Capítulo 10

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Llego a mi habitación con rabia. Me fijo en que no hay nadie y me dejo caer en mi cama a llorar.

Al rato no sé de donde sale pero veo a Esther mirándome con aspecto preocupado.

-¿Has descubierto la verdad?- Dice con su tono de siempre.

-Sí. Y es horrible.

-Nadie elige a sus padres, pero sí lo que decide hacer con su vida y él no le está siguiendo los pasos. No deberías enfadarte con él, es bastante bueno.

Antes de que le pueda contestar entran dos chicas exactamente iguales con la única diferencia de su ropa. Pero aún así creo que estoy viendo doble.

Ambas son altas. Con el pelo rizado y castaño oscuro. Ojos color miel.

Pero su vestuario es completamente diferente. Una lleva vaqueros ajustados, camiseta oscura y unas victorias negras. Mientras que la otra lleva una camiseta rosa, una falda blanca y unas sandalias blancas.

Pero por todo lo demás son completamente iguales.

-Hola Esther.- Dice la que tiene aspecto más simpático mientras que la otra se tumba en su cama y se queda completamente dormida.

-Hola Jennifer. Te presento a Alison.

-Hola.-Le digo junto con un gesto de cabeza.

 -Nueva, ¿No?

-¿Tanto se nota?

Dejamos escapar una risa por mi comentario.

-¿Cuál es tu historia?- Me pregunta directamente.

-Mi… ¿Qué?

-Todas estamos aquí por distintos motivos. ¿Cuál es el tuyo?

-Esta gente ha asesinado a mis padres y me ha secuestrado. ¿Y vosotras?

-Mi hermana y yo llevamos aquí desde que tenemos uso de razón.- Me explica Jennifer.

-Mi padre es un gran informático. Ha trabajado en La Casa Blanca, en el FBI y demás, quieren algo de él, y me tienen aquí para que coopere.- Escucho decir a Esther. Pobrecita, si es una ricura.

-¿Y Niki?- Pregunto con cierta inseguridad.

-Ella lleva poco más que tú.- Responde Jennifer.

-Dejé las calles por tu novio.- Dice Niki entrando a la habitación.

-¿Las calles?- Pregunto intentando olvidar su cometario sobre mi ‘novio’.

-Las drogas no son baratas, y cada uno hace lo que tiene que hacer para conseguirlas, sobre todo si eres mujer...- Seguramente tendré una cara de espanto pero no hay otra para esta situación.

-… Lo siento… no debería haber preguntado.

-Ni te rayes, es pasado.

 -Alison no te preocupes por nada.- Dice Jennifer.

-Ahora eres de nuestra pequeña familia.- Exclama bastante alegre Esther.

No puedo evitar sonreír, aunque también empiezo a llorar.

-Si no quieres no pasa nada.- Dice Esther.

-Claro que quiero.- Digo de inmediato.- Solo que hace poco que murieron mis padres y no he podido evitar pensar en ellos.

-Lo siento…

-No te preocupes, tengo que superarlo.- Le digo intentando poner una sonrisa.- Llorando no van a volver

-¿Habéis pensado en dejar de fingir que somos una puta familia?- Dice la que debe ser Samanta.

-¿Por qué eres tan borde siempre?- Le grita su hermana.

-¡No es ser borde! ¡Soy realista! La estáis acogiendo y no sabéis si es una espía, ¿Acaso no recordáis a Melinda?- Le responde Samanta aún más alterada.

-Melinda nos traicionó vale, ¡Pero vosotras no le disteis ni una sola oportunidad! ¡Y por decir que la habíais descubierto, la mataron! ¿No lo recordáis?- Grita Esther llorando.

-Esther… no sabíamos que era tu hermana…- Dice Jennifer.

-¡Sería su hermana pero aún así, una traidora!- Se mantiene en su línea de arrogancia Samanta.

-Entonces según tú…- No dejo que termine de gritarle a su hermana.

-¡Basta ya! ¡Y para tu información, no soy una espía! Y me jodeque se te haya podido pasar por tu imaginación.

Todas callan. Pero Samanta decide que lo mejor que puede hacer es marcharse pegando un portazo.

Después de esto decidimos que lo mejor que podemos hacer es ir a dormir y que mañana será otro día.

Nota de la autora:

Este capítulo puede ser un poco más complicado de entender, así que si se os plantéa alguna duda no dudéis en dejarlo en los comentarios.

Y me despido, espero que os haya gustado.

Una pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora