Capítulo 16.

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Me quedé dormido en el sofá después de ver todas las películas de Marvel que encontré a mi alcancé...Eso significa que vi todas las que conocía pues mis padres desde hace tiempo me había regalado los Blu-Ray.

Al rededor de las cinco de la mañana cerré los ojos y se me calló el control remoto junto con el tazón de las palomitas que tenia en la mano.
No desperté hasta que escuché la aspiradora.

Cuando abrí los ojos miré a la mucama aspirando las palomitas que se me habían caído a la alfombra.

-Ay, perdón, ¿Lo desperté, joven?.-Se preocupó la señora.

-No, tranquila.-Mire las palomitas.-Eso fue mi culpa, ¿Le ayudo?.

-No, dejelo que para eso me pagan sus padres.-Sonrio y siguió aspirando.

Me incorporé y acomodé mis anteojos.

-Eso me decía Irene.-Susurré.-¿Cúal es su nombre?.

-Maxine Brown para servirle a ested y a toda su familia.-Estrechamos nuestras manos.-Mi hermana, la otra mucama es Marian Brown.

-Bueno, señora Brown, bienvenidad a la familia.

-Sólo limpiamos y cocinamos, joven.-Se rió.

-¿Y? Viven con nosotros y las veremos todos los días, me gusta tratar a los empleados como parte de la familia.

-Es usted muy tierno, jov...

-Ely.-La corregí.

-Muy bien, Ely. Voy a seguir trabajando, ¿Necesita que le traiga el desayuno? Mi hermana ya debe haberlo hecho.

-Gracias, yo voy a buscarlo en la cocina.

Me levante y con toda la pereza del mundo fui por el desayuno. Normalmente desde que estoy en el segundo piso percibo el olor a comida recién preparada, pero hoy no.
Abrí la puerta de la cocina y me sorprendí al ver a la otra muchama leyendo una novela romántica sentada en un banco de la barra recargada en ella.

-Eh, ¿Buenos días?.-Pregunté con algo de duda.

-No sé que tienen de buenos.-Respondió cambiando de pagina su libro.

Me asombré pero lo tomé como una broma. Caminé a la estufa y no había nada preparado.

-Disculpe...-La llamé.

-¿Qué?.

-¿La nevera está llena o es necesario que la surtan?.

-Oh, está mas llena que un rey después de comer.-Soltó una carcajada escandalosa.

-¿Entonces porqué no hay desayuno listo?.-Me frote la cabeza mirando la estufa sin usar.

-Pasa que mi novela es más importante que darle de comer a un muchacho que bien tiene manos y ojos para hacerlo él mismo.

Auch.

-Tiene razón, lo siento.-Corrí a tomar lo que encontré primero en la nevera y lo puse a cocinar cuando de repente pensé.-Espere, ¿No se supone que le pagan por cocinar?.

-¿Y eso me obliga a hacerlo?.-Se rió sin verme de nuevo y salió de la cocina.-Iré al sofá, se ve más cómodo.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Al final Maxine se dio cuenta de que yo me estaba cocinando sólo y se apresuró a hacerlo por mi. Eso después claro que darle un regaño a su hermana.
La familia bajó y desayunamos todos juntos. Me duche, me preparé y me dirigí a la salida.

-Ely, espera.-Me detuvo Nina.

-¿Qué pasa?.-Me entregó una caja de color negro.

-Son las invitaciones, tienes cincuenta ahí y yo tengo las demás, sólo dime si necesitas más, ¿Okay?.

Me reí.

-¿A quién se supone que invite? Tu eres la popular, Nina. Mi única amiga ayer salió corriendo de la casa.

-Lo sé, lo sé. Pero de verdad pienso que deberías invitar a más chicas, quizá con eso llames su atención.

-¿Dices que le de celos con esto a Mía?.

-No, lo acabas de decir tu. Vamos, atacala, tigre.-Me dio la vuelta y me empujó fuera de la casa.

Cuando estuve afuera, me di cuenta de que alguien estaba por llamar a la puerta. Era ella.

-Mía...-Que incomoda situación.-¿Ibas a preguntar por mi?.

-Iba.-Miró la caja en sus manos.-¿De verdad esa iba a ser tu estrategia?.

-Eh...no escuchaste eso, ¿O si?.

Blanqueo los ojos y se dio la vuelta.

-Solo iba a pedirte que no mencionaras que como en la ventilación de la escuela.-Cruzó el enrejado y salió de la mansión.

Me apresuré a subir a mi auto y lanzar mis cosas a la parte de atrás para después salir rápidamente detrás de ella quien ha comenzaba la caminata diaria hacia la escuela.

-Te llevo.-Le dije con los cristales abajo mientras pasaba junto a ella.

-Eso seria lo más humillante del mundo, lo sabes. El rico jugando con la rechazada, ¿Así van a llamarnos?.

-Si todas las rechazadas son igual de guapas como tu ya sé porque el cliché. Vamos sube al auto.

-No quiero.

-Si quieres.-Me reí.-¿Qué tan humillante puede ser llegar en un auto ultimo modelo a la escuela?.

-El problema es el conductor. No me junto con chicos que pelean con el líder del equipo de lucha.-Bromeó.

-Ya hablando en cerio, ¿Me perdonas? Di que si por favor.

Ahí ella dejó de caminar y yo tuve que frenar en seco el auto para no adelantarme.
Me vio de frente.

-¿Perdón?.-Preguntó.

-Por hacerte pensar que era un idiota que quería comprarte.-Abrí la puerta del auto y bajé para acercarme a ella.-Mira, si quería besarte, de hecho aún quiero pero no lo volveré a intentar porque no quiero que te enfades. El punto de esto es que quiero que me perdones y olvides que traté de besarte.

Ella suspiró mirando a otro lado.

-Es que...-Se llevó ambas manos a la cabeza.-No lo sé, es extraño.

-¿Qué cosa?.

-¡Tú! Que seas tan lindo conmigo, ¡Nadie es lindo conmigo!.-Me miró a los ojos.-No estoy acostumbrada.

-¡Pues ese no es mi problema! Yo soy libre de quererte tanto como yo quiera. No pueded influir en mi, ahora sólo te queda gozarlo.-Me hice a un lado y señalé el auto.-Por lo menos dejame llevarte y así hablamos en el camino.

-Pero...

-Se va a hacer tarde, Amelia.

-¡De acuerdo! Bien.

Traté de contener mi sonrisa lo más que pude en el tiempo que me llevaba abrirle la puerta y cerrarla para después dar unos cuantos saltos de alegría y subir de mi lado como si nada hubiera pasado.

Que seas mi alegría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora