Capitulo 7

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Mantenerse fuerte, era lo único que pasaba por la mente de Sarah cuando James llegó al apartamento. Al verlo, sólo le dieron ganas de abrazarlo y besar sus labios, pero su orgullo pudo más.

¿Y cómo no?

Él solo salió corriendo del apartamento cuando ella le contó sobre su embarazo, no contestaba sus llamadas, no volvió en toda la noche.

¿Y..., llegaba al día siguiente exigiéndole que no fuera a la casa de Zack, incluyendo el recordatorio de que él era el padre de su bebé, además, su novio?

Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Sarah no soportó las palabras dichas por James, así que contraataco con todas las verdades que pudieran herirle en lo más profundo al chico. Sabía que aquellas verdades, lo lastimaron. Aún así, él siguió luchando por una oportunidad.

Al abrir la puerta, ella sólo quería ver Zack, pero era Samantha, su vecina.


—Hola Sam —sonrió, ya que en su interior, agradecía enormemente la interrupción.

—Hola Sarah, lamento molestar —saludó angustiada.

—No te preocupes —dijo ella justo cuando James apareció detrás.

—Hola Sam —saludó el rubio.

—Hola James —respondió—. Sarah, siento tener que molestarlos pero...

—Enserio no hay de que disculparse, Sam, no hacíamos nada importante, de hecho, estaba algo aburrida —comentó entre dientes al sentir los brazos del chico rodear su cintura y su rostro afirmado en su hombro.


<< Respira..., contrólate Sarah, calma >> Se decía a sí misma para no tener que golpearlo.


—¡Oh! Está bien —sonrió Samantha a medias—. Sucede que... Connor tuvo un accidente y debo ir a verlo al hospital.

—¡¿Qué?! ¿Cómo esta, es grave? —se preocupó ella.

—Está bien, gracias a Dios no fue nada grave, eso me dijeron, pero debo ir a verlo y quería pedirte un favor —respondió mirando tímidamente sus manos—. Podría... ¿Podría dejarte a Trevor? Sólo por un rato.

—¡Claro! Con gusto lo cuido un ratito —sonrió. Ella amaba a ese bebé.

—Bien, gracias —la abrazó Samantha—. Trevor está dormido así que... vamos a buscarlo.


Mientras Samantha se dirigía a su apartamento, Sarah se zafó del agarre de James para seguirla, él, por otro lado frunció el ceño ante su repentina acción.


—Cuando vuelva no quiero verte aquí —dijo la chica—. Y te dije que no me tocaras —añadió antes de ir al apartamento de Sam.


James suspiró y sólo cerró la puerta.

Sarah entró en el departamento de Samantha para luego seguirla escaleras arriba en busca del pequeño Trevor.

Y ahí estaba, un pequeño de un año, cabello castaño con los ojos cerrados, quien yacía en su cuna.


—Cada vez está más grande —comentó acercándose a la cuna.

—Sí, es verdad —respondió Samantha mientras preparaba un pequeño bolso con las cosas de Trevor.

—¿Lo despierto? —preguntó ella, a lo que la madre del pequeño asintió.


Pero Sarah no fue capaz de despertar al niño, se veía tierno y relajado. Así que, lo tomó delicadamente en brazos, acunó la cabeza de él en su hombro y salió de la habitación con Samantha detrás de ella.

Llegaron al apartamento de Sarah. Sam dejó el bolso en la sala, se acercó a su vecina agradeciendo unas cuantas veces más, para luego irse rápidamente a ver a su esposo.

La castaña, se encaminó a la cocina para prepararle la papilla a Trevor. Le costaba un poco caminar, ya que iba con el niño en brazos.

Aún así, ponía mucho empeño. 

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