Capitulo 9

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Las quejas de Trevor sacaron a James de sus pensamientos obteniendo su atención, el pequeño estiraba sus bracitos hacia Sarah, quien al conectar su mirada con la de él se sonrojó.


—Mmm... creo que quiere que lo cargues —habló James levantándose con el niño en brazos.

—¡No! —exclamó ella caminando hacia él—. Yo me siento a su lado —añadió.

—¿Estás bien? —se preocupó por su reacción.

—Sí, es sólo que..., a veces me dan los mareos —comentó.


El silencio se hizo presente entre ambos, el único ruido presente eran los balbuceos de Trevor, quien estaba entre los dos jugando con los carritos.

Sarah y James sonreían al ver al pequeño tan concentrado con los juguetes. La chica rió obteniendo la atención del chico, él no lo dudo ni un segundo más, se acercó a ella lentamente, sin apartar la mirada de sus ojos.

Poco a poco, sus respiraciones una vez más se mezclaban. James no se detuvo, y sin previo aviso, unió sus labios con los de ella...


—James, no —dijo la castaña rompiendo el beso.

—Sarah, por favor —suplicó acariciando el rostro de la chica—. Yo..., yo sé que hice mal, actué mal. Jamás debí salir como si nada cuando me dijiste que estabas embaraza...

—Pero lo hiciste —interrumpió apartando su mano, dispuesta a levantarse con Trevor.

—Sarah no, espera —la detuvo James haciendo que se sentara de nuevo—. Fui un imbécil, soy un imbécil, pero estoy intentando remediarlo. M-me tomaste por sorpresa, la noticia me tomó por sorpresa. Y... no supe cómo reaccionar, por eso salí como si nada —calló por unos segundos—. Me reuní con los chicos.

—¡¿Les dijiste?! —interrumpió la chica alterada, ahora más molesta que antes.

—Sí, lo hice pero sólo para que me aconsejaran —contestó—. Luego de hablar con ellos, me di cuenta de que tenían razón —la miró a los ojos y tomó una de sus manos—. Yo te amo, los amo—sonrió posicionado su mano derecha en el vientre de ella—. Esa noche, la noche en la que fuiste mía, me convertiste en el hombre más feliz del mundo, me dejaste ser el primero, me dejaste convertirte en mi mujer y lo mejor de todo... es que me harás papá —rió con los ojos brillosos.

—¿Y cómo crees que me sentí yo, James? —intervino—. Claro, confié en ti, dejé que me hicieras tuya... y... y al saber que estaba embarazada, lo que más sentí fue miedo. Tú no fuiste capaz de quedarte, te fuiste.

—¡Sí! Me fui y por eso te digo que fui un imbécil —interrumpió tomando el rostro de la chica con ambas manos—. Mi amor, me arrepiento..., pero aún así... quiero solucionar esto porque te amo.

—¿Con quién dormiste anoche? —preguntó ella. Lo único que pasaba por su mente era eso. Saber si James la había engañado.

—¿Con quién? —se asombró él, ella asintió mientras mordía sus labios—. Solo, muerto del frío en el pasillo —dijo riendo al recordarlo.

—¿A-afuera?

—Después de hablar con los chicos, volví..., pero cuando iba a entrar, la cadenita de seguridad me lo impidió. Espere toda la noche para poder hablar contigo. Créeme que si no hubieras puesto la cadenita, ya nos estaríamos besando —bromeó levantando las cejas.

—Creo que si —suspiró ella subiendo a Trevor a su regazo intentando no reír.

—Sarah —habló James tomándola por la barbilla para que lo mirara—, perdóname... dame..., dame una oportunidad —rogó—. Te amo y lo que más quiero es formar una familia contigo.


Ella bajo la cabeza, sus labios estaban sellados, sin decir ni una palabra...


—¿James? —preguntó finalmente, mientras jugaba con las manitos del pequeño—. ¿Seremos buenos padres? —lo miró, James al oír esas palabras sonrió acercándose más a ella.


Sus rostros a pocos centímetros, sus respiraciones mezclándose una vez más. James dirigió su vista a los ojos de la chica, para luego mirar sus labios. Hasta que los capturó con los suyos. Sarah respondió al beso. Esa era su respuesta. Una segunda oportunidad...

Una nueva oportunidad...

Un nuevo comienzo...


—Claro que sí —contestó entre besos.

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