Capitulo 10

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—Entonces... no irás —afirmó el chico en un suspiro.

—Lo siento, sé que prometí acompañarte pero... James.

—¿Se arreglaron, cierto? —Sarah pudo percibir la sonrisa de Zack al otro lado del teléfono.

—Mmm... podría decirse que sí —rió.

—Me alegro —comentó el chico—. Aún podrías acompañarme si quieres —añadió—. James podría venir también.

—Veré qué le parece la idea.

—Bueno, me avisas. Aún estoy en el taller.


Al colgar, Sarah continuo lavando la vajilla utilizada en la hora de merienda.


—¿Quién era? —preguntó James abrazando a Sarah por la cintura.

—Zack —contestó ella—. Me preguntó si iría con él —lo miró.

—¿No irás, cierto?

—Dijo que podíamos ir ambos —se volteó para verlo.

—¿Quieres ir?-

—Se lo prometí —dijo acariciando el rostro del rubio—. Además, es mi mejor amigo.

—Bueno —sonrió—, iré a preparar el bolso.

—Ok, de paso ve a ver a Trevor.


Luego de oír a James subir las escaleras, lo segundo que escuchó fueron los llantos de Trevor. La chica rió y se dirigió a su habitación —en donde estaba el pequeño—.

Pensar en la oportunidad que le dio al chico provocaba miles de sensaciones en su estómago; emoción, alegría, felicidad, nerviosismo y temor...


—Te dije que lo vieras, no que lo despertaras —rió nuevamente.

—Lo siento amor, no fue mi intención.


La chica no se dio cuenta en qué minuto James estaba encima haciéndole cosquillas al igual que a Trevor.


—Ja-James, pa-para... —decía a carcajadas.


El sonido del timbre hizo que él se detuviera, pero antes de bajar, el rubio le robó un beso a Sarah. Ella lo apartó, tomó a Trevor y fue a abrir la puerta.


—¡Sam! —exclamó—. Pasa.

—Gracias Sarah ¡Hola mi amor! —estiró sus brazos al pequeño, quien imitó su acción.

—¿Cómo te fue con Connor? —preguntó la castaña.

—Bien, Connor está bien, mañana le dan de alta.


Samantha se quedó un rato hablando con Sarah acerca del estado de Connor mientras James jugaba con el pequeño Trevor.

Cuando Sam decidió irse, agradeció una vez más a ambos. Y dejó que ellos se despidieran de su niño.


—Bien —suspiró el chico tomando a la joven por la cintura—. Por fin estamos solos.

—¿Hiciste tu bolso? —rió ella rodeando el cuello del chico con sus manos.

—Sí —dijo—. Amor... —añadió para obtener la atención de su novia.

—¿Mmm? —lo miró.

—¿Ti-tienes la prueba? —preguntó nervioso poniendo su mano en el vientre de ella.

—Sí, está en mi bolso.

—Me... gustaría verla.


Sarah asintió y subió a su cuarto con James detrás de ella. Buscó la prueba de embarazo en su bolso. Al encontrarla se la entregó al chico algo nerviosa.

Él, por otro lado, se sentó en la cama junto a ella y tomó la prueba entre sus manos. Una sonrisa apareció en su rostro, su felicidad era tanta que la sostuvo por la cintura y comenzó a besar su rostro.


—Gracias, gracias, gracias —dijo entre los besos, la chica sólo reía.


James miró el vientre de la chica y lo acarició por sobre la tela de su camiseta...


—¿Puedo? —preguntó levantando lentamente la prenda.

—Sí —respondió con nerviosismo.


El rubio la levantó por completo, a la altura de sus pechos. Con la yema de sus dedos, acarició el "plano" vientre de Sarah.

Ella lo miraba con ternura, pero a la vez nerviosa. Sus miradas conectaron, él sonrió y besó la frente de su novia.

Luego, acercó su rostro al vientre de ella, dio pequeños besos en él haciendo reír a la chica.


—Amor... —rió.

—Te amo —dio un beso—. Te amo —rió dándole otro—. Los amo —la miró a los ojos.

—Yo también te amo, James —sonrió.

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