"Ya no puedo más, si se enterase de lo sucedido ¿me odiará? ¿me abandonará? No quiero perderlo, no podría soportar verlo alejándose de mí. Yo no merezco tenerlo en mi vida. No me merezco nada y ni mucho menos merezco vivir."
Capítulo 6.5: "¿Armin?"
[Lunes 19 de Diciembre del año 2015 a las 19:47 horas]
≈Narrado desde el punto de vista de Eren≈
Estaba recostado sobre mi cama, mirando un programa documental sobre los animales a través del televisor.
En ése instante recordé que Armin se había quedado más tiempo en la escuela, así que tomé mi teléfono celular y tecleé en la pantalla su número telefónico y marqué. Buzón de voz.
Aparentemente no contestaba, decidí llamarle de nuevo pero pasó lo mismo que la vez anterior.
En ése momento, decidí levantarme del sofá y salí de mi casa para ir a la casa que está al lado de la mía, en donde sé que vive mi chico de porcelana.Toqué el timbre, pero no hubo respuesta ante mi llamado, toqué la puerta ésta vez pero no pasó nada. Me disponía a abrir la puerta y ésta se abrió con facilidad, no tenía el broche puesto.
-¿Armin?- lo llamé al entrar a la casa, observé que sus libros se hallaban derrumbados por el suelo de la sala, y había hojas arrancadas de aquellos libros, dispersas en toda la casa.
-¿E-Eren?- se apreció casi inaudible una voz algo quebrada y aguda que provenía de la planta alta. La cuál reconocí al instante.
-¡Armin!- exclamé una vez más, elevando mi voz en un tono de preocupación.
Rápidamente subí por las escaleras y se hallaban dos puertas. Una a mi izquierda que fue la primera que abrí, y era sólo un pequeño closet en donde había ropa y zapatos. Me dirigí a la que se hallaba a mi derecha, al abrirla me di cuenta que era el baño, donde no estaba el chico de la melena dorada y la cerré nuevamente.
Y detrás mío, se hallaba un pasillo algo lejano y obscuro en el que estaba otra puerta, supuse que se trataba de la habitación de Armin. Me dirigí a ella y la intenté abrir, pero estaba sellada con seguro.
-Armin, dejame pasar.- acto seguido toqué la puerta tres veces.
-N-No Eren, por favor vete.- en la voz de Armin se aprecio dolor y tristeza.
-¡No me iré sin saber que te pasa!- empujé la puerta bruscamente para pasar por la fuerza. Hasta que el cerrojo se quebró y pude entrar.
Miré atónito su persona, su cabello dorado desordenado, me miraba con asombro y sufrimiento, tenía sus ojos hinchados de tanto llorar y que en ellos tenía acumuladas lágrimas que pronto se desbordarían de ellos para empapar sus mejillas, su piel se había tornado más pálido de lo normal, y pude notar la causa de su palidez; tenía cortadas profundas en sus brazos y que de ellos salía la sangre a chorreadas, su otra mano sostenía un cuchillo ensangrentado.
-¿A-Armin?- caminé hacia él con espanto.
-E-Eren...y-yo...-el rubio soltó el cuchillo, retrocedió unos pasos al ver que yo me acercaba peligrosamente hacia él. Al estar frente a él, tomé su rostro con ambas manos, para mirarlo directamente a los ojos, mis lágrimas poco a poco aparecían.
-¡¿Qué mierda crees que haces?!- mi voz quebrada se hizo notar y tomé el delgado y frágil brazo de Armin y lo llevé al baño, abrí un gabinete que estaba encima del lavabo y saqué el botiquín de primeros auxilios.
Lavé la herida con agua y con jabón, sequé su brazo, apliqué un antiséptico y por último hice un vendaje compresivo para detener la hemorragia y evitar que se pierda más sangre. Al controlar la herida me senté en el suelo y senté a Armin encima mío quedando frente a frente. Suspiré tratando de tranquilizar mis emociones en ése momento.