Capítulo 3. Seguridad.

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A la mañana siguiente, ya con todas nuestras cosas personales guardadas en sus respectivas cajas con nuestro nombre y algunos de nuestros muebles favoritos en los camiones de la mudanza, toda la familia junta subimos a la limusina y emprendimos el viaje al aeropuerto.

Los muebles serian enviados por carretera y las cajas por paquetería en el avión. Eso significaba que nuestras cosas llegarían junto con nosotros y de los muebles nadie se preocupaba pues las y los señores habían comprado una mansión amueblada.

-Es necesario hacer cambios cuando se quiere seguir mejorando- eso fue lo único que escuché de parte de mi madre en el avión antes de ponerme los audífonos.

El vuelo fue tranquilo. Me la pase leyendo en la laptop o dormido la mayor parte del tiempo, por eso no pensé que fuera tan largo.

Cuando llegamos al aeropuerto recogimos nuestra maleta pequeña cada quien y nos dirigimos a pedir un taxi para que nos llevara a nuestra nueva casa.
El chofer se sorprendió cuando le dieron la dirección de la casa.

-¿Van a mudarse a la casa Well?- pegunto sorprendido.

-Eh, si. ¿Tiene algo de malo?.

-Para nada, es la casa mas bonita de la ciudad. A los jóvenes de aquí les gusta rentarla los fines de semana para organizar fiestas. Tiene un jardín de verdad hermoso con su propia piscina. Estoy seguro de que su familia vivirá muy cómoda ahí.

Así esperaba que fuera. No quería sentirme menos cómodo que en mi antigua casa. Si la había dejado por lo menos la nueva tenia que ser mejor.

Unos cuantos minutos después llegamos a una colonia colorida.
Las casas normales de dos pisos y con jardín promedio rodeaban la enorme mansión Well, esa donde íbamos a vivir desde ahora.

Me alegre al ver que las cajas con nuestras cosas ya estaban en el jardín y los trabajadores de la mudanza estaban cargándolas dentro de la casa.

Un segundo antes de entrar a acomodarme en una habitacion me detuve a ver lo que rodeaba la casa. Era un circulo de casas donde nosotros eramos el centro y teniamos un parque pequeño lleno de niños a un lado.

-Tenemos que ir- me dijo Amy emocionada jalando mi camiseta.

-¿Crees que ya peses lo suficiente para subirte al sube y baja conmigo?.

-Ya te dije que eres tu quien tiene que dejar de comer Pokis a media noche.

-Si los como de dia tu te los comes todos...

-Es por tu bien.

Su carita me lleno de ternura y despeine su cabello.

-Vamos adentro, sino los dos tortolitos ganaran las mejores habitaciones.

Ambos corrimos dentro de la mansión y nos sorprendimos con lo grande que era. Sabíamos que nuestros padres querían algo para que todos viviéramos juntos, pero esto era mejor de lo que pensamos.

Subimos por las enormes escaleras en forma de caracol hacia el piso de arriba y abrimos todas las puertas.
Muchas habitaciones y dentro de cada una había un baño personal a excepción de unas cuantas más grandes pero sin conexión de agua. Esas habitaciones las usarían nuestros padres para sus oficinas seguramente o para nuestra biblioteca personal.

Amy fue a explorar mientras que yo me quede con la habitación del fondo que tenia un balcón que daba vista hacia la parte de atrás de la casa donde estaba la piscina y cruzando el portón, más casas del circulo.
En especial me llamaron la atención esas casas de la parte de atrás pues, a diferencia de las demás, estaban un poco más maltratadas. El césped estaba opaco y no había flores en sus macetas, incluso una de ellas tenía las ventanas del segundo piso rotas. Supuse que no vivía nadie ahí.

Que seas mi alegría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora