Capítulo 1. Desayuno familiar.

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Las cosas en la universidad donde estudiabamos nosotros tres iban muy bien.

Connor y Nina estaban teniendo una linda relación basada en celos, amor, celos, y unión...y celos.
Yo comencé también a acercarme a Kate, la chica de labios traviesos que descubrí en nuestros primeros días de universidad.

Todos estabamos bien y no podíamos quejarnos de nada. Eso por lo menos hasta el desayuno familiar de esta mañana.

–¡Deeeeeeeeesayuno familiar!— gritó papá abriendo mi puerta y entrando a la habitación.

–¡Es domingo, papá!.

–Creo que lo que quisiste decir es: ¡Es domingo, papá, el día donde toda la familia puede desayunar junta!.

Me estaba poniendo cuidadosamente los anteojos cuando sentí que me tomaba de los tobillos y me sacaba de la cama de un tirón.

–¡Papá!— me quejé en el suelo boca abajo.

–Iré por Nina...¡Cariño, hoy hay crema para el desayuno!.

Aún que ya no había tensión en las desayunos familiares, seguía siendo una batalla para levantar a los mellizos Stobbe de la cama.

Nina salió del cuarto con su mameluco identico al mio pero en rosa puesto tallandose los ojos.

–¿Alguien dijo crema?— me abrazó por el cuello y subió a mi espalda para que bajara las escaleras.

Fuimos al comedor y ya nos esperaban los Bosh.
Connor estaba entrando a la casa con pijama también y cuando se vieron ambos se dieron un beso corto junto con los buenos días.

Como siempre, me senté frente a Amy, Nina frente Connor, y las señoras frente a sus señores.

Irene trajo el desayuno y comenzamos a comer somnolientos.

–Bien...¿Quíenes cumplirán 18 dentro de unos días?— nuestra madre nos miró contenta.

Si, dentro de poco Nina y yo seríamos todos unos maduros mayores de edad y aún usabamos mameluco de pijama.

–Te haces vieja, amor— dijo Connor riendo.

–Lo dice el que los cumplió hace un mes— contraatacó.

–Touche.

–Bueno, ¿Cómo piensan festejarlo?—peguntó mi papá.

–Tengo en mente una fiesta...

–Ni en broma— me interrumpió Nina.

–Con piscina y globos de agua...

–Estas loco.

–Con mucha gente, quizá todos de la universidad...

–Muy bien, para— Nina dio un golpe en la mesa. —Entiendo que tengamos que compartir lo que escojamos porque es el mismo día, pero no quiero una fiesta.

–¿Por qué no?— me apoyó Connor. —Somos los únicos que no han hecho una fiesta en lo que va del año. Nos volvemos menos populares, chicos, eso no lo permitiré.

En realidad no me interesaba la popularidad. Sólo quería hacer una fiesta para que, frente a todos, al fin pudiera pedirle a Kate que fuera mi novia oficialmente.

Ella es una chica genial y lo que más me gustaba de ella era su felicidad. Siempre estaba feliz y eso no se ve muchas veces. Yo soy una persona muy alegre y por eso siento que somos la pareja perfecta.

–De acuerdo, pero no quiero que me tiren a la piscina— siguio comiendo su crema.

–Muy bien. Podemos hacerla en el parque acuático pero durante la noche y...

Que seas mi alegría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora