UNA APUESTA QUE CAMBIO NUESTRAS VIDAS

VOLVIENDO A SENTIR

Aunque ya todo estaba aclarado, no podía dejar de sentirse incomodo en ese tipo de fiestas comunes de su familia, la novia de su hermano se veía demasiado entusiasta y animada en seguir, hasta que observo que salía de la fiesta, quien sabe a dónde iría y no le importaba, todo le daba igual, aunque los años pasaran seguía teniendo esa antipatía y desinterés en las cosas.

Su hermano se acerco al pelinegro para animarlo al verlo con esa cara de pocos amigos. Pero solamente siguió sentado en la misma mesa, todos parecían divertirse, menos él, se sentía en cierta forma mal, al ser el único amargado de la fiesta, estaba dispuesto a marcharse, no tenía nada que hacer ahí, nadie lo tomaba en cuenta, solamente sentía que estorbaba en esos momentos, pero... empezó a creer tener ilusiones cuando una mujer extremadamente guapa se acerco con la novia de su hermano, su sorpresa fue verla de frente, ya que solamente había vislumbrado sus cabellos rosas, los cuales cuando los vio su cuerpo empezó a tener un sinfín de sensaciones agradables y reconfortantes, su palpitar era inestable, y más fue al ver la persona de frente, por primera vez en su vida había abierto los ojos de la impresión, teniendo una expresión de incredulidad en su rostro.

-SAKURA- musito notando que la peli rosa lo veía con los mismos ojos de sorpresa que anteriormente él había tenido, la sangre le empezó a fluir como nunca, ahora sí sentía que estaba vivo, ese hueco había desaparecido con tan solo verla.

No lo dudo más, empezó a pasar a través de la gente sin importar que algunos los empujara, sin quitar la vista de la peli rosa, después de seis años... seis largo y horribles años de soledad que pasó sin ella, no la perdería, no señor, esta vez lo escucharía, la abrazaría, la acariciaría, la besaría como ningún otro hombre la beso, como nunca nadie la hizo sentir, todo eso lo haría él.

Pudo distinguir la mirada temerosa de la peli rosa, podía ver incluso temblar ligeramente sus piernas, sus torneada y bien formadas piernas, la adolescencia había quedado atrás, cada vez que se acercaba podía ver los notorios cambios de SU peli rosa... las caderas más anchas, su cintura más fina, un rostro más lucido, aunque siempre con esos ojos expresivos, que reflejaban solamente inocencia y pureza, su cabello se lo dejo largo, como la primera vez que la conoció, ahora lo traía ondulado, y para él se le veía perfecto, su interés de llegar próximamente a ella acrecentó al ver la mirada de los demás hombres, sus miradas reflejaban muy bien lo que pasaba por sus mentes, y eso le molestó de sobre manera, ganas de golpearlos no les faltaban, pero sería algo innecesario e inútil ya que eran bastantes.

A pesar de estar a una distancia corta se le hacía eterno llegar a ella, no parecía que tuviera intenciones de irse, solamente lo veía con cara incrédula, mientras tomaba con ambas manos la bolsa que llevaba...

-¡SASUKE!-exclamó un hombre tomándolo del cuello de manera amistosa.-No esperaba que estuvieras aquí... de verdad es una gran sorpresa-dijo un pelirrubio-¿recuerdas las veces que nos íbamos de fiesta buscando mujeres por toda la ciudad?-pregunto el pelirrubio.

-No molestes ahora Deidara y apártate de mi camino-dijo haciéndolo a un lado, mientras volvía a buscar a la peli rosa que no la ubicaba, dentro de tanta gente no podía distinguir su cabellera.

-Ven vamos a tomarnos un trago para conversar después de mucho sin vernos-seguía insistiendo el pelirrubio.

-Ya te dije que no-dijo escuchándose irritado.

-¡Vamos!, no seas amargado, toda la fiesta te la has pasado sentado.

-Deidara escúchame bien –dijo sonando autoritariamente mientras empuñaba sus manos-No voy a ir a ningún lado contigo, y ahora apártate de mi camino que me estas estorbando-dijo de manera cortante.

-E-está bien-dijo algo aterrado al verlo tan furioso-tu te lo pierdes-termino diciendo mientras se iba con sus manos en los bolsillos algo enojado por el trato que tuvo.