Capítulo 4 Ferdinand y el gran escape

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Ya habían pasado cuatro horas tras el robo del collar de Adhara, que se encontraba muy nerviosa, previamente había buscado en el departamento de al lado como le había dicho la chica que le pidió el baño, pero obviamente se trataba de una mentira ya que solo salió un señor que le dijo que no conocía a ninguna chica, no parecía mentir así que ahora Adhara estaba recorriendo cada rincón de los departamentos, esto hace que los trabajadores de dicho lugar le pregunten si necesita algo, pero solo se limita a responder que no. Finalmente llega al departamento de la Tropa Roja, toca la puerta y es recibida por el mismo hombre que había ido a informar de la búsqueda de Vicky ─ ¿En qué puedo ayudarle señorita?

─ Disculpe, ¿no ha visto a una chica con esta apariencia? ─ Pregunta Ady para después mostrarle a el hombre, un dibujo de la chica que si bien no es un retrato, se perciben bien los rasgos más importantes de la chica a la que busca Adhara, el hombre toma el dibujo y le dice a ella que espere mientras pregunta a sus compañeros, este cierra la puerta.

El hombre se dirige directamente con Ka-Ching para decirle que su hermana de nuevo volvió a robar, Ka-Ching hace un pesado giro de ojos y dice ─ Esa niña siempre se mete en líos – El hombre frunce el ceño y le dice ─ Ustedes dos, malcriadas no deberían seguir hurtando cosas, la tropa roja no fue creada con ese propósito ─ Ka-Ching se enfurece y toma con fuerza del cuello al sujeto ─ Ah es cierto su jueguito de hombrecitos vengadores rojos, ve y cuéntale esa mierda a alguien que le interese, ¿Qué?, ¿Acaso me acusaras con Ferdinand? No me hagas romperte el cuello, estúpido, ¿Acaso no sabes que mi hermana y yo somos quienes financiamos sus malditas "búsquedas"?, ¿Es que acaso no recuerdas la gente muriendo de hambre de tu "tropita" a medio camino de una ciudad a otra?, ¿No recuerdas la "chatarra" en la que viajaban antes de que llegáramos nosotras? ─ Lo libera ─ Ahora ve con quien te dio este dibujo y menciónale exactamente lo que te voy a decir.

El hombre abre de nueva cuenta la puerta y le responde a Adhara ─ Uno de mis compañeros la vio yéndose hace una hora en un pequeño Airship fuera del Hangar... disculpe debo volver ─ El hombre termina de hablar, le devuelve el dibujo a Adhara quien se encuentra pasmada después de escuchar que quien robó su collar había logrado escapar, el hombre cierra la puerta, tras un momento la pobre chica cae de rodillas para después cubrir su rostro y así poder ocultar las lágrimas que se deslizan tal cual gotas de lluvia en el cristal de una ventana por su rostro, sollozaba por haber roto la promesa que había hecho de jamás quitarse el collar, ya que si lo hacía según sus grandes abuelos le contaron, se desataría una terrible tragedia en el universo, mientras intentaba inútilmente que su llanto no se escuchara, siente un cálido abrazo que llega por su espalda, no logra ver nada raro a su alrededor, solo alcanza a escuchar un tenue sonido cerca de su cuello cuando revisa se da cuenta de que se trata aparentemente de su collar, mira otra vez a su alrededor y aunque no ve nada fuera de lo normal, tras un momento se siente muy tranquila y decide regresar a su departamento.

Mientras tanto en Midas, Esteros deja de sentir la presencia de la chica, se queda realmente extrañado por lo ocurrido tanto que deja a cargo de los preparativos a Mr. Wittmann para su viaje a Gea, en todo caso él se retira a su habitación. Cuando llega a su alcoba cuyas blancas puertas dobles de la madera más fina ornamentada con oro, plata y ébano lo reciben como si al entrar estuviera la tierra divina por definición, Esteros abre dichas puertas con delicadeza, al entrar se dirige a un fino perchero de platino en el cual deja su sutil capa blanca, al terminar caminó a lo que parecía ser un armario de color blanco con detalles cromados en donde se despoja de su armadura procediendo a colocarla en dicho armario, cuando finaliza, voltea hacia la gran cama que está en medio de la habitación y ve a una mujer acostada, recargada en la cabecera, cuyo fino cabello es de color amarillo cenizo y su piel blanca tal cual perla, el rostro tranquilo de dicha mujer lo recibe con una cálida y sincera sonrisa, Esteros corresponde también con un gesto autentico de felicidad.

EDE - Perdón -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora