Capítulo 10 El Grupo de búsqueda está listo

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─ ¡Abran las puertas! ─ Dice el guardia de aquella ciudad subterránea, mientras carga en uno de sus grandes brazos a una inconsciente Vicky. Cuando dichas puertas permiten el paso a Caldeas, se dejan ver edificios circulares o con detalles curvos además de tener alto relieves de todo tipo bestias parecidas a reptiles, aves, caballos, felinos, jilgrien, primates, darknds etc. inclusive bestias que el ojo geano no había visto jamás, se trasladaban por las adoquinadas, algunas recién, calles de la ciudad. Torres se elevaban llegando al tope del techo cavernoso, cables y cuerdas colgaban por doquier, el humo que se escapaba en las chimeneas de las casas y las fábricas era absorbido por un gran sistema de ventilación colocado también en el techo cavernoso. Mientras todo eso era visible, el guardia detiene a una carreta, ─ Envíela a StomHamton ─ coloca con cuidado a Vicky en la carreta y esta se retira con velocidad.

Lejos, muy lejos de ahí en el desolador pero a la vez majestuoso espacio Enid se traslada en su Airship hacia Ámsterdam, la única escala antes de llegar a Gea, cerca de ella también esta aquel hombre extraño de blanca cabellera azulada, persiguiéndola en el silencio letal del infinito cosmos. Enid baja poco a poco la velocidad de su Airship a medida a que se aproxima a la metrópolis espacial, al llegar, los ojos de ella se iluminan de una manera increíble por las potentes luces neón que refleja el lugar, la magnitud estas es tal que harían ver al Airship de la tropa roja como un simple bote, sus letras describen de manera contundente su nombre "ÁMSTERDAM, la ciudad roja", Enid, se pone unos discretos lentes oscuros y se dirige tranquilamente hacia una área donde se hace todo el papeleo necesario para entrar a una ciudad espacial a dicha área se le conoce como "Zona de Tramite", al llegar a esa zona Enid entra a un enorme Hangar a través de un filtro, donde se le provee de oxígeno, terminado el proceso, ella baja de su Airship con una carpeta en mano y va a una de las casetas, cuando ella está lo suficientemente lejos una zona de maletas del Airship de Enid se abre y de ella sale un pequeño Djur de la familia de los roedores, cuyo pelaje es blanco con algunas partes de color café, de grandes ojos rasgados y de orejas aún más grandes, de todas maneras no rebasaba un tamaño superior al metro de altura, vestía ropa militar de color azul, habría que admitir que sus pequeñas botas le hacían ver gracioso.

─ ¡Casi muero! ─ dice el pequeño Djur gimiendo de cansancio, hay que decir que su voz es normal e inclusive no resulta molesta. Además él tiene también una carpeta parecida a la de Enid y va a otra caseta alejada a la que fuese ella.

Unos minutos más tarde llega el perseguidor de Enid, estacionándose descaradamente a un lado del Airship de ella, baja de su Airship, se le nota algo desorientado. ─ Quizá hoy sea el día... quizá.

─Así que aquí es ─ Dice Ferdinand mientras ve el gran espejismo de muro rocoso que los Djur impusieron para alejar a los curiosos ─ Yo entrare ─ Les dice a todos por los megáfonos del HMS BlackHills.

─ Ka-ching y yo le seguiremos señor ─ Dice Bastián mientras yace arrodillado ante Ferdinand.

─ De acuerdo, Maestre, queda a cargo del HMS hasta mi regreso.

─ Como usted ordene ─ Responde Maestre.

Sale del HMS un Airship SL, al entrar al espejismo y de esta manera superarlo, se percatan de la gran ciudad, Ferdinand no dice una sola palabra mientras recibe algunos recuerdos de lo que antes fueran los poblados Djur donde él vivía, hermosos, verdes, poblados, la vives de cada centímetro, la risa de los niños... los gritos, las llamas, la caída de las casas colgantes, los ríos de muertos...

─ ¡Alto! ─ Grita el guardia que anteriormente había tenido el encuentro con Vicky.

Del Airship SL, sale Ferdinand y se le queda viendo al guardia que está sorprendido por verlo ─ Ha pasado mucho tiempo... Agamenón.

EDE - Perdón -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora