8.

161 27 4
                                    

Después de que Patrick se fue me quedé pensando, mientras lo veía irse, que era la única persona que me hacía sentir de esa forma. No sé si ya lo dije anteriormente, pero ese muchacho me hacía sentir distinto a lo usual: Pensé en tener un propósito en la vida. 

Justo cuando me vió, a través de mi ventana, me saludó. No reaccioné a tiempo, porque estaba pensando en otra cosa. Lo saludé justo después de que me dió la espalda, creo que no me vió devolverle el saludo, pero... Ahí quedé.

Bajé y al fin podía ver el suelo de otro color, porque mi mamá lo había limpiado. 

  — ¿Ves?— Insistió mi mamá una vez abajo — ¡Así debes mantener la casa! Peter, ¿cuándo se supone que vas a crecer?

— Mamá... ¿Acaso yo te llamé para que vinieras a limpiar "mi" casa?— Le dije acercándome a la nevera para sacar una lata de gaseosa. 

Me miró con una de sus típicas caras de pocos amigos, lo cual me hizo reír y escupir algo de bebida sobre el suelo recién lavado.

— ¡Pete!— me gritó para luego reírse también. 

— ¡Tu cara me hizo reír!— me excusé— Vamos, limpie. ¿Para qué le pago?

— ¡Ya debería cobrarte! ¡Mira lo que hiciste!

Continuamos riéndonos un rato más, sirvió la cena y hablamos. La comunicación es importante para mi madre. Me habló de la mamá de Patrick y de lo bien que le caía. 

  — ¿Y cómo se llama?— le pregunté.

— Patricia, Pete. 

— Ni siquiera pensaron de más el nombre del niño. 

Se rió y continuó contándome. Relatos interminables de lo lindo muchacho le parecía Patrick y que seguro tenía novia, que era muy educado, que Patrick ésto, que Patrick lo otro.

— Deberías ser amigo de Patrick, Peter. Te ayudaría mucho para que te alejes de la manga de vagabundos que tienes por amigos—Dijo, con ciertos aires de superioridad. 

  — ¿De cuál de todos hablas? 

— Ya sabes, de ese... El que se peina raro y vive maldiciendo. 

— ¿Cuál, mamá? ¿Brendon? Nunca supiste entenderlo, por eso no lo quieres. 

Se encogió de hombros, mientras daba el ultimo bocado para instantáneamente levantarse y recoger todos los platos de la mesa.

— Espera— le dije, mientras le quitaba los platos de las manos— Déjame a mí, los lavaré yo hoy. Debes descansar.

Se quedó por cinco segundos mirándome.

— Mamá. Los lavaré.

— Insisto. Patrick te hace bien. 

Patrick... Me hace bien.

— Iré a dormir, buenas noches — Y, se despidió de mi, dándome un beso en la frente.

Lavé todo lo que había, ordené las sillas en su lugar, apagué las luces y me fui directo a la cama.



Al día siguiente, me desperté al escuchar la televisión de abajo. Vieja costumbre, mi madre siempre se levanta antes, y hace tanto ruido como si fuesen las tres de la tarde, sin preocuparse si pegué el ojo al mismo tiempo que ella... Me removí en la cama, intentando volver a dormirme. Pasaron 2 horas, sin poder haber pegado un ojo... Miré el reloj. Nueve en punto de la mañana. Suspiré.

  — ¡Pete!— Entró en la habitación sin preocuparse si estaba desnudo o algo... No es algo que haga, pero... No importa.

  — ¿Qué...? 

Confused [Peterick].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora