Capítulo 12

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-¿Papá? -

-¿?-

-No lo permitas... -

-¿Qué cosa? -

-N-no lo permitas, por favor, ella no merece esto -

-Tú no decides, yo sí, cuando crezcas lo entenderás -

•••

-¿Mamá? -

-¿Sí Izuku? -

-¿Estás bien? -

-Claro ¿Por qué preguntas? -

-Tu ojo se ve extraño... esta cómo... morado, no sé -

-... -

-¿Mamá...? ¿Por qué lloras mamá? ¿Estas bien? -

-... -

-¿Mamá? -

•••

Midoriya despertó asustado, aquellos sueños lo habían atormentando recientemente. Eran de lo peor, en especial por que nunca los había vivido. Escuchaba diversas voces familiares, entre ellas las de su madre y la de él. Él nunca conoció a su padre ¿O sí? ¿A qué se refería? ¿Por qué su madre lloraba? Era todo extremadamente confuso.

El príncipe no recordaba nada de su niñez, por lo que sabía había ocurrido un "accidente" y las personas a su alrededor se negaban a decirle algo acerca del tema. Ahora, no tenía a nadie a quién recurrir. Su madre lo solía consolar cuando no lograba consiliar el sueño. Pero ahora en esa habitación, solo estaba el rubio ceniza dormido a unos metros de distancia, sus ronquidos rompían el tenebroso silencio que había en la habitación. Eso le agradaba en gran parte, no quería dormir en aquel momento por que sabía que aquellos sueños regresarían mientras durmiera.

-¿Sí lo despierto se enojará conmigo? -reflexionó el chico de cabellos verdes intentando ver al rubio en la oscuridad, pero solo escuchaba sus ronquidos.

No perdía nada con intentarlo supuso. Se levantó de su cama y con sigilo se acercó a la del rubio, por la oscuridad no se veía muy bien pero podía distinguir la silueta del rostro durmiente.

Tocó su hombro débilmente para ver si despertaba y se alejó de la cama con miedo. Bakugou se removió un poco pero no se movió más. Izuku se acercó de nuevo, para ver mejor su rostro acercó el suyo al del chico que dormía.

No se había percatado que los ronquidos habían cesado desde hace un rato. Unos mechones rubios cubrían los ojos del rubio, Izuku los apartó con delicadeza y se sorprendió mucho al ver dos ojos carmesís mirándolo fijamente, se quedó instantáneamente congelado.

-¿Qué demonios haces? -preguntó con voz ronca y susurrante, no gritó, Midoriya se hubiera asustado mucho si lo hubiera hecho.

-Y-yo quería despertarte... tuve una pesadilla ¡Ya sé que es algo absurdo! Pero... -dijo Midoriya bajito, sino fuera porque en la habitación no había otro ruido más que sus voces, Katsuki no lo hubiera escuchado.

Izuku espero un grito de exasperación de su parte, pero se sorprendió al ver que el rubio se quedó callado y mirándolo fijamente.

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