[11:Rika]

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T/N: Tu nombre

| Tu narración |


—Magenta está siendo irrumpida.

Ante aquella repentina declaración los ojos de Saeran se ampliaron de par en par y se acercó con prisa hacia las múltiples pantallas que mostraban distintos lugares dentro Magenta, arrastrándome consigo hacia allá y una vez frente al montón de monitores, pude darle un mejor vistazo las imágenes transmitidas en vivo. Una de las pantallas mostraba a dos individuos siendo emboscados por un montón de personas encapuchadas. Ellos estaban en medio de aproximadamente una docena de personas pertenecientes a la extraña religión que se profesaba dentro de Magenta. Lo que no podía creer era que tales individuos eran ni más ni menos que Zen y Yoosung, ambos con una expresión facial llena de horror.

Saeran empezó a reír de manera repentina a mi lado. Ante aquello parpadée repetidas veces y dirigí sigilosamente mi mirada hacia él de manera inquisitiva. Sus carcajadas eran sonoras y parecía más que entretenido por lo que se encontraba observando, mas poca atención fue la que le presté en esos momentos a pesar de que estuviese actuando como un total lunático, pues yo estaba ahogándome en preocupación, lo que hizo que regresase mi mirada hacia las pantallas. Estaba más que claro que ambos chicos no lograrían escapar, pero en ese caso... ¿Qué harían con ellos?

—¿Qué pasará con ellos? —Dejé que las palabras en mi cabeza saliesen con fluidez en un tono poco prudente, sin despegar mi vista de las imágenes en vivo.

Zen parecía estar mostrando unos movimientos de Taekwando que hacían que varios encapuchados diesen unos cuantos pasos hacia atrás. Yoosung se escondía tras él y de vez en cuando se asomaba sobre el hombro ajeno para ver qué era lo que estaba sucediendo.

Saeran se encogió de hombros y siguió riendo. Esa no era para nada la respuesta que había querido y la insatisfacción a consecuencia de las acciones ajenas me produjo una cara de pocos amigos. El joven de orbes color menta se detuvo momentáneamente para tomar aire y se dio la media vuelta, siquiera dedicandome una pequeña mirada; simple y sencillamente comenzó a caminar hacia la puerta por la cual no hace mucho habíamos entrado al lugar y, claramente, lo tuve qué seguir. No me hacía ni la menor gracia tenerlo qué seguir cual mascota por la correa que me había puesto y mucho menos el hecho de que no sabía precisamente qué era lo que estaba por sucder a continuación.

—Encargaros de tener a esos dos tontos frente a nuestra salvadora en cinco minutos. —Soltó Saeran en voz alta, aún pareciendo divertido por lo que había visto hace momentos.

Yo me acerqué un poco más hacia a él para caminar hacia su lado a la vez que entrábamos una vez más al pasillo, alzando la vista con el propósito de tomar un vistazo a su rostro, el cual continuaba con cierto matiz de diversión presente  

—¿No les pasará nada malo, verdad? —Inquerí de manera rápida, de froma que apenas hice una pausa entre cada palabra, haciendo casi imposible que se me entendiese. Mi desasosiego era evidente, pero a pesar de eso, Saeran no soltó ni una sóla palabra.


•5 minutos después •

Entramos a un enorme y espacioso salón decorado de gigantescos ventanales de cristal y cortinas decoradas con hermosos y pequeñísimos detalles. El suelo era muy ostentoso y al fondo había algo parecido a un trono; una elegante silla en la cual posaba una chica rubia. Al deslizar mi mirada hacia ella, mis ojos se abrieron de par en par: no creía lo que estaba viendo, pero acorde a algunas fotos que había visto estando en la R.F.A, esa persona era Rika. Mil preguntas llenaron mi cabeza y mis pasos comenzaron a hacerse más lentos. No había manera de que pudiese ser ella porque bueno, ella había muerto, ¿No?

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