Había sido un viaje largo sin duda hasta Londres. Eran cerca de las once de la mañana y estaba allí parada aun lado de él mientras saludaba con total aprecio a la señora que nos había recibido. Pensé enseguida que podría ser alguien quien había trabajo junto a la familia por años y por eso la reacción de Thomas hacia ella.
---Buen día, señorita---su saludo fue totalmente amable ocasionándome una dulzura hacia ella enseguida.
---Buenos días, Soy Allison y llámame solo así, por favor---le indique, ella sonrió para mí con total felicidad. Era un señora ya de edad y de verdad producía una dulzura y ternura enormes.
---Allison, ella es Georgina, fue mi nana cuando era pequeño, bueno, aun lo es---ambos compartieron una pequeña risita mientras él le abrazaba con cariño, sonreí a eso mientras asentía a sus palabras anteriores.
---Un placer en conocerla---dije sinceramente.
---El placer es mío.---ella giro su rostro para mirar a Thomas. ---Es una chica muy hermosa, hijo. Me alegra que haya venido---dijo eso ultimo observándome directamente. Me sentí sin evitarlo un poco avergonzada a lo anterior, era un encanto de mujer sin duda. ---Bueno, pasen, adelante!--- nos apuro ella, pasamos delante de ella, él tomo mi mano al tiempo que oíamos como llamaba a un chico que pronto apareció y le indicaba que subiera al cuarto de Thomas todo lo de bolsos que habíamos traído.
---¿Donde están todos, nana?---pregunto él girando su rostro hacia Georgina y aquella última palabra fue un acto completamente tierno para mí en el cual quede algo colgada por un par de segundos.
---¡Están todos en el living, querido! Charles aun no despierta, como siempre!---rio ella, él sonrió plenamente regalándole un cortes gracias luego para presionar mi mano y hacer que camináramos dentro del lugar. El hogar era grande pero no tanto como su casa en New Orleans y era bastante más acogedor y de una forma rustica muy simple. Me gustaba mucho más, me sentía bastante más cómoda allí donde no había tanto lujo alrededor. Nos detuvimos antes de girar hacia una entrada que de seguro era la del living, le observe un instante.
---Quiero que sepas algo importante---me dijo y eso me sorprendió, de repente tenía algo importante que decirme justo en ese momento. Le observe atenta. ---No permitiré que nadie vuelva a tratarme mal nuevamente. Cualquier cosa que suceda ahora o dentro de estos días y que te incomode, por más pequeña que sea, me la dirás y si es necesario nos iremos de aquí.---dijo secamente y era completamente verdad lo que me decía, su voz y su mirada profundamente penetrando la mía me lo indicaba.
---Thomas...---solo pude pronunciar su nombre cuando él me interrumpió.
---Allison, tu eres la única que me importa ahora mismo. No soportaría que cualquier cosa te hiciera sentir mal. Solo, has caso de lo que te he pedido. Quiero cuidarte de todo, en cada forma posible. Y eso incluye a mi madre---Di una pestañada luego de unos segundos y no me quedaba más que solo estar de acuerdo con él. Volví a mirarle notando algo ya visto por mí en su mirada, su ceño estaba semi fruncido y su mirada tenía ese tinte de dolor, como si algo realmente le hubiera afectado de sobre manera en ese preciso momento. Lleve mi mano a su rostro tocándole con suavidad, nuestros cuerpos se acercaron uno al otro al tiempo que sus labios buscaban los míos para que me regalara un profundo e intenso beso y fue algo encantador que me mantuvo unida a él por unos largos minutos.
---¡Han llegado por fin!---esa chillona conocida voz me exalto un poco produciendo que nos separáramos, mire a Caitlin quien estaba con una hermosa sonrisa observándonos con alegría y en un segundo se abalanzo sobre mi regalando un cariñoso e intenso abrazo. ---¡Allison, te he echado tanto de menos! ¿Como estas? ¿Te ha tratado bien? ¿Te has hallado bien en Las Vegas? ¡Ahh, Por fin están aquí!---hablo de una forma totalmente rápida y exaltada, ella esta de verdad muy contenta por nuestra llegada.
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Mía & Para Siempre
Dla nastolatków"Suele pasarme que cada cosa que me interesa, la quiero mía y para siempre, Allison". Me dijo en un murmuro. Su voz fue diferente esta vez. Algo más baja y rasposa, produciendo una cosa nueva dentro de mí hacia él. "Y tú eres una de ellas."...