Capítulo 30

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— Aubrey, necesito hablar contigo un momento en privado... No es nada malo —Dijo el Jefe al acercarse a mi de nuevo.

— Siempre dices eso —Pensé. Sólamente lo miré fijamente.

  Él me tomó del brazo y me apartó un poco de los demás. Cuando me llevó al lugar yo quité mi brazo instantáneamente.

— Sé lo que piensas de mí, Aaron me lo dijo la última vez que entró en tu mente —Él me miró con esa típica sonrisa que me hacía enfurecer.— No puedo creer que no hayas tenido el valor de decírmelo a la cara... ¿Sabes cómo terminaría verdad?

No dije nada y miré hacia otra parte.

— Quiero que todo salga bien en ésta misión, el chico puede ser peligroso y no puedo imaginarme que pasaría si te llega a golpear o algo —Mantuvo esa sonrisa.

— Tu deberías ser el golpeado —Dije al alejarme de allí no sin antes topar el hombro con el Jefe, por lo cual él me tomó del brazo muy fuerte.

— No he acabado —Dijo entre dientes.

Narra Aaron

  Mientras nos preparábamos ví que el Jefe estaba tomando a Aubrey del brazo muy fuerte, ella cerró su puño y pude ver que estaba a punto de darle un golpe pero antes de que lo hiciera me puse en medio para evitarlo. Después miré al Jefe.

— ¿Señor? —Le pregunté con seriedad. Mientras ponía a Aubrey de mi lado.

  Él soltó a Aubrey, se dió la media vuelta para irse de ese lugar.

  Últimamente hemos visto que el Jefe la intimida mucho, ella no nos dice que pasa cuando está a solas con él pero pude ver en sus recuerdos que la daña tanto física como mentalmente. Se desarrolló un miedo en Aubrey que nunca imaginé en ella.

— ¿Estás bien? —Le pregunté.

–Sí...– Ella me miró, quitó su brazo de mi mano y se fue a sentar.

  Después que todos preparamos las bolsas de equipo y activamos nuestros comunicadores, nos fuimos al oficina de la costurera, ya que nos quería enseñar algo nuevo en dónde se encontraba el costurero.

— ¡Señores y señorita! Un gusto volver a verlos a todos.

— El gusto es de nosotros, señor Gentelman.

— Bueno, les tengo sus nuevos trajes —La señorita nos dió los pines, pero pasó de largo a Aubrey.— Cuando estaba dormida configuré el de usted, señorita Onorius.

   Todos nos pusimos los pines en su lugar y Aubrey simplemente miró su collar.

— Bueno, aplasten sus pines y collar —Dijo la costurera al sentarse.

  Usamos el pin y lo presionamos a la vez y nuestros trajes se fueron integrando a nuestro cuerpo. Todos los trajes eran negros y tenían gorras que nos tapaban la cara, evitando que se nos viera la cara. Tenían líneas de colores, las mías eran verdes, las de Blaine eran color gris, las de Scott amarillas y las de Ray eran rojas, en cuanto las de Aubrey, eran celestes.

— Está hecho de grafeno impreso, muy resistente y ligero, puede resistir algunas balas pero no sobrevivirán a una explosión de alta densidad. Se adapta a su piel y sus botas son muy resistentes para cualquier cosa —Nos miró emocionados mientras explicaba.— Ah, sus gorras están diseñadas para no moverse y tienen una tela que refleja oscuridad por si acaso les llegan a tomar fotos.

— Gracias —Agradecimos al unísono.

— De nada, deben de estar muy emocionados... —Él dirigió su atención a Aubrey.— ¿Te gustó? No es nada parecido a tu vestido anterior.

Aubrey: Los Problemas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora