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¿Por dónde empiezo para contar lo malo que soy para incluso respirar? Al terminar la secundaria, me tomé un "descanso" de toda la mierda que implica pasar por la escuela. Un año sabático para no hacer nada, ni siquiera pensar. Ni siquiera pensar tuvo sentido, nunca encontré la respuesta que buscaba. Mi vida, tan vacía como al comienzo de todo. Sin sentido.

Largas horas, largas charlas conmigo mismo acerca de la vida, acerca de lo que realmente me apasionaba, los deportes de la secundaria habían resultado, pero ¿Ahora que se terminó? Nada. Solamente esperar que un rayo me caiga encima. A veces, la soledad, el agobio... Las horas solo. Los días, semanas...

Rápidamente, un fuerte golpeteo retumbó en mi mente, sacándome de toda mi charla "existencial". Me quedé pensando si estaba en mi mente, o si realmente estaba pasando.

Me levanté con fervor de mi silla, de dónde yacía hacían horas luego de despertarme, levantarme y desayunar en el mismo lugar, me acerqué a la puerta porque según yo, el sonido provenía de ahí.

- Lamento molestarlo pero, ¡Necesito que me deje entrar a su casa, por favor! - Dijo el responsable de los golpes en la puerta unos segundos atrás.

- ¿Por qué te dejaría pasar? - Pregunté tratando de guardar la cordura- ¡No te conozco!

- ¡Por favor! - Dijo, desesperado. Luego de un momento, irrumpió en mi casa empujándome bruscamente para así entrar y cerrar la puerta tras él.

Por un momento, me provocó golpearlo pero parecía demasiado alterado como para tratar de entablar una conversación. Solamente, me enojé por el atrevimiento.

- ¡Lo lamento mucho! Es que si no entraba, probablemente ¡Terminarían golpeándome!- Dijo nervioso, mientras unas lágrimas recorrían sus mejillas.

- ¿Podrías explicarme qué pasó como para que te metas así en mi casa?- le pregunté un poco más alterado que él, su actitud me puso nervioso -¿Quién eres?

- Mi nombre es Patrick... - Dijo con dificultad tratando de recobrar el aliento- Patrick Stump. De verdad lamento mucho el haber tenido que entrar, pero... Mientras iba camino a casa, me tropecé y por accidente, hice caer a una señora con su pareja y pensaron que había sido una broma... Una cosa llegó a la otra y el tipo ese salió persiguiéndome mientras gritaba: "Ven aquí pequeño, hijo de puta" y bla, bla, bla... - Soltó una risa sarcástica luego del relato- De seguro, terminaría muerto...

Sonrió como pudo y me miró. Suspiré y le devolví la mirada, apenas pude prestarle atención. La alteración de no saber quién era, de no saber si era algún sinvergüenza queriendo aprovecharse de mi inmensa gratitud, de mi estupidez... Me puso nervioso. En cuanto recobró el aliento, me tranquilicé. En una de sus manos, llevaba un par de lentes que parecían estar rotos. Estaba empapado, llorando y ¡Yo no entendía porqué!

- Bien, Patrick... - Tomé aliento- ¿Por qué estás empapado?

- El tipo ese me tiró toda la bebida que traía en la cara...

- ¿Y por qué estabas llorando? - Le pregunté finalmente.

No pude evitar la pregunta... Levantó su mano con una mueca de agonía e impresión y me mostró sin siquiera mirar hasta la altura a la que levantaba su mano. Se había enterrado una parte del vidrio de sus propios lentes, y hasta me impresionó examinarla. Sentí algo como una profunda empatía por él, me dió lástima...

Tomé cuidadosamente su mano entre las mías e intenté pensar en algo rápidamente, él seguía con la vista perdida en otro punto de la habitación diferente a su mano. A veces, ciertas lágrimas recorrían sus mejillas y otras, parecía asustado por encontrar mis propios ojos.

Confused [Peterick].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora