Capítulo 33.

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Holly salió de mi habitación sin decir nada mientras se frotaba el tracero por la caída.

Cuando nos quedamos solos, hice a Mía entrar y cerre la puerta.

-No puede ser- dijo mientras deshacía y volvía a hacer su cola de caballo.

Me preocupé por lo que pudiera estar pensando al entrar a mi casa y ver a una chica sentada sobre mí en mi habitación.

-No pensarás que...

-Por supuesto que no, Ely- me miro -, serías incapaz. Esto lo hizo para molestarme.

-¿De qué hablas?.

-¿Recuerdad a Lucas?- se cruzó de brazos.

Lucas era el chico que me explicó aquella absurda razón por la cual no convivían con Mía en la escuela. Uno de los que siempre estaban tratando de hacerla menos.

-Si, ¿Qué con él?.

-Holly es su hermana- me sorprendí.

-¿Hablas en serio? ¿¡Y qué demonios hace en mi casa!?.

-Recuerda que Nina y Connor son los más populares de la escuela ahora- se sentó en la silla de rueditas de mi escritorio. -Son sus seguidores.

No puede ser.

-¿Qué tiene que ver eso contigo?.

-Que Holly me odia quizá igual que su hermano. ¿Sabes por qué niñería? ¡Por que cuando estabamos noveno grado no acepte ser su cita para el baile de graduación!.

Ahora si que todo tenían sentido.
Estas burlas y bromas crueles, todo había comenzado solo porque Mía lastimó el ego de un chico con aires de grandeza.

-¿Tratan de vengarse por eso?.

-Al principio si, despues me convertí en su pasatiempo favorito.

Como un cruel gato torturando a un raton entre sus patas hasta que le da un infarto y muere.

-Entonces se enteraron ya que somos pareja- Mía asintió.

-Tratan de lastimarme por medio de ti, pero no investigaron antes de planear su estrategia.

Sonreí y me senté en mi cama arrastrando la silla donde ella estaba hasta mí.

-¿Qué no investigaron?.

-Que es imposible que Ely Stobbe le sea infiel a quien sea- me tomó el rostro con sus delicadas manos y me besó. -Lo único que me molesta es que te insulten de esa manera. ¿Cómo se atreven a insinuar que caerías en esa trampa?.

-No me conocen, Mía- acomodé su flequillo. -¿Podemos olvidarnos de esto y hacer cosas de novios?.

Hizo su expresión pervertida.

-¿Qué cosas de novios?.

-¿De qué crees que hablo? Yo pensaba en jugar ajedrez- bromeé.

-Oh, yo pensaba en leer todos tus comics- se rio.

La miré fijamente un rato y despues me puse una mano en el pecho para parecer orgulloso.

-Amelia Gold...escucharte decir que quieres leer mis comics es lo más sexy que escuché en toda mi vida.

Pasamos gran parte de la noche entretenidos con mi colección de comics y películas.
Debatimos si DC era mejor que Marvel, vimos las series que nos gustaban y escuchamos canciones que nos traían bellos recuerdos.

Cuando mi reloj marcó las doce, Mía soltó un bostezo.

-No debería estropear tu sueño- le dije.

-No te preocupes, no me dejara dormir la idea de que la hermana de Lucas está en la mansión.

Quedé enternecido por la expresión enfadada de Mía al pronunciar esas palabras.

-Oh, ven aquí- le pasé un brazo por los hombros y la atraje hacia mi.

.-.-.-.-.-.-.-.-

Cuando abrí los ojos por la mañana, Mía tenía una pierna y un brazo sobré mi mientras que yo la manetenía cerca usando mis brazos.

Era simplemente perfecto.

No la hubiera podido despertar ni aun que hubiera querido. Dormía como un oso en internación y era igual de adorable.

Salí de la cama y fui a la cocina donde Marian y Maxinne estaba haciéndose cargo de las tareas de la mañana...o algo así. Como siempre solo una de ella estaba activa.
Hoy quería que fuera especial, así que ayude a hacer el desayuno para todos.

El comedor ya estaba limpio y habría espacio para todos, pero aún así pase un buen rato acomodando los cubiertos y poniendo flores del jardín al lado de cada plato. Todo estaba quedando muy bien.

Cuando mi padre bajó a la cocina a punto de comenzar a gritarles a todos para que bajaran a desayunar, se sorprendió al encontrarme tan animado y para nada dormido.

-La chica durmió hoy en la mansión- le explicó Maxinne.

Mi padre entendió y se sentó en su habitual lugar en la mesa.

-De acuerdo, supongo que este día puedo relajarme- dijo poniendo la servilleta de tela en sus piernas.

-Yo me encargo, papá- le guiñe un ojo y fui hasta las escaleras.

Pasé por la puerta de Connor y despues de dar un par de golpes rapidos, la abrí sin darle tiempo para responderme.

-¡Desayuno familiar!- dije animado tomando una almohada y golpeando su espalda repetidas veces.

-¡Ya estoy despierto, ya estoy despierto!- grito a traves de las mantas. -Ire por Nina.

Le agradecí la contribución y salí de la habitación.
Entré por la única puerta rosa de toda la casa y esta vez si esperé pacientemente.

-Princesa Amy, el duque Ely solicita su presencia en el primer piso, por favor- dije con voz fingidamente gruesa y formal.

-¿Cuál es la ocasión?- su voz sonora traspasó la madera de la puerta.

-Un desayuno con el resto de la corte y una princesa de otras tierras.

-Ya voy...

Desperté a mi madre y a los padres de Connor y Amy.
D

espués regresé a mi habitación y abrí lentamente la puerta.

Mía seguía durmiendo abrazada a mi almohada como hace un rato me abrazaba a mi.
Puse mis labios en la curba entre su hombro y su cabeza y comencé a besar esa linea.

-Cinco minutos más- peleó. Comenzó a sentir mis besos y sonrió. -¿Así planeas sacarme de la cama, Ely?.

Me aparté para sentarme en la cama a su lado, ella también se sentó.

-Hay un desayuno familiar especial esta mañana- le dije.

-¿De verdad? No traje nada que ponerme para...

-Todos desayunamos en pijama, Mía- me reí. -Así estás perfecta.

-Pero son personas educadas. Yo jamás comí con tantas personas y no se nada sobre etiqueta o los cubiertos.

-¿¡Qué!?- solté una carcajada. -¿Así piensas que comemos? Claro que no. No hacemos nada más fuera de lo común además de poner la servilleta las piernas.

Parecía sorprendida y decepcionada al mismo tiempo.
Esperaba algo más complicado evidentemente.

-¿Y tus padres? ¿Y los de Connor? Si ya es duro conocer a los padres de tu novio, ahora imagina que tenga dos pares.

Le di un beso corto.

-Te van a adorar. De eso no hay duda.

Que seas mi alegría.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora