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Apenas entré a casa, quedé mirando a mi madre, la cual me miraba mientras estaba sentada desde el sillón del living.

- ¿Qué fue eso, mamá? - La miré, con algo de enojo.

No me respondió y solo me siguió mirando. Unos segundos después, suspiró y se "dignó" a hablar.

- Pensé que ese chico te había hecho eso... - Miró hacia otro lado, cabizbaja.

- ¿Por...? - Me acerqué a ella y me senté justo a su lado.

- No lo sé! Él... - Hizo una pausa - No lo sé... No me dio la mejor impresión... - Suspiró.

La miré frunciendo el ceño.

- ¿Es en serio? ¡Fue la única persona que me ayudó! En serio es una buena persona... - Suspiré y miré a otro lado.

Recordé la manera en como me trató. Delicadamente y de la mejor manera posible. Lo lindo que fue conmigo. Y; su sonrisa.

Suspiré nuevamente y me quedé mirando a la nada.

- Lo siento, hijo... - Dijo mi madre, con la voz casi quebrada.

- N-no te preocupes... - Le sonreí y me levanté - Perdón por haberte hablado así, igual... Pero ya no soy un niño pequeño. - Le di un abrazo y ella me sonrió.

- Para mi siempre serás mi niño pequeño. - Soltó una pequeña risita y me dio un beso en la frente. - Te amo, hijo. Y lamento haber reaccionado así.

- No importa, mamá... - Sonreí y le di un beso en la mejilla - Voy a mi cuarto...

Ella no dijo nada y solo me miró con una sonrisa.

Subí a mi habitación y cerré la puerta con cerrojo. Me recosté en la cama y me puse a pensar; nuevamente en lo mismo. Cuando recordé... ¿Y mi gorro? ¿Donde había quedado?

Me senté en la cama y me quedé pensando. ¿No se me había quedado en la casa de Pete? Creí que sí.

Bajé nuevamente y busqué a mi mamá, la cual estaba en la cocina.

- Mamá, ¿Haz visto mi gorro? - Le pregunté, acercándome a ella.

- No venías con el - se encogió de hombros.

Lo pensé un poco hasta que nuevamente le dirigí la palabra a mi madre.

- ¿Podrías llevarme donde Pete, mamá? - Le pregunté, pensando que diría que no.

- Claro, hijo - Sonrió y me miró - ¿Vive muy lejos?

- No, no tanto - Sonreí - Preguntaba porque no quiero tomar taxi, y bueno, tampoco puedo, perdí mi billetera... - Reí nervioso - Me quedé sin ni un poco de dinero... - Me encogí de hombros mientras reía.

Ella se rió y tomó las llaves de su auto.

- Vamos, Cariño.

Salimos y el auto estaba justo estacionado, al parecer lo había usado antes, sino, estaría en la cochera.

Nos subimos al auto, ella lo encendió y partimos a la casa de Pete, mientras yo le daba las indicaciones.

Nos fuimos hablando todo el camino, mientras escuchábamos algo de música, aunque de todas maneras, el camino no era muy largo.

Al llegar, me bajé rápidamente del auto y me acerqué a la puerta de la casa, golpeé suavemente, esperando a que abrieran la puerta.

Lentamente la puerta se abrió, pero no era Pete el que la abría, sino, una señora.

- Buenas tardes, ¿Qué se le ofrece? - Me dijo mientras sonreía.

- ¿Se encuentra Pete...? - Respondí, algo tímido.

- ¡Claro, claro! - Hizo una pausa y se dio vuelta - ¡PETE WENTZ, BAJA EN ESTE INSTANTE! - Gritó.

Reí ante el gran grito y me quedé esperando a que él bajara.

Después de unos pocos minutos, bajó, estaba en pijama y con una cara de sueño total.

- H-hola Pete... - Le sonreí.

Cuando me vió, solo me sonrió al principio.

- Qué tal...? - Hizo una pausa.

- Patrick.

- Sí, sí. Patrick, ¿Qué haces aquí? - Me quedó mirando.

La señora que se encontraba ahí le dio un tipo de pequeño golpe en la nuca, a lo que yo reí.

- ¿Cómo que "¿Que haces aquí?" , Ni siquiera un "¿Cómo estás?, ¿Gustas pasar?" ¿Nada? - Lo miró - ¿Yo no te enseñé modales o qué?

- Lo siento, Mamá... - Suspiró - ¿Quieres pasar, Patrick? - Me quedó mirando.

Antes de que pudiera responder, se acercó a mi oído y susurró.

"Lo siento... Mi madre está de visita..."

A lo que yo solté una pequeña risa, sin responder aún.

Miré a mi mamá, la cual me estaba mirando desde el auto.

- Lo siento, no puedo pasar... Es que, vengo con mi madre. - Sonreí - Ella me está esperando en el auto...

La mamá de Pete miró el auto y me sonrió.

- ¡No hay problema! Puede pasar ella también.

Miré de reojo a Pete, el cual, al parecer, no le daba mucha importancia a lo que decía su madre.

- Oh, está bien, iré a preguntarle... - Sonreí.

Me dirigí al auto y mi mamá ya se había bajado.

- Se escuchó todo hasta acá - Soltó una risa - Vamos, así podré conocer más a tu nuevo amigo, y de paso, agradecerle por haberte cuidado - Me acarició un poco el pelo y se dirigió a la puerta, donde se encontraba la mamá de Pete.

Al parecer, Pete ya había entrado.

Confused [Peterick].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora