12.

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Derek guarda silencio, se pasa varias veces las manos por la barba y el cabello, suspira de nuevo, y alza la cabeza tronándose el cuello. Se cubre con las manos la cara y se agacha contra las rodillas. No sé en que está pensando, solo sé que no me gusta verlo así. He estado hablándole de como comenzaron los sueños, cuando comencé a sentirlos tan reales, como me sentía cuando lo veía en ellos y como fue de shockeante enterarme de todo.

—Pero, ¿cómo? —Pregunta mientras se voltea hacia a mí y se dedica a mirarme. Las mejillas se me ponen calientes, pero no alejo la mirada, en cambio trato de aguantar lo más que puedo la suya que casi quema, y es demasiado intensa —¿Qué piensas de esto? —Me pregunta a mí, las mejillas suben aun más de temperatura y temo que en cualquier momento se exploten.

—Aun no sé como sentirme —Me detengo, y tomo aire mientras pienso en las palabras correctas —Es raro, ya que de alguna manera, toda mi vida he sentido que me falta algo, pero nunca supe el que, hasta que comenzó lo de los sueños, y fue ahí cuando me di cuenta de que, aquello que tanto buscaba, me había encontrado a mí —Los ojos se le aguan, y no se molesta en disimularlo, lo cual es demasiado sorprendente, ya que es de Derek Hale de quien estamos hablando. De pronto se acerca, y se pone de rodillas delante de mí, el aire se estanca en mi garganta y respiro como si fuera un gato con una bola de pelos.

Sus manos están temblorosas, y ni hablar de las mías. Las toma con las suyas, y las mira con detalle, mi corazón late tan fuerte, que creo que si el no fuera un hombre lobo, aun podría escuchar el latido que casi está por atravesarme el pecho hacia afuera. Pasa de mis manos a mi cara, y siendo muy suave para ser él, me mira con demasiado detenimiento, luego junta sus ojos con los míos, y estos brillan por alguna emoción contenida. Sus colmillos están afuera y sus el iris de sus ojos comienza a volverse de un rojo intenso y muy bonito.

—¿Por qué tú? —Eso me baja la emoción de golpe, y la piel se me eriza mientras el pecho se oprime de una manera dolorosa y horrible. Él se da cuenta de sus palabras y hace una mueca fastidiada —Me refiero a que, siempre he sabido que la luna pone pruebas en esto, y veo que no ha fallado ni un poco esta vez.

—¿Por qué lo dices? —Tomando valor de muy adentro, tomo sus manos y vuelvo a unirlas con las mías, él hace ademán de quitarlas, pero extrañamente no lo hace. Si alguien me hubiera dicho que estaría tomando de las manos al hombre que he amado toda la vida, me estaría riendo para no llorar.

—Porque, la luna sabiendo que hay tantas personas más mayores y con más experiencia, te pone a ti en mi camino —Su respuesta es sincera, aunque no es cruel, pero eso no quita que las palabras no duelan.

—Bueno, pues supongo que eso define todo —El mensaje detrás de mis palabras es pesado y algo oscuro, y él lo descifra.

—No, eso no define nada, es la realidad, pero no porque seas menor que yo, y más puro de lo que me gustaría, no significa que no me sienta atraído por ti —El corazón me da un vuelco, y él lo escucha, sonríe un poco y aparta la mirada. Se levanta del sus piernas, y se sienta esta vez a mi lado.

—¿Qué piensas hacer?

—¿Tú que piensas hacer? ¿Eres tu quien decide esto, recuerdas? —El escuchar una vez más eso me hace dudar de si quiero esto para los dos.

—Sé lo que quiero, pero, no quiero que tengas una existencia triste y aburrida, sabiendo que no soy lo que quieres —Él vuelve a mirarme a los ojos y una vez más la intensidad de su mirada me hace querer babear.

—Ya no sé lo que quiero, no desde hace casi tres horas atrás —Su respuesta me hace sonreír y que mis mejillas se calienten. No sé que me pasa hoy, pero de seguro que he estado con una cara de tomate todo el día —Pero no soy un hombre que da un paso atrás y se rinde. No sé que pasará, pero al igual que mi madre, confío en la luna y ella nunca se equivoca —Aprieta un poco sus manos contra las mías, y es imposible evitar la sonrisa estúpida que aparece en mi cara.

—Pero, ¿qué pasa con tu trabajo en la preparatoria? Es ilegal que un profesor esté con un estudiante —Recuerdo mucho una serie que solía verme, era de cuatro chicas y una andaba con un profesor, fue genial ver su historia de romance, pero fue duro cuando tuvieron que distanciarse por que los descubrieron.

—El trabajo es solo una fachada, puedo trabajar en lo que quiera —Bueno, eso pone simple las cosas, y ahora que lo pienso, ¿por qué volvió aquí y escogió ser profesor como su vocación?

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Me has hecho muchas sin pedirme permiso antes, ¿de qué se trata?

—Tal vez no sea de mi incumbencia, pero, ¿por qué volviste aquí luego de tantos años? —Parece que la pregunta lo que ha tomado por sorpresa.

—Hay muchas razones, aquí están las tumbas de mis familiares, Inglaterra nunca me gustó, a pesar de todo lo que sufrí aquí, Beacon Hills siempre será mi hogar y ... —Se calla por un momento, y carraspea, de pronto parece nervioso —Bueno, desde hace mucho tiempo que, pasa algo y no había querido reconocerlo, mucho menos aceptarlo, hasta esta mañana —Mira nuestras manos juntas, suspira pesado y asiente, pero creo que es más para él que para mí —He estado viéndote en mis sueños desde hace casi seis meses, pero no eran concurridas las veces, pero te veía, y cuando llegué aquí, fueron más las veces que comencé a verte, hasta que mi celo se despertó hace tres semanas, y te veía en mis sueños seis de siete veces en mis sueños, y supe que algo estaba pasando contigo.

—¿Cómo me sentías en tus sueños? —Sonríe, y es casi como si yo no estuviera aquí, lo que hace que extrañamente me sonroje.

—Eras cálido, tu voz sonaba como si viniera de los mismísimos cielos, siempre aparecías desnudo, pero solo podía ver tus hombros y tus manos, nunca tu cara —Habla en voz baja, ronca y con una calidez que me desarma. El corazón se me pone a mil —Y cuando estabas soñando mientras yo estaba despierto, fue como si todo lo que veía en mis sueños se confirmara, tu piel luce muy suave, demasiado blanca, brillante, y al ver tu cara, todo toda un mejor lugar en mi cabeza —De repente me mira, pasa los ojos de nuevo por mi cara y asiente —Definitivamente la luna siempre será un misterio para mí.


•••



Derek estaciona el auto frente a mi casa, y agradezco a que mi padre no esté. Yo no hago movimiento de bajarme del auto, y él tampoco, el ambiente ya no es incómodo como hace rato, pero si es raro.

—Gracias por aceptar hablar conmigo luego de que fui tan grosero, no quise sonar de esa forma —Carraspea y llama mi atención luego habla con calmada y baja.

—Trato de entender, así como esto es raro para mí, también es raro y demasiado diferente para ti —Asiente, mira hacia abajo, y sin previo aviso, toma mi mano izquierda con la su derecha. El corazón se me dispara y la respiración se agita.

—Te llamaré pronto, no se cuando, pero lo haré. Aun hay mucho de lo que tenemos que hablar —Habla mirándome a los ojos, y por primer vez desde que me ha tomado de la mano, acaricia dorso con su pulgar. La piel se me pone de gallina.

—Está bien —Por último, me suelta con delicadeza y me permite salir del auto, cuando estoy frente a su ventana, me volteo —Espero que, ya sabes, llegues bien —Sonríe de una forma arrebatadora y muy encantadora, asiente, se despide asintiendo con la cabeza y arranca el auto, no sin antes de decirme que entre rápido en la casa.

Lo hago sin chistar, ya que no tiene caso. Hay algo muy extraño en su forma de actuar cuando está en el exterior, y no sé si es por mí, o por algo más, en fin, su actitud me desconcierta mucho. Entro cuando él ha arrancado, y cierro. Me acomodo en el sillón, y decido llamar a Scott, fue el primero en decirme que le avisara cuando hubiera llegado a casa después de según él, mi cita con Derek.

Aquello Que Siempre Quise ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora