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Capítulo 5.5: "Sentimientos amorosos"

[Sábado 18 de Diciembre del año 2015 a las 10:24 horas]

≈Narrado desde el punto de vista de la Autora≈

Un día lluvioso en la ciudad, y la joven azabache estaba mirando por la ventana como la tormenta dominaba la ciudad, el agua de la lluvia inundaba poco a poco las calles, si una persona pasaba por ahí, el agua le llegaba a sobrepasar sus tobillos.

Y mientras tanto, Mikasa, en un ambiente brumoso y nostálgico, recordaba un día como éste de hace 8 años.

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[Domingo 18 de Diciembre del año 2007 a las 12:35 horas]

Un día soleado en el que comúnmente los niños salen a jugar al parque, una niña de melena negra algo larga estaba asomándose por la ventana de la sala de su casa, viendo como aquellos niños se divertían correteándose entre sí.

Ella decidió salir de su casa, caminaba por el verde césped que le llegaba a sobrepasar sus tobillos, veía a los demás niños reír alegres, pero vió a uno de ellos que estaba sentado en una banca, totalmente solo, estaba llorando silenciosamente. La azabache se acercó poco a poco hacia donde estaba el niño y se paró frente a él.

-Oye, ¿estás bien?- preguntó preocupada la niña de rasgos orientales.

No obtuvo respuesta con palabras, el niño optó por ignorarla y sollozar en un tono más bajo.

-¿Puedo ayudarte en algo?- preguntó un poco más amable.

-Traerlo de vuelta.- dijo el niño de cabellera castaña mirando a la niña que estaba parada frente a él, con lágrimas acumuladas en sus orbes.-¿Podrías traerlo de vuelta?

La azabache se le quedó mirando al castaño confundida, pero a la vez con lastima, no entendía la situación por la que el chico estaba pasando, así que se sentó a su lado para ver si podía apoyarle de alguna manera. Pero a la vez, la linda niña azabache contemplaba cada rasgo que poseía éste chico; su cabello castaño chocolatoso, de tez morena y que en su rostro, poseía unos hermosos y grandes orbes aguamarina que tanto cautivaron la atención de la  azabache. Desde ése instante en que lo vió, por primera vez en su vida nunca había visto unos ojos tan hermosos como los de aquél niño.

-Puedes decírmelo, no tengas miedo. Yo te ayudaré.- el niño sonrió levemente aún cabizbajo.

El chico le contó todo lo que había pasado, perdió a su hermano mayor y a su padre en un accidente automovilístico, su mejor amigo...le confesó que se había enamorado pérdidamente de él, y cuando pensaba decirle sus sentimientos, desapareció, después de que pasó el accidente de auto.

-Mi nombre es Mikasa, ¿cuál es el tuyo?- preguntó la chica después de una charla algo larga.

-B-Bueno...mi nombre es— el chico fue interrumpido por la presencia de tres chicos de mayor edad y estatura, quienes miraban al menor con malicia.

-Vaya vaya, Jaeger está chillando cuál nena.- bromeó uno de ellos.

-Igual que su amigo el debilucho.- río el otro.

-¡Bastardo de mierda!- dijo el chico de orbes aguamarina abalanzándose hacia el chico que dijo el último comentario, empezando a golpearle en la cara. Pero los amigos mayores lo sujetaron pasando sus brazos por debajo de sus axilas, elevándolo al aire.-¡No tienen derecho alguno de hablar así de él!

-Lastima que ya no está aquí contigo, y pronto en la tierra tampoco.- miró amenazante al castaño, dándole un golpe con su puño en su estómago, haciendo que éste se retorciera de dolor, pero a la vez asombrado por lo que había dicho.

-¿¡Qué has dicho..!?- molesto exclamó dificultosamente frunciendo más el entrecejo, con lágrimas nuevamente acumuladas en sus orbes.

-El accidente de auto, sigue en el hospital debido a un fuerte golpe en la cabeza, puede que viva sin recordar gran parte de su vida o también que muera.-al oír eso, el moreno bajó la mirada, tratando de evitar que sus lágrimas cayeran por sus mejillas y rompiera en un llanto doloroso. El mayor l golpeó numerosas veces en la cara.-Si tanto quieres estar con él ¡Te llevaré con él!—

El castaño cerró forzosamente sus ojos esperando el puño del chico mayor en cualquier parte de su cuerpo, esperando un golpe el cuál nunca llegó. El chico que lo sujetaba lo soltó cuando se quejó de repente.
Cuando el de orbes aguamarina abrió los ojos no podía creer lo que veía ante él, la chica que recientemente acababa de conocer, golpeaba a los bravucones de ahí, dándoles golpes fuertes en el estómago y agresivas pero hábiles patadas en las espinilleras y rodillas de los tres chicos. Los tres se fueron corriendo como niñitas asustadas, la azabache volteó a ver al castaño que se había quedado espetufacto por las grandes habilidades de su contrario.

-Ven, te llevaré a mi casa. Estás muy lastimado.- dijo Mikasa tomando la mano del castaño sin dejar que éste hablara.

Después de lo sucedido, el día soleado se convirtió en un día lluvioso como los de costumbre en las épocas de verano, en la casa de la familia Ackerman se hallaba un chico azabache y de mirada fría en su propia recámara, recostado en su cama, leyendo un libro cualquiera mientras bebía chocolate caliente de una taza gris.

Esa misma tarde lluviosa, Mikasa llevó a su casa a el mocoso de cabello castaño para que su madre pudiera ayudarle a curar las heridas superficiales del chico. Al llegar, Mikasa estaba con el desconocido sentados en un sofá de la sala mientras que su madre, Kuchel, curaba al castaño las heridas, raspones y cortadas tenía en su rostro, brazos y piernas, para después aplicar en sus moretones una pomada especial para los golpes.

-¿Cómo es que ocurrió ésto?- dijo impresionada la madre mientras pasaba un trapo húmedo por su rostro.

-Estaba caminando por el parque hasta que vi a éste chico siendo golpeado por unos mayores.- argumentó la pelinegra seriamente.

-Bien, traeré unas galletas para que coman algo.- dijo la madre volviendo a la cocina.

-Traeré unas venditas.- dijo Mikasa al irse en búsqueda de lo dicho.

Mientras tanto, el chico pelinegro se percató de la presencia del invitado, se fue a sentar en un sillón, que quedaba frente al que estaba el castaño.

-Dime, ¿porqué pelearías contra esos infelices?- preguntó seriamente el azabache.

-¿E-Eh?- el chico castaño se le veía nervioso, y era por la culpa de Levi, pues con solo su mirada hacia que se intimidase.

-Levi, no lo intimides.- Mikasa llevaba en sus manos dos vendas y se sentó a lado de su invitado.

-M-Muchas gracias...¿Mikasa?- agradeció el moreno algo tímido.

-No te vayas a burlar del nombre de mi hermana, si lo haces no volverás completo a tu hogar.- advirtió el azabache seriamente amenazador.

-B-Bien, no lo haré.- sonrió levemente.

-Aún no me has dicho tu nombre.- Mikasa miró al castaño a sus preciosos ojos aguamarina.

-A-Ah, Eren. Mi nombre es Eren.- le sonrió dulcemente a la azabache. Haciendo que ella sintiera una opresion en su pecho.

Pudo decirse que desde que Mikasa lo vió aquella vez, se impactó con un nuevo sentimiento, una emoción que hacía que su corazón se oprimiera dentro de su pecho, que sintiera un revoloteo de mariposas en su estómago.

-"¿Acaso es el amor acechándome?"- se preguntó en su mente la joven azabache.







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Chan chan chan chaaaaan
Chan chan chan chaaaaan

Volví después de miles de años :'v

Lamento la demora, es debido a que ya he entrado a clases y no tengo tiempo para escribir :(

Bueno, espero que les haya gustado ^^

Nos leemos pronto!

-HK1205💚💙

"Me enamoré de ti, encanto" [Eremin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora