Capítulo 25

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T/N

Ya era Jueves y hoy era el día en que Cristina nos había puesto un ensayo, en dos horas más. Jimin estaba conmigo mientras yo ya me arreglaba para asistir a la práctica. Él estaba sentado en el borde de los pies de mi cama cuando yo iba de un lado a otro buscando mi ropa, hasta que me giré hacia él con una sudadera sobrepuesta de la camiseta que ya tenía, Jimin me miró con una ceja levantada, yo rodé los ojos para luego explicar la situación.

- ¿Qué opinas?- pregunté soltando un suspiro mientras él seguía sin entender.

- ¿Qué opino de qué?- esta vez cerré los ojos buscando paciencia para soportar su lentitud que en estos casos es estresante.

- ¿Qué opinas de la sudadera? ¿cómo se me ve?- pregunté lo más específica que pude, si no entendía esta vez, juro que lo saco a patadas de mi habitación.

- Ohh!! Hubieras dicho eso antes.- apreté los labios intentando no perder la cordura.- Te ves hermosa igual que siempre.- respondió soltando una sonrisa junto con su eye smile tan característica de él, y como siempre, sólo ese gesto bastaba para olvidarme de cualquier enfado, así que también sonreí y me acerqué a él, me senté sobre sus piernas con las mías a cada lado de las suyas, mientras rodeaba su cuello con mis brazos y él me sostenía suavemente por la cintura.

- ¿Qué haré cuando te vayas?- preguntó juntando nuestras cabezas delicadamente, haciendo que las respiraciones se mezclaran y los pulsos se aceleraran. De pronto sentí una presión en el pecho, no podía respirar, me ahogaba con los sollozos que comenzaba a acumular, las lágrimas salían repentinamente de mis ojos, quemando mis párpados y mejillas.

- Quisiera decirte que no me iré.- logré decir en apenas un hilo de voz, pude sentir que Jimin negaba con la cabeza mientras tomaba mi rostro con sus manos pero no me miraba, era como si se negara a aceptar la realidad, la realidad de que ya tan sólo nos quedan tres días para tenernos el uno al otro, para tenernos aún en nuestros caminos.

- Me duele demasiado... pensar en ello es... como un infierno para mí. Sólo no quiero que no volvamos a hablar de esto hasta que... llegue el momento, ya sabes.- habló esta vez si viéndome a los ojos y debo admitir que al decir que le parecía un infierno, me sorprendió bastante, realmente no creí que se le hiciera tan difícil este tema. Yo sólo asentí fingiendo una sonrisa, estuvimos un largo rato abrazados, disfrutando de los minutos que nos iban quedando, consolando las desesperadas lágrimas que salían de nuestros ojos.

Quince minutos antes de que la práctica empezara, Jimin y yo ya estábamos en la sala de ensayo arrendada por Cristina, esperábamos a que comenzaran a llegar los demás, luego Jimin se iría y volvería por mi al término del ensayo, de esto lo único que me preocupaba era Luis, lo que podría hacer si me ve sin la protección de mi chico, sólo espero que se lo haya tragado la tierra o algo por el estilo, lo mejor sería que no viniera al ensayo... aunque suene algo duro, pero lo que más necesito ahora es su total ausencia, él ya no es relevante en mi vida, ya no tiene ningún papel importante dentro de ella.

Al rato de esperar, Cristina llegó junto con un señor de traje que al verme, una sonrisa de oreja se dibujó en su rostro haciéndome sentir un poco intimidada y Jimin que estaba a mi lado, también había notado esta extraña reacción, así que protegiéndome de cualquier pervertido, se acercó más a mí y me rodeó por la cintura.

- Ese tipo me da muy mala espina.- dijo y yo no pude evitar soltar una risa por su comentario, él me miró confundido para luego sonreír como sólo él lo hace.- Sólo ten cuidado.- me advirtió aún con una sonrisa en el rostro, yo asentí y luego me alejé de él para comenzar el ensayo, pues en este rato ya habían llegado los suficientes para empezar.
Cristina nos dijo que comenzaríamos una nueva coreografía y que continuaríamos ensayandola cuando hayamos regresado a nuestro país, al decir esto un pequeño pinchazo en mi pecho me hizo llevar una mano hasta esta zona para acariciarla y así intentar aliviar un poco el dolor punzante, además de una inmensa pelota en la garganta la cual cada vez que tragaba saliva, me dolía como si realmente me estuviera ahogando.

EL AMOR QUE NUNCA TUVE (Jimin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora