Capítulo 11:Escapada a la Montaña

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Eran las 5 de la mañana, Giovanna y Noah se levantaron al instante, fueron al baño sin hacer ruido y metieron en la mochila tiritas. Se vistieron con ropa cómoda.
Giovanna iba con una camiseta de manga larga, con una chaqueta negra, con unos shorts vaqueros y zapatillas negras.
Noah iba con una camiseta de manga larga como Giovanna, con una bomber negra y con unos detalles en amarillo, unos shorts azul marino y unas zapatillas blancas.

Decidieron meter en la mochila una manta y una toalla, pero no cogían y buscaron una bolsa.

Giovanna tenía la sensación de que se dejaba algo importante.
-Collar de mi madre.... SI, anillo de mi abuela.... TAMBIÉN ¿entonces, que me falta? -decía Giovanna susurrando.
-Tal vez el violín... -decía Noah
-Cierto.
Fueron a la sala de música sin hacer ruido, cogieron el violín y se fueron escaleras abajo con las mochilas y las bolsas.
No hicieron nada de ruido, se pasaron por la cocina y cogieron unas magdalenas para desayunar, llegaron al jardín silenciosamente y no había ni un alma despierta. Era de noche todavía, serían las 6 de la mañana.
-Vale, Noah tira tu mochila por encima de la valla, y las mantas también, con cuidado de no hacer ruido.-Susurraba Giovanna.
Cuando Giovanna dijo esto, las mantas se engancharon en las vallas.
-Pasa rápido antes de que nos pillen Noah-dijo Giovanna susurrando y muy nerviosa.
Noah pasó rápidamente por el agujero de la valla, se subió en una piedra y desenganchó las mantas. Giovanna le pasó el violín por encima de la valla junto a su mochila.
Ahora sólo faltaba que Giovanna pasara por el agujero.

De repente, Giovanna vió que una luz en la segunda planta se encendía.
-Corre Gio-Susurraba Noah desde fuera.
Giovanna se apresuró y la luz se apagó.
Falsa alarma

Giovanna y Noah se colgaron las mochilas al hombro, cogieron la comida, mantas y el violín y empezaron a subir la montaña, desde allí deberían de ver la carretera que llevaba a la ciudad. Ya no había vuelta atrás, debían continuar.
Subiendo la montaña, Noah se tropezó y se iba a caer para abajo. Giovanna la agarró de la cintura como pudo y continuaron subiendo, hasta que estuvieron en la cima de la montaña. Ya había amanecido.

-Choca Gio, lo hemos logrado

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-Choca Gio, lo hemos logrado.
-Ya ves tía- decía Giovanna emocionada.
-Yo me voy a comer la magdalena ya, que tengo un hambre.
-Vale, de todas formas debemos caminar, por si nos ven desde arriba.

Hicieron una pausa, para que Noah se tomará la magdalena. Después, continuaron cuesta abajo hasta llegar a una pequeña llanura. Caminaron y caminaron, hasta que a Giovanna le entró mucha hambre y pararon en un árbol.

Estaban un poco lejos del Orfanato. En frente de la llanura, había cómo una pequeña montañita, en la cual se iban a asomar, para buscar la carretera.

Caminaron y caminaron, hasta llegar a los pies de la pequeña montaña. Estuvieron un rato escalando, y cuando llegaron a la cima se les había hecho de noche. Arriba en la montaña, había una parte lisa.
-¿Acampamos aquí? -dijo Noah con algo de frío.
-Bueno quien dice acampar, dice dormir en una manta.
-Bueno eso, ¿qué más da? Tengo frío Gio.
-Vamos ha hacer fuego y así nos calentamos y cocinamos algo.

Giovanna coge un par de troncos, ramas secas y malas hiervas. Coge una cerilla y la enciende, después la echa a los escombros. En pocos minutos tenían fuego.

Noah, abrió la bolsa de la comida, y de ella sacó un paquete de salchichas.
Abrió el paquete con el cuchillo, mientras Giovanna buscaba unas ramitas para pinchar  las salchichas.
–Toma una ramita Noah, pincha la salchicha y acércate al fuego para que la salchicha se cocine. Nos comemos sólo dos para tener para otro día.
–Jo, yo tenía hambre.
–Pues cómete una manzana.
–Mejor no, las manzanas para mañana para desayunar.

Cocinaron las salchichas, pusieron la manta en el suelo y se sentaron a comerse las salchichas.
–Mmmmmmmm... Que buenas–decía Noah devorando la salchicha. –No había probado unas así desde que mi tío me las preparó en la barbacoa.
–Jajaja, yo siempre he comido comida tradicional.
–Yo de todo–decía Noah con la salchicha en la boca.
–Jajajajaja con la boca llena no se habla–le decía Giovanna guiñando un ojo
–A sus órdenes jefa. –decía intentando guiñar el ojo.
–Jajajaja, no sabes guiñar el ojo
–No sé, jajaja, tienes razón.
Ambas empezaron a reír, mientras una guiñaba el ojo, la otra lo intentaba.

Tras un rato, contándose historias graciosas, decidieron dormir.
Giovanna se puso la sudadera gordita encima de la camiseta de manga larga y unos pantalones largos encima de los shorts. La chaqueta que llevaba, se la echó por encima de su cuerpo. Noah, hizo lo mismo. Apagaron el fuego y se fueron a dormir.

Nota de la autora:
Hola mis pequeños lectores. Espero que os haya gustado el capítulo. Dejarme en comentarios si creéis que van a encontrar la carretera o no.
Gracias por leer❤️

Cuerdas mal sonantes 💔  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora