemente es perfecta.

Los besos se tornaban salvajes y necesitados, las caricias desesperadas pero cálidas y nuestra excitación iba creciendo con cada movimiento. Ella comenzaba a soltar algunos jadeos ahogados y yo no me quedaba atrás. A estas alturas ya no razonaba las cosas, no procesaba lo que estaba pasando o lo que podría pasar, sólo me lanzaba.

Ya no soportaba más, necesitaba tenerla y convertirla en mi propiedad, luego de esto no dejaría que nadie más la tocara.

Ella continuaba meneando sus caderas sobre mi gran y excitado bulto, el cual pedía a gritos ser liberado, así que sin más tomé fuertemente a T/N de los muslos, la sostuve para pararme con ella en brazos mientras se aferraba de brazos y piernas enrollando mi cuerpo, aún sin dejar de besarnos. Caminé a tientas hasta la cama y la recosté lentamente, drisfrutando de cada segundo. Me subí sobre ella sujetándome de mis antebrazos para no caer sobre su cuerpo y, entre besos y besos, nos fuimos deshaciendo de nuestras molestas ropas hasta quedar en ropa interior. Tuve unos segundos para poder apreciar su hermoso, formado y firme cuerpo desnudo, el cual ya comenzaba a cubrirse por una  leve capa de sudor provocada por la excitación y el calor que emanaba de nuestras pieles. Tan suave, tan perfectamente bronceada, tan cálida, tan hermosa.

- Jimin...- pude oírla mientras yo comenzaba a acariciarle sus piernas e iba subiendo.- Necesito... que me... escuches.- la voz comenzaba a entracortársele producto de las constantes caricias que yo le entregaba al nivel de su entrepierna.

- Te escucho, pequeña.- por su pedido, tuve que parar mis mimos y acomodarme sobre ella quedando cara a cara.

- Necesito que, si vamos a hacer esto, sepas que en verdad me gustas y no puedo negar que por ti siento cosas que no he sentido con nadie, nunca.- al confesarme aquello, no pude evitar sonreír y llevar una mano para tocar su también perfecto rostro.

- T/N, puedes estar segura de lo que siento por ti, porque yo no dudo de lo que sentimos entre nosotros.- acaricié nuevamente sus mejillas antes de volver a hablar.- Estoy totalmente seguro de lo que estamos haciendo.- le regalé una sonrisa para luego continuar con las caricias que ya llegaban a su intimidad.

Ya podía sentir lo mojada que se iba poniendo ella producto del jugueteo que yo hacia en su entrepierna, lo que hizo que comenzara a soltar los primeros gemidos, algo que me prendió más de lo que ya estaba.

- Ahh... Ji-min... ya no... aguanto.- habló en apenas un hilo de voz por lo agitada y exitada que estaba, escucharla así me endureció más de lo que pensé, así sin más preámbulo bajé mi bóxer dejando libre al Jimin junior. T/N, al verlo, primero tuvo una expresión de asombro pero luego la transformó en una coqueta y seductora sonrisa.- Soy toda tuya...- susurró en mi oído volviéndome totalmente loco.

Rápidamente tomé sus piernas y bajé de un sólo tirón sus braguitas, las cuales salieron volando a algún lugar de la habitación. Me acerqué y atrapé sus caderas para jalarla y pegar por fin nuestras intimidades. Me recosté lentamente sobre ella y antes de por fin conectarnos de la mejor manera posible, le recordé cuánto la amo... Si, la amo. Es poco el tiempo, pero al menos por mi parte, estoy segurísimo que después de esto no puedo sentir otra cosa por ella que no sea amor.

Entonces mi miembro entró lenta y suavemente en su pequeña entrada, la cual estaba bastante apretada pero aquello era algo completamente placentero. Ambos comenzamos a gemir al ritmo de mis estocadas que cada vez eran más fuertes y profundas, pronto ella empezaba a gritar y gracias a dios que estábamos solos en su habitación y espero que las paredes del hotel no sean tan delgadas.

EL AMOR QUE NUNCA TUVE (Jimin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora