Aubrey: Los Problemas del Pasado

Capítulo bonus: Cita

  Este capítulo también es algo largo (no como el anterior) así que lo pueden leer en partes.

Narra Omnipresente 

   "Sí" esa simple palabra retumba en la cabeza de Ray una y otra vez, podría decirse que un sueño se había cumplido pues la chica en qué se había fijado tanto tiempo aceptó su invitación para una cita. Él estaba nervioso, demasiado, pues la respuesta que esperaba de ella era una simple negación, por lo que cuando le dijo todo lo contrario no sabía qué decir pero de algún modo sacó las palabras para quedar en que él pasaría por ella y el lugar sería una sorpresa, claro, iba a ser sorpresa porque él tampoco sabía a dónde irían en ese momento.

   Se arregló de una manera simple, una camiseta arremangada de color rojo rubí y unos pantalones negros acompañados de unos zapatos marrones, en cuanto su peinado, ahora decidió ponerse un poco de gel para hacerlo más formal. Él no dejó de hacer ejercicio, es un hombre muy imperactivo el cual no puede estar tranquilo tanto tiempo así que va al gimnasio regularmente para liberar su desesperación, por lo que tiene un cuerpo trabajado. Para ese entonces ya sabía a dónde llevaría a Aubrey, primero irían por alguna nieve para quedarse a platicar en el parque, y si ella quiere, podrían ir a cenar.

  "¿Irías a una cita conmigo?" la pregunta dió una respuesta desconcertante para Aubrey ¿Por qué dijo que si? Ni ella misma lo sabe, tal vez en ese momento recordó todo lo que él había hecho por ella y por instinto dijo que si, o tal vez vio los nervios de él por lo que le tuvo un poco de compasión, aún así, se estaba alistando para la ocasión. Estaba más nerviosa que él. Aunque algunas de sus actitudes habían cambiado desde que salió del Pentágono sigue siendo la misma chica fría pero ahora con algunas emociones positivas, por ejemplo, ya confía en algunas personas y sonríe un poco más seguido cuando cuentan algún chiste.

  Al no saber a dónde la iba a llevar Ray, se arregló de una forma muy casual, un suéter grande blanco acompañando a un pantalón negro de cuadros grises oscuros y, unos simples tenis blancos era lo que tenía de calzado, su cabello negro nunca recibía alguna clase de cariño por lo que siempre estaba suelto. Nunca se interesó por cómo se veía, siempre trataba de ocultar su delgado y frágil cuerpo lleno de cicatrices, moretones y marcas que estaban gracias a todo lo que había sufrido, tomando en cuenta su herida mano, simplemente la ocultaba poniendo su mano derecha abajo de la izquierda.

 La hora había llegado, Aubrey esperaba nerviosa en el sillón de su apartamento mientras ansiaba el sonido de los golpes que le avisarían la llegada de su ahora amigo. Los minutos pasaban después de las cinco de la tarde, para ella fue eterno pero en tan solo seis minutos él ya estaba en la puerta listo para tener la primera cita con su chica deseada. Uno, dos, tres golpes fueron suficientes para que ella fuera de inmediato a abrir la puerta con una pequeña sonrisa avergonzada dibujada en su rostro.

— ¡Aubrey! —La sonrisa en la cara de ella provocó una sorpresa en él.— Te-te ves hermosa —La simplicidad con la que vestía su cita no era importante, en el momento que la vió sintió mariposas en el estómago.

— Ah… gracias —Las frases y palabras secas siguen siendo parte de ella.— Tu también.

— Eso ya lo sabía pero viniendo de una reina como tú, es un gran honor —Ray tomó con mucha delicadeza la mano de Aubrey para darle un suave beso, sin hacerle daño la vuelve a soltar para darle una sonrisa sincera.— ¿Nos vamos?

— Um...Si… —Después del beso retira su mano lo más rápido que puede para evitar malos recuerdos.

  Ella da la vuelta para tomar un pequeño bolso negro, también toma las llaves de su apartamento para dejarlo con seguro, una vez echo todo eso volvió a mirarlo con ojos algo tiernos fijados directamente en el moreno.