Capítulo 11

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  Todos estaban apurados limpiando los sitios de trabajo, el piso, ventanas ,entre otras cosas pero yo sólo me quedé allí sentada sin hacer algo importante.

— Bien, se tardará unos quince minutos... No creo poder hacer un nuevo horario en este momento —El dice eso y me voltea a ver.— Creo que tu puedes hacer algo...

  Apenas lo miré pues estaba distraída viendo por la ventana, viendo el celeste cielo que siempre me gustó.

— Tal vez te puedes arreglar un poco — Al darse cuenta que yo no le ponía atención, el volvió a lo que hacía.— Concuerdo, tampoco me da ganas ni tiempo hacer eso.

— Señor, faltan diez minutos —Un doctor estaba muy preocupado por el tiempo.

— Lo sé, lo sé, iré a la entrada, ustedes traigan a los chicos.

— ¿No se arreglará?

— ¿Acaso necesito arreglarme? Cuando naces guapo siempre eres guapo, Madison —Él Jefe le guiñó el ojo a la doctora que había hecho dicha pregunta.

— Ajá —Hice ese sonido con voz tan baja que apenas alcanzó a escucharme y darme una mueca.— No estoy negando nada.

— Cinco minutos señor.

— Acaben de arreglar esto —Dijo el Jefe mientras salía de la sala.— Comportate, Aubrey.

  No me quedé tanto tiempo sola allí sentada pues llegó la psicóloga Miller junto a los demás chicos, ellos se veían muy calmados a comparación de los doctores.

— Buenas tardes, Aubrey —Me saludó la psicóloga Jane Miller.

— Viene el presidente y parece un simulacro —Dijo Ray sonriendo de oreja a oreja.— ¿No ven que viene nuestro compadre?

— ¡Está por llegar!

— Ya lo sabemos doctor Noddle —Dijo Aaron— Mejor haga lo que le pidió el Jefe —Una vez que él lo miró a los ojos, el doctor se tranquilizó.

  Cuando eso pasó, todos se sentaron en los sillones alrededor de mi para platicar entre si. En poco tiempo llega el Jefe acompañado de guardias a su espalda.

—... Aquí están todos —Dijo él Jefe.

— Buenas tardes señores y senoritas — Saludó el Presidente, su aspecto siempre fue el de un anciano al cual le gusta pasear a su perrito los domingos por la mañana, su ligera barba se veía de textura suave al igual que si blanco cabello.

— Buenas tardes —Saludaron todos al ponerse de pie, incluyendome, pero yo no dije nada por lo que solo mantuve la cabeza baja.

— ¡Stephen, tanto tiempo! —Saludó Ray mientras se acercaba a él presidente y lo saludaba de mano.

— ¡Ray!¿Cómo han estado? —Preguntó el sonriente presidente.

— Muy bien, señor.

— Me alegra mucho.

— Señor Presidente, gusto en verlo otra vez —Dijo la psicóloga Miller mientras le daba una sonrisa.— ¿Para cuándo unos tacos?

— Cuando quiera, psicóloga Miller —El presidente empezó a reírse con ella, mientras lo hacía me pudo de ver de reojo, por lo cual se dirigió a mi.— Aubrey Onorius... ¿Verdad?

  Sin decir nada solo asentí con la cabeza, tratando de mirarlo a los ojos sin sentir vergüenza.

— ¿Te sientes cómoda aquí? —Preguntó.

— He estado en lugares mejores.

— Me alegra... Creo... Te quisiera presentar a alguien, es mi hijo Tyler —Tratando de no hacer la situación incomoda, el me regaló una sonrisa.

Aubrey: Los Problemas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora