Edificios altos, coloreados de negro que hacen resaltar así las luminarias rojas, es lo que más abunda en la ciudad de Ámsterdam, debido al gran número de agrupaciones criminales que se dan cita en esa metrópoli, dichos colores son una advertencia que dice "pasa, haz negocios o desaparece". Enid no es ingenua ni ignora lo que ocurre a su alrededor, es consciente de que su estancia en ese lugar la pone en peligro, sabe de igual manera que quien demuestra debilidad en estos rincones del universo son "devorados por las circunstancias" así que tranquila y sin perder el temple se dirige a un lugar de bajo perfil donde pueda pasar algunos días antes de partir hacia Gea. Mientras tanto el pequeño Djur roedor sigue bajo la pista de Enid, quien aparentemente a su vez no se ha dado cuenta de que le persiguen.
Las "viciosas" calles abruman a la pequeña chica, cuando una caravana de autos negros atraviesan la calle por donde ella está pasando, el último de estos se detuvo, el vidrio de la puerta trasera descendió lentamente y dejo ver el rostro de un anciano cuyas arrugas y cicatrices eran testimonio de una vida turbia, su mirada contundente cayó sobre la chica antes de mencionar las primeras palabras.
─ ¿Dime, vendes tu cuerpo? ─ Pregunta el sujeto con voz grave y rasposa.
─ No ─ Responde Enid sin dudar.
─ Es una lástima.
─ ¿Porque? ─ Cuestiona Enid.
─ Porque aquí, todas las mujeres como tú solo tienen dos opciones vender su cuerpo o que se lo roben, ¿te enteras?
─ Puedo cuidarme sola.
─ Señorita ─ El sujeto saca de su bolsillo un pequeño anillo plateado con tres pequeñas incrustaciones de rubí, para después dárselo a Enid ─ Tome esto, la mantendrá alejada de las ambiciones de "la sociedad" por tres días, después de eso estará sola.
Enid se lo pensó por un momento y decidió aceptar, mas no se puso el anillo, solo lo tomó. Aquel hombre después de haber dicho lo que tenía que decir se retiró sonriente, mientras Enid observaba detenidamente el anillo con un semblante reflexivo antes de guardarlo en su bolsillo.
Tras su incómoda confrontación con aquel hombre llega a unas escaleras que a su vez la llevan por debajo de la ciudad teniendo como límite una puerta doble donde un hombre vestido de vagabundo le deja ver su enorme sonrisa blanca que pareciera no pertenecer a un vagabundo como tal.
─ ¿Esta lista? ─ Pregunta el hombre.
─ ¿Lista, para qué? ─ Cuestiona Enid.
El vagabundo saca dos llaves que escondía en unos elaborados brazaletes para seguidamente abrir la puerta doble. Es entonces cuando una fiesta musicalizada por el más festivo jazz que pudiera imaginarse, tipos atractivos con aires de casanova, mujeres cuya sensualidad pareciera no tener parangón, los colores únicos del lugar amarillos, violetas y rosados daban junto a lo anterior mencionado, una atmosfera que no puede describirse con palabras. Para antes de que Enid pueda abarcar todos estos elementos con su vista, aquel que simulaba ser un vago cierra las puertas.
─ ¡Espere! ─ Grita Enid desconcertada, pero su voz es ahogada con la festiva música.
─ Hola preciosura ─ Expresa con enorme confianza un hombre rubio para con Enid.
Enid quien sabe moverse por casi cualquier lugar de "mala muerte" atiende al hombre con la misma confianza, pero sin ceder al mismo. Pregunta tras pregunta una más indecorosa que la otra, se acercan a la gran barra donde Alan, el bartender, ve con detenimiento así como con una sonrisa discreta la escena de Enid con aquel sujeto, cuando los tres hubieron de estar cerca, Alan interrumpió la cada vez más incómoda conversación de Enid.
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EDE - Perdón -
AventuraUna historia llena de acción y aventura, que nos da la bienvenida con frenesí, Adhara es la hija de Hiddle y Kania, padres que al verse acorralados por él ser más poderoso del universo, el cual estaba tras su niña, optaron por dejarla con una ancian...