Capítulo 7

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Izuku se quedó de piedra, literalmente. No se movía para nada. Bakugou le había puesto unas esposas y lo había encarcelado a uno de los barrotes de la celda donde se encontraban. Bakugou empezó a reír a carcajas. Él no se lo podía creer, no se lo había visto venir. Creyó que al fin sabría cosas sobre su secuestro pero al parecer fueron postergados para un tiempo indeterminado. 

-¡ILUSO! ¡JAJA! -reía Bakugou sujetandose el estomago.

-Sí... que divertido -susurró Izuku para sí mismo mirando hacía otro lado, sentía su rostro arder, además de sentirse patético por haber confiado en él.

Bakugou dejó de reírse y se sentó en cuclillas mientras lo miraba con aires de superioridad y apoyaba sus manos en sus rodillas. Izuku no lo miró a los ojos y solo bajó su mirada al suelo, los ojos carmesí del rubio ceniza le causaban pánico y al mirarlo se sentía inferior a él. No sabía expresarlo en palabras, en su mente sonaba mejor. Bakugou  buscaba algo en el bolsillo trasero de su pantalón, luego de un rato no encontró nada.

-Creo que lo dejé en la habitación... -dijo mientras se retiraba.

Cuando salió, Izuku empezó a jalar con fuerza de las esposas. Como era de esperarse no pasó absolutamente nada, no era lo suficientemente fuerte como para romper un par de esposas o un barrote. No muchos lo pueden hacer, pensaren ello le bajó el ánimo y a la vez se sintió un poco patético. Cuando Bakugou regresó, escondía algo detrás de él. Solo lo sujetaba con una mano así que no sospechó para nada. El rubio ceniza se sentó delante de él. Sujeto uno de sus brazos con fuerza y lo giró mostrando la parte inferior, su antebrazo. Izuku se quedaba en silencio y tenía todo su cuerpo tenso, lo cual fue percibido por el rubio.

-Tranquilo -dijo el chico esbozando una pequeña sonrisa.

Izuku sintió como se relajaba al ver una sonrisa amable de su parte. La sonrisa se ensanchó y dejó de ser amable, se veía más malvada.

-No dolerá tanto... -dijo el chico mostrando el objeto que escondía.

-¿Eh? -dijo sin reaccionar a tiempo cuando una aguja fue clavada en su brazo.

Izuku gritó y se zafó de golpe, Bakugou con la aguja le había extraído unas gotas de sangre. Suficiente para enviarlas en un frasco a su jefe.

-¡¿Qué pasa contigo?! -exclamó el príncipe de cabellos verdes mientras escondía su brazo herido con un fuerte ardor en el.

Al haber hecho un movimiento brusco se había cortado, no era nada grave. El rubio ceniza volvió a sujetar su brazo, sin mediar ninguna palabra con él. El príncipe peleaba con él con las pocas fuerzas que tenía. Bakugou le puso una bandita, Izuku se quedó quieto mirando la bandita, también estaba mucho más tranquilo que antes. El rubio ceniza no dijo nada y le quitó las esposas a Izuku, cerró la puerta de la celda y salió de la habitación. Izuku seguía mirando su brazo, estaba sorprendido. Se apoyó en la pared de la celda con algunos sentimientos confusos y mezclados, pero al final y lentamente quedó profundamente dormido.

*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*

Con Todoroki en otra parte...

Una gran multitud avanzaba pisando sus talones, todos preguntando sobre el mismo caso. El cual, él no quería recordar. El motivo de su ira actual, de él sentimiento de impotencia que lo invadía. Pero para su padre era diferente. Eran el centro de atención.

-¡Todoroki-san que pasó con el príncipe Midoriya! ¡Cuéntenos! -decía una reportera levantando su micrófono.

-¡Es tan terrible! -dijo el hombre mientras simulaba tristeza y ocultaba su rostro entre sus manos, Shouto suspiró.

-¿¡Que pasó!? ¡Cuéntenos! -gritaron los reporteros expectantes.

-¡No pude hacer nada! -lamentaba el hombre de barba roja.

-¿¡Cómo fue!? ¿¡Qué sucedió!? -decían todos los reporteros con sus micrófonos en alto para oír lo qué decía.

-Yo conversaba animadamente con todos en la fiesta... ¡Cuando de repente... veo guardias correr por todas partes! -dijo mientras lloraba y agarraba su propia camisa, simulando que le dolía el corazón -¡Era mi hijo, Shouto Todoroki con unos guardias! ¡Entonces me enteré...! -

Shouto miraba la escena que montaba su padre a la prensa, ser el centro de atención había sido su meta toda la vida, era su modo de buscar atención a gran escala. Todoroki escuchó música con sus auriculares mientras miraba por la ventana. Fuera de la ventana, en el exterior, se encontraba la prensa dando vueltas alrededor del auto para hablar con él. El chico de cabello bicolor no quería hablar con nadie, se acomodó los audífonos y siguió escuchando música. El chófer también estaba en silencio. La puerta de acompañamiento se abrió de golpe y el hombre entró al auto, despidiéndose de la prensa.

-¡Gracias! ¡Gracias! -decía sonriente mientras se sentaba en el asiento de copiloto y cerraba la puerta.

El auto se encendió y emprendió su marcha, Todoroki debía haber vuelto a casa desde hace unos días. Pero su apoderado ordenó que se quedarían un par de semanas más para hablar del asunto del "Príncipe". Para su padre no era más que atención, atención, atención lo único que a él lo satisfacía. Miró a su padre de reojo y vio que se secaba las lágrimas con un pañuelo, en sus manos tenía un gotero. Todoroki movió levemente los labios para hablar, pero se quedó en silencio. Callado, como siempre lo había hecho.

*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*·*  

Bakugou llegó al edificio donde había entrado la anterior vez, cuando aceptó el trabajo. Se quitó los lentes oscuros y miró hacia el edificio. Estaba tan solitario como la vez anterior, llegó al lugar solicitado y le entregó un pequeño frasco y unos papeles a un hombre que estaba ahí esperando por él. El hombre los recibió y luego se retiró a toda prisa. El rubio ceniza se colocó de nuevo los lentes de sol y salió del edificio negro sin ninguna sospecha. Nadie visitaba esas oficinas abandonadas hace años y él, solo iba por trabajo. Mientras caminaba hacia casa, recibió una llamada de la chica de cabello verde oscuro, presionó el botón verde y se puso el celular en la oreja para escuchar la voz de la chica.

-¿Bakugou-kun? -dijo al otro lado de la línea.

-Sí ¿Quién más podría haber contestado? -contestó el rubio ceniza, la chica soltó una risilla.

-He encontrado buena información sobre el chico -dijo seria -Sobre su infancia... -

-¿Y a mí qué? -preguntó molesto el chico de cabellos rubios.

-Es importante, te la enviaré por correo codificado, adiós -dijo la chica mientras colgaba.

-¡Hey! -dijo el chico mientras guardaba su celular y chasqueaba la lengua.

Siguió andando hasta que llegó a casa, se sentó en la computadora a esperar la información que en algún momento le enviaría su compañera de trabajo. Mientras esperaba tomó tranquilamente una amarga taza de café.






Nota Notarial:

¡Hola! ¿Por qué estará Izuku confundido? ¿Y que será la información de la que hablan? Eso lo verán en el próximo próximo capítulo ewe. ¡Gracias a todos! Esta pequeña esta historia ya a llegado a las 1.1K de vistas, solo y gracias a ustedes ¡Muchas gracias! <3


Publicado 02/09/17

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