X.

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Estábamos en la Arena todavía, Carter me estaba explicando algunas indicaciones, como que no podía salir de mi cuarto por las noches sin una autorización previa, o que, si lo hacía, que no se dieran cuanta los de las guardias, las horas de las comidas, la hora en la que se apagaban las luces, etc.

—¡Capi! — exclamó una chica que al mismo tiempo que brincaba sobre Carter y lo tacleaba— ¿Dónde te habías metido? ¿Hace cuánto volviste? ¿Por qué no nos avisaste cuando llegaste? ¿Cómo te fue? ¿Qué hiciste? ¡Te extrañamos muchísimo! — decía con voz alegre mientras lo estrujaba.

—Rei, basta, lo vas a asfixiar— dijo un chico muy alto, y bastante musculoso, el cual sujeto a la muchacha y la levantó por el cuello de la sudadera gris que llevaba puesta, con mucha facilidad, quitándosela de en sima a Carter.

—¡Ups! Lo siento— exclamó ella poniéndose su mano detrás de la nuca. Ambos se pararon firmes y lo saludaron— Rei Yamamoto y Griffin Sherman, reportándose, Señor, nos alegra que haya vuelto— él respondió a su saludo.

—Gracias chicos, pueden descansar— y ambos se pararon normal. Yo estaba detrás de Carter y la chica se asomó por en sima de su hombro para verme.

—¡Hola! — me saludó con una sonrisa y agitando su mano. Tenía una cara amable, sus ojos rasgados color cafés parecían cerrarse un poco cada vez que reía, tenía piel blanca y su cabello corto, un poco más arriba de sus hombros. Además de la sudadera, llevaba unos mallones negros y unas zapatillas deportivas. Le escurría un poco de sudor por la frente, perecía que había ido a correr.

Respondí un poco tímido a su saludo, simplemente levantando mi mano y agitándola de igual manera. Carter se posicionó a mi lado y puso su mano en mi cabeza, sacudiéndome un poco el cabello.

—Él es Thai, el general lo acaba de unir a nuestro escuadrón.

La chica se abalanzó sobre mí y me empezó a abrazar muy fuerte.

—¡Wow! ¡¿En serio?! ¡Que genial! ¡Ya verás que nos vamos a llevar muy bien! ¡Waaaaw eres tan lindo! — gritaba ella. En verdad me apretaba fuerte, creo que es la primera vez que alguien me recibe con tanta alegría, no es que me molestara, pero me empezaba a faltar el aire.

—Disculpa— dije golpeando su brazo— no puedo respirar— ella de inmediato me soltó y yo di una bocanada, se alejó un poco y me pidió perdón.

—Lo siento, ella suele ser así— habló el otro chico— Me llamo Griffin Sherman, un gusto, compañero— me extendió la mano y la estreche, me dio un apretón fuerte, aunque no fuera su intención, hizo que me doliera un poco la mano. Obviamente era muy fuerte, tenía cabello negro rizado, sus ojos eran negros, también era alto. Se mostraba imponente, pero creo que en realidad es alguien amistoso. Llevaba puesta una camiseta sin mangas negra, con unos pantalones deportivos y tenis.

—Igualmente— respondí con una sonrisa.

—Yo soy Rei Yamamoto, también es un gusto— dijo la chica abrazándome de nuevo. Luego se acercó un poco más, cerca de mi cuello y empezó a... ¿olfatearme?

Me estaba olfateando. De inmediato reaccioné y me puse tenso, de repente se acercó más y sumergió su nariz en mi clavícula, en verdad me estaba asustando.

—Thai...—susurró ella— hueles... hueles tan...— me quedé paralizado, podía sentir mi cuerpo temblar y el calor de ella al hablar.

En eso un brazo rodeó mi cintura y me haló hacía atrás, haciendo que Rei me soltara de su agarre, luego una figura me cubrió por completo y me apartó de ella, yo sólo cerré mis ojos.

PROYECTO OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora