"Largos años de paz"; se repetía de nuevo esa voz en su mente, tan serena como el murmullo del viento.
Cada mañana desde el día en que supo que sería dueña y señora de las tierras de Wanhander, esas palabras resonaban en su cabeza, incluso cuando trataba de conciliar el sueño llegaban sin previo aviso, quitándole cansancio alguno, pensando que estaba alucinando por todo lo que le había sucedido.
Alguna vez soñó con ser poderosa, tener que gobernar sin mover un solo dedo, ser la mujer de un hombre que le diera los hijos que quisiera, que siempre la tuviera en cuenta para sus planes y, sobre todo, tener un reino acuestas. Deseó aquello desde que era pequeña; su padre la formó así, como una princesa que debía servir a su príncipe, que se convertiría en soberana de un reino al cual todos debían servirle.
Pero todas esas metas propuestas se esfumaron el día en que Drek rechazó su presencia después de que su coronación se viera frustrada por un grupo de murders que irrumpieron al castillo de Wanhander, odiaba a los que se interpusieron en su unión, detestaba estar de nuevo en el sombrío Castillo Negro a la espera de que la supuesta guerra, que alegaba el príncipe, acabara para así poder casarse con él. Pero lo que más aborrecía con todas sus fuerzas, no era que la tuvieran aguardando por un compromiso prometido, sino que precisamente una plebeya, una traidora, se hubiera robado el corazón del hombre al que ya le había jurado amor eterno.
Lo peor no era eso sino que era sangre de su sangre, bastarda pero a fin de cuentas su media hermana, suponiéndose que tenían cierto parecido e incluso ambas eran bellas. "¿Qué vio Drek en ella que yo no tenga?".
Tenían el mismo color de ojos, pero una poseía el cabello hecho con los hilos de la noche y la otra con los rayos del sol. Una era más alta, de cuerpo envidiado por cientos de mujeres, mientras que la otra carecía de curvas, algo que para nada les gustaba a los hombres. ¿Qué rayos tenía André a su favor para encantar a Drek?
Se levantó entonces de su lecho cuando su agotamiento se vio consumido por su mente llena de rencor.
Miró alrededor de su oscura habitación donde apenas una ventana que daba al exterior dejaba entrar la luz de la luna que bañaba su cama. Caminó hacia ésta para asomarse, contemplando el paisaje, los largos años de paz que mostraban su efecto en ese reino prospero donde, a esa hora, todos descansaban.
Enfocó la luna esperando en ella encontrar respuesta a esa frase que se repetía día a día casi sin dejarla dormir. ¿Qué significaba?
—De qué sirven largos años de paz si no obtengo lo que quiero —musitó entre dientes, empuñando sus manos con recelo al recordar de nuevo la mirada que le dedicaba Drek a la murder de André, el día de su fallida coronación.
De nada valía esperar como fiel devota si todo se iba por la borda por culpa de unos rebeldes sin causa. Ni debía esperar, tendría que estar a su lado, como su futura reina debía apoyarle, entonces ¿por qué estaba allí, sometida a los mandatos de su padre, a la espera de la guerra ocasionada por el Intérprete acabara?
Si fuera por ella estaría con él pero, de qué servía si incluso el mismo Drek Turner le exigió que se marchara de sus tierras, alegando que no podría protegerla. Contradecirlo iba contra sus principios, pero cuánto le molestaba que la tomaran por una plebeya, recibiendo órdenes cuando podría hacer más a la causa.
Resopló de nuevo a la espera de que esa voz susurrante en su cabeza dejara de repetir esas palabras absurdas.
—Largos años de paz no me sirven si lo que quiero está en guerra —bufó por lo bajo, dando media vuelta.
Dio zancadas hacia el baúl a los pies de su cama para sacar ropa y salir a dar un paseo, refrescar su mente estresada de tantos tropiezos en su camino de ser reina. Vestida con un traje de seda negro y una capa de terciopelo del mismo tono, abrió la puerta de su habitación, topándose con dos guardias que enseguida, con lanzas, le cerraron el paso.
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El mensaje de los Siete [IyG II] ©
FantasyEn esta segunda parte del Intérprete y el Guardián: Luego de destruir "El Tratado de los Once", la Intérprete tendrá que recorrer las Once Provincias Místicas para encontrar solución ante la posible destrucción de toda Reblan. Para ello tendrá que...