Un joven de cabello verde y alborotado se despertó con gran emoción pues ese día sería el cumpleaños de su mejor y único amigo, Shouto Todoroki. Hace mucho que no le veía ya que vivía lejos pero el cumpleañero quiso que su fiesta de cumpleaños sea en la ciudad donde vivía el príncipe, para que él pudiese asistir. Aunque Izuku le pidió que lo hiciese en su ciudad, él se negó así que la reunión sería cerca del palacio. Por eso, Izuku podría asistir a la reunión ya que él no podía viajar lejos por motivos económicos y académicos. Se levantó con ánimos e intentó peinarse lo más que pudo pero su alborotado cabello verde se despeinaba fácilmente, al final lo dejo como estaba o cómo se levantó. Se baño, se cambió, se roció con perfume que le había dado su madre y salió de su habitación. Saludó a su madre, muy contento, que también acababa de despertar y ella le respondió el saludo del mismo modo.
-Buenos días cariño -saludó con ternura y calma.
-¡Buenos días madre! -saludó con emoción.
-¿Por qué tan contento? -preguntó su madre al verlo emocionado, a él le brillaron los ojos por la pregunta y empezó a sonreír más de lo que ya lo hacía.
-Hoy iré al cumpleaños de un amigo -le dijo emocionado Izuku a la reina -Te hable del tema ayer durante la cena -le recordó.
-Si, lo recuerdo -dijo sonriente -¿Ya desayunaste? Apresurar, te has levantado un poco tarde -dijo su madre mientras se retiraba.
-¡Desayunare enseguida mamá! Digo... ¡Madre! -se corrigió mientras bajaba a desayunar.
Su madre soltó una risilla mientras se retiraba con su séquito de sirvientes, entre ellos estaba un joven de cabello rojo y puntiagudo. Midoriya desayunó a toda prisa para poder salir a ver a su amigo lo antes posible ya que se encontraba muy emocionado por verlo.
-¿Cómo estará Todoroki-kun? -pensó mientras terminaba de desayunar.
-¿Satisfecho, joven amo? -preguntó una sirvienta a su lado.
-¡Sí! ¡Muchas gracias! -dijo mientras regresaba a su habitación y no notaba las sonrisas enamoradas de las sirvientas.
Izuku pasó el rato en su cuarto ya que la reunión era a las quince horas del día (3pm) y hasta entonces tendría tiempo de sobra. Se relajó hasta entonces ya que ese día no tenía ningún curso, ni de artes marciales o de estudios avanzados. Paseó por el palacio mientras meditaba en cómo le iría a su amigo, mientras caminaba vio una foto colgada en un marco de oro de su infancia. Se quedó mirándola con melancolía, al igual que todas las que había por aquel pasillo. No las recordaba para nada, ni a las personas que había en ellas o lo que había sucedido en cada imagen. Faltaban imágenes desde que tenia diez años a doce años. Fue a ver a su maestro de artes marciales que se encontraba entrenando con otros alumnos. Se quedó mirando el entrenamiento desde afuera del dojo, no quería interrumpir su concentración en aquella práctica. Cuando la práctica terminó Izuku entró para hablar con su maestro.
-¡Buenas tardes maestro! -saludó el de cabello verde.
-Bienvenido príncipe -dijo el hombre mientras se inclinaba levemente.
-N-no es necesario que se incline, con un saludo es bastante -dijo el joven avergonzado.
El maestro sonrió y ambos caminaron por más afueras del dojo. Mientras que paseaban hablaban de temas triviales, la comida, la servidumbre, la reina, el palacio, etc. Bueno, temas comunes entre ellos.
- Y dígame joven Midoriya -dijo el maestro de gran musculatura.
-¿Sí? -preguntó feliz el peli-verde.
-¿Habla con algún chico de su edad? -preguntó su maestro y Midoriya se quedó en blanco.
-Ah... -Izuku se quedó en silencio ya que no supo que responder a la pregunta de su profesor.
-¿No debería comentarle de esto a la reina? -preguntó el hombre preocupado por su la vida social del chico ya que por lo que sabía era bastante reservado debido a su timidez.
-No, se preocuparía mucho -pensó Midoriya triste -Mi mamá ¡Digo! Mi madre tiene asuntos más importantes que cumplir cómo gobernar, realizar papeleo, fiestas importantes -dijo Izuku restando importancia a sus problemas.
-¿Cómo sería una buena reina si no sabe cuidar de su hijo apropiadamente? -preguntó el maestro y Izuku refutó de inmediato.
-¡Ella es una buena madre y reina! Yo soy un mal hijo por no saber adaptarme... -respondió el peli-verde con desánimo.
-No te castigues a ti mismo, joven Midoriya -dijo su maestro acariciando su cabeza - Esfuérzate al máximo y lo conseguirás -le recomendó provocando un sonrojo en el adolescente.
-Gracias maestro... -susurró Midoriya mientras miraba el río correr bajo sus pies.
Izuku y su maestro se habían detenido a conversar sobre un puente de madera, bajo el puente, corría un pequeño río de aguas suaves y tranquilas. Nadaban pequeños y grandes peces con bigotes, Midoriya los observaba pasar por debajo de sus pies. Se despidió de su maestro y le agradeció por el consejo, le hablaría del tema a su madre otro día, no quería agobiarla en esos momentos. Se dio cuenta que ya eran la hora de almorzar, era la hora de ver a su amigo.
-Avísenle a mi madre que almorzare con mi amigo -dijo contento.
-Recibido, joven príncipe -dijo la sirviente -Vaya con cuidado -
-¡Gracias! ¡Hasta luego! -se despidió Izuku mientras salía seguido de los sirvientes que lo llevarían a la reunión.
Midoriya subió a la limusina blanca que lo llevaría al cumpleaños de Todoroki y el automóvil partió. Las sirvientas conversaban alegremente entre sí, comentando sobre lo cuan apuesto y maduro que se veía el príncipe.
-¿Has visto? -dijo una de ellas emocionada -¡Me dijo "gracias" y hasta se despidió! -dijo mientras daba saltos de alegría.
-¡A mí me dijo "buenos días! ¡Kya! -dijo sonrojada otra de las sirvientas.
-¿Recuerdan cómo era antes? Nos empujaba y a veces nos gritaba muy enojado cuando limpiábamos su habitación... -dijo una con aire melancólico.
-¡Silencio! -dijo una empleada que acababa de llegar, todas la miraron sorprendidas -¡De esos temas no se hablan dentro del palacio! ¡Vuelvan a trabajar! -dijo enojada.
-Si Madame... -susurraron las tres.
Cuando la mujer más imponente desapareció por una de las puertas las tres siguieron conversando sobre los años pasados, mientras reían y recordaban, una comentó de nuevo.
-¿Cambió desde aquella vez, no? -preguntó una de ellas a la que había vivido más tiempo en el palacio.
-Sí... desde ese día el príncipe Midoriya cambió por completo -dijo la sirvienta con tristeza.
-Pero... ¿Qué le pasó? -insistió la sirvienta.
-¡No te lo puedo decir! Son órdenes de nuestra reina -dijo la sirvienta volviendo a sus labores.
-Rayos... -pensó la sirvienta de cabello verde oscuro y ojos saltones cómo los de una rana - Tendré que buscar información de otro modo para Bakugo-kun... -pensó mientras se alejaba de aquel par de sirvientas habladoras y se escabullía lejos del bullicio donde encontraría los datos que quería.
Los datos de la niñez del príncipe.
Nota notarial:
¡Hola! Espero que les este gustando la historia, pensé que lo mejor sería no escribir notas muy largas, así que por esta vez solo agradeceré. Gracias a aquellos que me siguen aunque seamos pocos me emociona que a las personas les guste mis historias y que las voten y comenten <3. Y espero que las disfruten tanto como yo las disfruto al actualizar. Subiré los capítulos cada tres o cuatro días por semana. Sayonara -3-
Publicado el 01/08/17

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Secuestrado
Fanfiction-Entonces... ¿Solo lo secuestro?. -preguntó el de cabello ceniza con duda. -Sí y vivirá contigo 6 meses, luego nos lo entregaras. -dijo un hombre con semblante misterioso. -Esta bien. -dijo el de pelo ceniza retirándose del lugar. Pero seis meses se...