Capítulo 35.

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Nuestro desayuno familiar habían salido, dentro de lo que podías esperar de mi familia, bastante bien.

Teníamos que ir a la preparatoria, así que todos tuvimos de volver a ducharnos.

Cuando estuvimos listos, nos reunimos en la puerta de la mansión. Marian y Maxinne nos esperaban.

—Es nuestro anterior empleo siempre hacíamos aperitivos para que los niños comieran en la escuela— explicó Marian.

—Yo insistí en que ustedes son ricos y pueden comprar algo mejor que esto pero ella no me escuchó— Maxinne cruzó los brazos.

Todos les sonreímos.

—Que lindo detalle— dije. —Gracias.

—Si, como sea— le entregó una bolsas de papel a todos nosotros y, al final, también le dio una a Mía.

—¿Para mi?— preguntó sorprendida.

—No te sorprendas, estuviste en un desayuno familiar y no saliate corriendo. Cualquiera que soporte a los Bosh y a los Stobbe toda una mañana, es merecedora de mis galletas— le apretó una mejilla suavemente.

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Connor:

Sophie estuvo detras de nosotros todo el día y, aunque no la vimos en el desayuno familiar, no dudó en integrarse a nosotros en el primer instante en el que salimos de la mansión.
Claramente se habían quedado dormida y utilizó eso como excusa para salir corriendo usando una camiseta ajustada de color blanco que se transparentaba en la parte de la espalda donde el cabello la había mojado.

—Comienzo a pensar que fue una mala idea dejarla quedarse con nosotros en la mansión— me dijo Nina cuando le abrí la puerta de mi auto.

—Pobre de tu hermano. Insistió en ir con ellos— cerré su puerta y subí al auto.

Sólo estaba bromeando con ella.
Sabía que estaba celosa.

Estaba mañana Sophie había pasado frente al sofa donde yo veía la televisión modelando su pijama diminuta a propósito justo cuando Nina iba bajando las escaleras. Ese sólo ha sido uno de los muchos incidentes que ocurrieron desde que está en la casa.

—Si, pobres de ustedes. Tienen que ver a una chica bien agradecida con poca ropa contoneándose por toda la mansión.

No pude evitar reirme.

—Tu hermano se cubre los ojos cada vez que pasa y yo...No estarás insinuando que recaí en mis viejos hábitos, ¿O si, nena?.

—Oh, claro que no. ¿Tú siendo galán de nuevo? ¿¡A quién se le ocurre!?.

—En mi defensa— dije levantando un dedo —, jamás dejé de ser galán. Otra cosa diferente es que sólo lo sea contigo ahora.

Sonrió y me tomó la mano.

—Lo se, sólo me molesta que crea que tiene oportunidad con alguno de ustedes.

Y definitivamente no la tenía.

En una luz roja aproveché para mi a Nina fijamente aun que fuera solo unos segundos en los que duró el alto.

Han paso tantos años desde que me gusta la misma chica y era increíble como cada vez que la miraba volvía a sentir lo mismo que cuando teníamos menos de diez años.

Que seas mi alegría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora