2.

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Al despertarme ésta mañana, pensé que hoy iba a ser una día malo, pero el solo ver a Derek caminar metido en un pantalón elegante negro que le forra las piernas y el culo de esa manera tan hermosa, arregla mucho mi día. Pero no todo puede ser tan bueno en mi vida, ¿verdad que no? Pues no, él me ha cachado mirándolo y yo muerto de vergüenza no supe que hacer, así que solo lo salude con la mano y las mejillas tan calientes que podrían haber explotado. No me devolvió el saludo, solo se alejó sin mirar atrás, yo lo miré de nuevo, pero tal vez volvía a mirarme, así que a fuerzas de lidias aparté la mirada. Al menos tengo la imagen guardada en mi cabeza.

Ahora mientras estoy en clase, trato de olvidar por al menos un rato al hombre que fue mi primer amor, sueño húmedo y deseo carnal de mi vida. Hoy tenemos lo que el salón entero odia, y es examen sorpresa, menos mal soy alguien responsable y estudio siempre que llego a casa después de la preparatoria, por lo que casi todas las preguntas y situaciones que exigen de mi comprensión para leer me las sé, hay algunas en donde debo quemar las pocas neuronas que me quedan para dar la respuesta que creo que es la correcta.

Cuando termino el examen creyendo que he puesto las respuestas correctas, se lo entrego a la profesora y ella me deja salir más temprano por eso, así que decido ir a la cafetería antes de que todo el mundo llegue y ya no haya que comer. Anoche no pude dormir muy bien, y creo que las razones son obvias, así que si no duermo bien no hay tiempo para desayuno, por lo que mi estómago está a punto de ponerse a rugir. Con mi comida sobre una bandeja, me siento en una mesa cualquiera y me como la comida con mucha delicadeza, no pareciendo alguien que ha estado hambriento por días, no así no (que se note el sarcasmo). Casi quince minutos después suena el timbre que indica el fin del primer periodo de clases y la salida a receso.

Todos nos encontramos como siempre en la entrada de la cafetería, y de ahí nos vamos hacia nuestra habitual mesa, que de hecho son dos. Antes cuando todos comenzamos a juntarnos en los recesos, nos sentábamos en mesas separadas, pero un día tuve la idea, o más bien la voz para hablar y decir que uniéramos las mesas, ya que los demás lo habían pensado, pero nunca lo habían hecho. Pero siempre que nos íbamos, las señoras del aseo las separaban de nuevo, hasta un día que se dieron cuenta de que no íbamos a juntarlas nosotros, y decidieron dejarlas así.

—Hey, amigo, ¿todo bien? —Scott me pasa la mano por el cuello y se acerca a hablarme. Años atrás, le habría dicho que se alejara, que invadía mi espacio personal, pero ya me acostumbré a él.

—Sí, claro, es solo que, sabes que este día siempre será duro de pasar para mí —Puedo fingir que estoy bien, pero nunca con Scott, él siempre sabrá cuando me pasa algo.

Y aunque esté rodeado de amigos, este día es uno por el cual años atrás me quedaba encerrado en casa y no salía a nada. Solo me quedaba envuelto entre las sábanas llorando hasta que me quedaba dormido. El fallecimiento de mi madre siempre será algo que me perseguirá y dolerá por toda la vida. Pero sé que al menos tengo a Scott y al resto de mis amigos para animarme.


•••


—Recuerden que participar en las competencias de lectura de la próxima semana, les ayudará en un cuarenta por ciento en su nota final de periodo, así que estudien mucho, y si quieren inscribirse, lo pueden hacer conmigo, o con la señorita Martin. Hasta la próxima —La campana suena justo unos momentos después de que el profesor habla. Scott ser irá conmigo, y se quedará toda la tarde haciéndome compañía jugando vídeo juegos, hace mucho no habíamos podido quedar para pasar una tarde juntos viendo películas, hablando o lo que sea que decidamos.

Ambos hemos estado muy ocupados con los trabajos de la prepa, y dado que es nuestro último año, es más las tareas, talleres, y demás cosas que debemos hacer. Además, él ha estado entrenando con los chicos, algunas veces yo asisto y hasta entrego con ellos, pero no es que sea fan de eso, así que los acompaño y mientras ellos sudan como animales por el entrenamiento, yo lo hago por hacer tareas y matarme la cabeza haciendo los talleres de física y matemáticas. 

Cuando llegamos a casa, mi padre no está, así que me confirma que está en el turno que menos le gusta. Cocino algo rápido para ambos, y que si le pido ayuda a Scott, correría el riesgo de perder mi cocina, así que mejor se quede sentado viendo televisión. Melissa y yo hemos tratado de enseñarle, de ayudarle para que aprenda a cocinar, pero no sé si es que en serio no tiene nada de habilidades culinarias, o es que sí tal vez él es retrasado, y eso que es un lobo, debería tener habilidades para todo, pero por lo que veo desde hace dos años, no.

Además, a mi me gusta mucho cocinar, es algo que mi madre antes de irse me enseñó, y es algo con lo que viviré cada día, y me gusta hacerlo solo, saber que la cocina es un espacio solo para mí en donde puedo crear, me da tranquilidad y me ayuda a despejarme mucho, así que se puede decir que, John Stilinski no ha comido nada de comida chatarra en casi tres meses seguidos, y esperemos que siga así, odio verlo enfermo a causa del colesterol, así que aunque a veces llegue tan cansado de estudiar o de estar con la manada entrenando, siempre me dispongo a prepararle la cena a mi padre y así no tiene que pensar en esa comida que no le hace nada de bien.

Scott y yo nos pasamos la tarde jugando en la tv, viendo una película y hasta logramos dormir una hora. Ya casi siendo las diez de la noche, Scott se fue, pensó en quedarse a pasar la noche aquí, pero mañana tiene que hacer algo con su Allison, así que no pudo.

Mi padre, gracias al cielo, llegó casi a los dos minutos. Comimos, y nos pusimos a ver televisión, ninguno tocó el tema de mamá, pero ambos sabemos que es duro y nos necesitamos el uno al otro. Y solo recuerdo que me dormí recostado en su pecho, tal y como lo hacía cuando era más pequeño. Y por primera vez en mucho tiempo, soñé con Derek, aunque esta vez fue un sueño más distinto y que me dejó lleno de preguntas.


•••


—¡Stiles! —La voz de Scott me saca de mis pensamientos con furia. Lo miro asustado, y él y los otros me miran con curiosidad. 

—Perdón, estaba distraído. ¿Qué me decían? —Scott hace una mueca de preocupación, y se acerca para hablarme en privado.

—¿Estás bien? —Me pregunta poniéndome la mano en el hombro.

—Sí, todo bien. Estaba pensando, nada más —Él no parece tragarse mis palabras, pero no presiona más en el tema, lo cual agradezco.

—Sabes que puedes hablarme de lo que quieras, aquí estoy para escucharte, bro —Le agradezco, y me apoyo contra su cuerpo.

Podría contarle del sueño que tuve, pero ni yo mismo sé que significa, así que no quiero hacerle perder el tiempo. Solo que esa imagen me persigue desde que me levanté, es una imagen nítida, tanto, que siento como si hubiera real y no un sueño.

Aquello Que Siempre Quise ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora