[ 4: ¿Compras? ]

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T/N = Tu nombre
C/F = Color favorito
S/F = Sabor favorito

[ Tu narración ]

—Sí, paraíso. —Replicó el peliblanco a la vez que veía a la nada antes de coger otra galleta y levantarse de su silla. —Nosotros seremos muy felices en el paraíso. —Comentó sonriente para así alejarse de la mesa y salir del lugar, sin decir nada más.

No entendía del todo qué había pasado. ¿Qué clase de persona se va sin siquiera decir adiós? Él era tan jodidamente extraño.

• • •

[ Día 5 ]

El día de la fiesta se había fijado. A nadie parecía gustarle la idea de que la misma fuese en una semana, pero a mí me parecía más que perfecto, puesto a que cuanto antes ocurriese tal evento, sería mejor para mí, así podría salir de toda esa locura lo más rápido posible.

Yo ya me había hecho la idea de que no sería bueno cogerle cariño a los chicos de la R.F.A, pero sinceramente, era que era un tanto complicado no hacerlo… especialmente en cuanto a Luciel, que era extraño, sí, pero usualmente él hacía que me olvidase de la razón por la cual estaba allí con sus bromas y extraño sentido del humor. Cuando hablaba con él sentía como si en realidad fuésemos amigos, pero al terminar nuestras charlas yo entraba nuevamente en razón y concluía en que eso no era posible, ya que mi plan era alejarme de todo eso lo más rápido posible. Además, a Desconocido no parecía gustarle mucho que yo interactuase con Luciel en lo absoluto. De hecho, cada vez que hablaba con el pelirrojo durante mucho tiempo, él solía bloquear la pantalla de mi móvil, haciéndome imposible el usarlo por horas. Yo dudaba que fuese una “coincidencia” más. Estaba más que claro que él tenía algo en contra de la R.F.A y sus miembros, después de todo. Esa era la razón por la que yo estaba allí, haciendo quién sabe qué.

Me hubiese gustado haber conocido a los chicos en otras circunstancias. De hecho, creía que ya había visto a Jumin con anterioridad, pero no estaba muy segura en dónde, aunque tendría sentido porque mi familia tenía...

Mientras mis pensamientos ocupaban mi tiempo, mi móvil vibró de una manera poco común. Tal suceso provocó que interrumpiese mi estado de "razonamiento profundo" y estirase un brazo para coger el móvil que estaba sobre una almohada en la cama de Rika. Instantáneamente pude ver que la pantalla estaba completamente en blanco, justo como la vez que Desconocido había hackeado en él. Segundos después, apareció lo que ya esperaba: un mensaje.

“Te veo en el primer piso en 30. Abrígate, está algo fresco afuera”.

No hace falta mencionar que ese era un mensaje proveniente de mi “Secuestrador”, quien no quería que Luciel se enterase de su existencia. En los últimos días Desconocido se había comportado un tanto… “normal”, podríamos decir, pues me enviaba mensajes por el mediodía preguntando si ya había comido o si quería que me llevase algo al específico, teniendo muy en cuenta que yo tenía prohibido salir, cosa que yo había comprobado el día anterior, cuando traté de salir desapercibida pero el brazalete me dio una pequeña descarga eléctrica.
Desconocido incluso me pagaba todas las comidas en la cafetería incluso antes de que yo las tomase. Él me podría haber caído bien de no haber sido que me dejó una dolorosa marca en el cuello, la cual he de mencionar: todavía estaba allí. Además, me secuestró y eso sigue siendo horroroso pese a que la pude pasar mucho peor, pues estaba consciente de que no toda la gente a la que secuestran tiene la misma suerte que tenía yo.

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