Capitulo 12

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Me encuentro tirado en el suelo, mi hermano Feize me levanta y corre hacia la batalla, el campo es gris y con remolinos morados en el cielo, el tiempo avanza lentamente, veo a mis hermanos correr a la batalla 
Escucho a lo lejos un grito
-¡Kard!
Volteo y veo a Méreg, angustiada me señala delante mío
Doy la vuelta y una espada larga está a punto de cortar mi cabeza
Inclino mi cuerpo rápidamente hacia atrás esquivando el golpe
El tiempo avanza más rápido hasta llegar a su velocidad normal
Me enderezo y desenfundo mi espada
Atravieso diagonalmente al soldado con una armadura de estilo asiático color negra 
Este cae al suelo
Veo como los guerreros con un emblema de león en el peto combaten a los de estilo asiático
Gho-Meg
Los soldados de emblema de león luchaban contra los soldados de armadura negra en el campo, mis hermanos peleaban del lado de los leones, doy dos pasos hacia ellos y veo a mi caballo aproximarse, sin cabeza

Lo reconozco por la silla de montar, me asombro unos segundos y lo monto, galopo hacia adelante decapitando soldados de Gho-Meg hasta llegar al centro del campo abierto

Los soldados desaparecen al igual que mis hermanos sin dejar rastro alguno, me bajo del animal y al voltear a el este también desaparece 

-¡Kard! ¡¿Qué haces?!

Escucho gritar a Feize, volteo y lo veo arrodillado y herido viendo hacia adelante

Giro mi cabeza hasta donde el está viendo y observo a la mujer de vestido blanco con un cuchillo en la mano y a Méreg al lado, la apuñala en el estomago de golpe

Despierto agitado mientras me levanto de la cama rápidamente

Llevo mis manos al rostro mientras me levanto, veo al duendecillo dormido sobre un sillón de terciopelo rojo, suave y comodo

Me coloco mi equipo me acerco a la puerta de madera y escucho que el duendecillo se levanta y se acerca a mi

-No, esta vez no me acompañarás

Le digo dando la vuelta

La criatura comienza a mover sus manos para hablar conmigo

-(¿Por qué no?)

-Es peligroso

Le digo indiferente

-(Claro, y todo lo que ha pasado no) 

-Mira, no estoy para jueguitos  

Le digo un poco molesto

-(¿Es por tus pesadillas?)

Me dice con señas y con una mirada curiosa

-Eso no te incumbe

-(Te asustas bastante en ellos ¿No? Puedo ayudar)

Tomo una hoja y una pluma con tinta, escribo en ella "Derecho a comer todo lo que quiera", volteo a la criatura y le pregunto

-¿Sabes leer?

-(Si)

Me responde un poco extrañado

-Toma

Le digo dándole el papel, este lo lee y una sonrisa nace en su rostro, me mira y me habla de nuevo en señas

-Si, puedes comer lo que quieras

Le digo serio abriéndole la puerta de la habitación, este sale corriendo seguramente a la cocina

Camino por los extensos pasillos del castillo hasta llegar a los establos y por ende a mi caballo trato de subirme pero me detiene un chambelán vestido con ropas muy elegantes de color negro y blanco un embiri de una edad avanzada y con las manos en la espalda

Sangre EnvenenadaWhere stories live. Discover now