Capitulo 13

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—Eso es todo lo que deben hacer, es normal que tengas náuseas y frecuentes mareos, son parte de los síntomas, además, es tu primer embarazo —sonrió el médico acompañando a Sarah junto con James a la puerta—. Sólo..., procura no estresarte ni alterarte.

—Muy bien —sonrió el rubio—. Muchas gracias doctor —añadió estrechando la mano del hombre.

—La primera ecografía podemos hacerla la semana que viene, ya que cumplirías las seis semanas de embarazo, ¿Te parece? —preguntó el hombre a la muchacha.

—Sí, programaré la cita con la secretaria —dijo ella.

—Ok, espero que estén bien —sonrió despidiéndolos.


Sarah programó la cita para la ecografía algo emocionada, pero con algunas dudas en su mente.


<< ¿Cómo le diré a mis padres? ¿Se lo tomarán bien? >>


Su novio, se acercó a ella abrazándola por la cintura y besando su mejilla.


—Vamos a casa, amor —sonrió el chico.


Al llegar, ella subió a su habitación un poco dudosa, extraños pensamientos inundaban su mente. Se acostó en su cama mirando a la ventana.

James dejó las llaves de su auto en la cocina y se encargó de prepararle algo a su novia. Al tener listo un jugo de naranja, subió alegremente hasta su cuarto. Se acercó a la cama y se acostó cuidadosamente a su lado percatándose de que pequeñas lágrimas caían por su rostro.


—¿Qué sucede Sar? —se preocupó—. ¿Por qué mi princesa llora?

—James ¿Cómo le diremos a nuestros padres? —lo miró.

—¿Estás así por eso? —ella asintió.

—Es que..., ni siquiera tenemos un trabajo permanente, sólo porque no hemos terminado la universidad y yo... —él la calló besando sus labios.

—Todo estará bien amor, sólo... confía en mí —dijo, a lo que ella asintió embobada.


<< Todo estará bien Sarah, sólo..., confía en mí. No me preguntes cómo pero hazlo >> Se decía a si mismo James mientras acariciaba la espalda de su novia.


James, tenía ya planes para los próximos meses, planes en donde participaban Sarah y el bebé, sin saberlo. Y no lo sabrían, o por lo menos, esa era la intención de James.

No preocupar a Sarah por cosas innecesarias.


Una semana después


—¿Primera ecografía? —preguntó la secretaria.

—Sí —respondió Sarah nerviosa y a la vez emocionada.

—El doctor los espera adentro, pasen.


Ambos entraron a la oficina del doctor, muy emocionados, James sobre todo. Además, después de ello, irían a una cena con las familias de ambos.


—Bueno, recuéstate y relájate —dijo el doctor.


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