He's Green. [Joshler]

|:.Long Conversations.:|

- Buenos días.- Dijo Josh a todos sus compañeros reunidos en aquella gran mesa de caoba. Habían más papeles que la ultima vez, en un lado se encontraba una gigantesca columna de papeles, estaría aquí un rato.

- Hey.- Josh pareció percibir la voz de Tyler, lo cual lo emocionó repentinamente, pero no lo veía.

Giró su cabeza a todos lados, pero no lo vió.

¿Acaso estaba escuchando cosas?, ¿Se estaba imaginando a Tyler?

- Greenboy.- ¡Ahí está!, ¡Hasta dijo su apodo!, no esta loco, no.

- ¿T-Tyler?- Preguntó en voz alta, esperando burlas por estar escuchando cosas, seguro el enano ni siquiera estaba allí.

- Idiota, estoy aquí, detrás de los papeles.

Josh cambió su cara por una de confusión, le dió vuelta a la mesa y vió a Tyler, pareciendo más pequeño de lo normal, con los brazos cruzados, sentado detrás de la pila de papeles.

- Pensé que te estaba imaginando, creí que me había vuelto loco.- Rió.

- Tengo ese efecto en la gente.- Rió.

- Ya basta, a trabajar. Tyler, Josh.- El Señor Joseph nos dió una mirada retadora que saco la risa de ambos inmediatamente.

- Si señor, lo lamento.- Josh se disculpó.

Tyler rodó los ojos.

Se sentó a su lado, le dió una pequeña sonrisa, el resopló, y ambos volvieron su atención a los documentos.

Todos en esa habitación se sumieron en un gran silencio.

Quizá, demasiado.

(...) 

Llegó a casa, con su bolsita llena de magia. Pues para Tyler la música era la más popular y la más increíble de las formas de magia. Se sentó, admirando su CD, esta casi nuevo. Cuando recibió una llamada.

De su padre.

Rodó los ojos.

- ¿Si?- Contestó de mala gana, le quería cerrar.

- Ya han llegado casi todos y tu no estas aquí Tyler, ¿Así piensas ganarte el puesto?

Se golpeó la frente con la palma de la mano que no sostenía el teléfono, lo había olvidado.

- La verdad no pienso ganarme nada, me estan forzando.

- Mueve tus pies hasta acá ahora mismo.

- ¿Mis pies?, Pensé que dirías mi trasero.

- Tyler. Aquí, tienes cinco minutos.

- Te doy veinte.- Le cierra el teléfono.

Baja las escaleras del edificio hasta el estacionamiento, abre el auto.

El auto ya estaba abierto.

No le da importancia, entra y saca el CD de la bolsa de compra para, por fin, poder escucharlo. Pero se llevo una sorpresa cuando no vió el radio. Una ola de rabia, tristeza y desepción lo abordo.

¿Como va a escuchar musica ahora?

Lanza el CD al asiento del co-piloto con rabia y se dedica a conducir.

Al menos verá a Josh.

Llega en un rato a la gran casa de sus padres, se estaciona al lado de muchos autos más llamativos que el suyo. Sus padres querían comprarle uno caro, pero a el no le gusta, es como ser un centro de atención para ladrones. Aunque aun teniendo un auto de bajo perfil perdió la radio.