10 || what did I do to deserve you?

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Entré al cuarto de Dylan -que seguía profundamente dormido y soltando algunos ronquiditos- con una gigante sonrisa en el rostro

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Entré al cuarto de Dylan -que seguía profundamente dormido y soltando algunos ronquiditos- con una gigante sonrisa en el rostro.

— ¡Felíz cumpleaños a ti, felíz cumpleaños a ti! ¡Felíz cumpleaños querido Dylan, felíz cumpleaños a ti!

Para cuando terminé de cantar, Dylan ya se encontraba despierto con una sonrisa adormilada y el cabello completamente hecho desastre.

Dejé el pastel sobre la mesa de luz y enseguida me tiré encima de él para rodearlo con mis brazos. Hundí mi rostro en su cuello y lo apreté más contra mi. Dylan rodeó mi espalda con sus brazos y me dejó caer a su lado en la cama.

— ¡Felíz cumpleaños, idiota! —ambos reímos.

— Gracias, Fel —dirigió su mirada al pastel a su lado y su sonrisa se hizo aún más grande—. ¡Esto es asombroso! ¿Lo hiciste tú? —asentí con orgullo—. No debiste, me hubiera conformado con un pastelillo o con un pastel de Walmart.

— No fue nada, tú lo vales. Además, es tú primer cumpleaños en casa desde hace mucho tiempo, quiero que sea perfecto —me encogí de hombros.

Dylan me miró enternecido y volvió a rodearme con sus brazos.

— Te amo. Eres la mejor amiga del mundo —me estrujó más.

— Lo sé.

Nos separamos y Dylan tomó el pastel para ponerlo en su regazo.

— ¿Ya lo podemos comer? —dijo como si de un niño pequeño se tratara.

— Espera, aún tengo otra sorpresa.

Dylan me miró con ambas cejas enarcadas mientras me levantaba y salía de la habitación.
Tomé la bolsa de regalo que había dejado en la puerta y cuando entré otra vez, Dylan estaba tomandole foto al pastel.

Dejó su teléfono en la mesa de luz y volvió a poner el pastel en su regazo.

— ¿Me compraste un regalo? —preguntó incrédulo.

— No, se lo compré al vecino —ambos rodamos los ojos.

Me volví a dejar caer a su lado en la cama y él tomó la bolsa de regalo, abriendola en menos de un segundo.

— ¡NO PUEDE SER! —exclamó en cuanto vio su contenido—. ¡FELICIA ESTE ES EL MEJOR REGALO DE TODOS!

Fruncí el ceño.

— No me digas Felicia, idiota —golpeé su hombro.

— Perdón —se quejó—. Volviendo al tema. ¡ESTE ES EL MEJOR REGALO DE TODOS!

Extendió el jersey de los Mets con su nombre grabado llenó de emoción.

— ¡Es el número de Stiles! —exclamó cuando vio el 24.

— Pensé en que lo haría más especial —me encogí de hombros.

Dejó el jersey en la bolsa y se volvió a mi.

— Espera —lo detuve—, revisa bien la bolsa.

Tomó la bolsa y comenzó a sacar el papel decoratorio de está hasta que soltó un chillido y se volvió a mi con dos boletos en la mano.

— No pude conseguir para el de hoy pero si para mañana —me encogí de hombros.

Había sido algo difícil conseguir esos malditos boletos. Tuve que pelearme con otra mujer ya que eran de los últimos en las primeras filas.

— Dios, esto es... —suspiró y apartó todo para volverme a abrazar—. ¿Qué hice para merecerte? —susurró antes de besar mi coronilla.

Estuvimos en la misma posición unos segundos hasta que volvió a hablar:

— Ese pastel me pide a gritos que me lo coma —ambos reímos.

Me aparté de él y volvió a tomar el pastel. Antes de que pudiera sugerir ir a la cocina, enterró su mano en este y se llevó el pedazo de pastel a la boca.

Allá va todo mi esfuerzo.

Me encogí de hombros y enseguida hice lo mismo que él.

— Abun do entiendo —habló con la boca llena de pastel—, ¿cobo hiciste desto din que be dieba cuenta?

— Hide todo bientras estabas don tu puta —hablé igual con la boca llena.

Dylan me miró por unos segundos y comenzó a reírse.

— ¿Qué? —cuestióné cuando deje de masticar.

— Tiene tanta clase, señorita Ackerman —se mofó.

— Lo mismo digo, señor O'Brien.

Debido al cumpleaños de una de las personas más hermosas y perfectas en la faz de la Tierra, voy a hacer un maratón empezando desde ahora, todo el día voy a estar subiendo capítulos.

All the love, Soph

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All the love, Soph.

𝐍𝐎𝐓 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐓 𝐓𝐎 𝐁𝐄 ➳ dylan o'brienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora